/ viernes 3 de mayo de 2019

A propósito | Carta 1 a la secretaria de Gobernación

Por economía de espacio y para salvar repeticiones ociosas, permítame dirigirme a usted, como doña Olga, como señal de un profundo respeto y reconocimiento a su persona y alta investidura.

Hoy me dirijo a una de las más talentosas jurisconsultas del país, quien, por su paso en la Suprema Corte de Justicia de la Nación quedó públicamente autorizada como la mejor defensora del Estado de Derecho.

Hoy, ante la locura de distorsionar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, me siento sumamente desanimado, frustrado, desproporcionalmente molesto, pues los arrebatos presidenciales no tienen cabida en una sociedad que espera más de su mandatario mexicano.

Sólo para conocimiento de los lectores, usted tiene sobre sus hombros, la gran responsabilidad que le impone la propia Carta Magna y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal en el sentido de observar, cumplir y aplicar la propia Norma Fundamental y las leyes que de la misma emanen.

Quisiera entenderlo pero no puedo, doña Olga, cómo es que el presidente López Obrador se lanza en una aventura ladina pretendiendo abrogar la Reforma Educativa o derogar algunos de sus dispositivos legales más importantes mediante un simple Memorándum que no tiene sustento legal alguno.

Pero lo que sí puedo interpretar, quizá con cierto dejo de malicia popular, es que el Presidente quiere dar paso a otros caprichos más en el ejercicio del poder político, para consumar su gobierno con aberraciones como la Constitución Moral, la desaparición de la Corte, la reelección con el voto del pueblo sabio, y demás acciones tramposas a que nos está acostumbrando a los mexicanos.

Y hablo de costumbre, por la nula participación de profesionales del Derecho, juzgadores y medios de comunicación, en este asunto que traerá implicaciones muy graves para el país.

La única esperanza, a mi juicio, es que la secretaria de Gobernación se faje bien los pantalones y le haga saber al Presidente que no puede ni debe hacer ese tipo de malabarismo jurídico, tratando de legislar a espaldas de la Constitución y de las leyes.

A toda costa debe usted evitar los comportamientos metajurídicos de quien, en forma unipersonal, —y en el caso concreto, autoritaria—, ejerce el poder político en México.

Dígale al Presidente, doña Olga, convénzalo, arguméntele, oblíguelo a que cumpla con el marco jurídico del país. Que el proyecto de memorándum que le acercaron sus asesores, hace que se extralimite en el ejercicio de su poder.

Y que además, es inconcebible hacer un batidillo de las leyes que nos rigen, pues caeríamos entonces, en lo que Mario Vargas Llosa apuntó en contra de México: una “dictadura perfecta”, pues es obvio que la ignorancia de la Ley por parte de AMLO, no exime de su cumplimiento.

Y usted, ¿qué opina amable lector?

El autor es abogado postulante por la UNAM, ha sido catedrático universitario en varios Estados y articulista en diversos periódicos del país.

Teléfono (6621) 57.7114 celular

Correo: primalex2010@hotmail.com

Por economía de espacio y para salvar repeticiones ociosas, permítame dirigirme a usted, como doña Olga, como señal de un profundo respeto y reconocimiento a su persona y alta investidura.

Hoy me dirijo a una de las más talentosas jurisconsultas del país, quien, por su paso en la Suprema Corte de Justicia de la Nación quedó públicamente autorizada como la mejor defensora del Estado de Derecho.

Hoy, ante la locura de distorsionar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, me siento sumamente desanimado, frustrado, desproporcionalmente molesto, pues los arrebatos presidenciales no tienen cabida en una sociedad que espera más de su mandatario mexicano.

Sólo para conocimiento de los lectores, usted tiene sobre sus hombros, la gran responsabilidad que le impone la propia Carta Magna y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal en el sentido de observar, cumplir y aplicar la propia Norma Fundamental y las leyes que de la misma emanen.

Quisiera entenderlo pero no puedo, doña Olga, cómo es que el presidente López Obrador se lanza en una aventura ladina pretendiendo abrogar la Reforma Educativa o derogar algunos de sus dispositivos legales más importantes mediante un simple Memorándum que no tiene sustento legal alguno.

Pero lo que sí puedo interpretar, quizá con cierto dejo de malicia popular, es que el Presidente quiere dar paso a otros caprichos más en el ejercicio del poder político, para consumar su gobierno con aberraciones como la Constitución Moral, la desaparición de la Corte, la reelección con el voto del pueblo sabio, y demás acciones tramposas a que nos está acostumbrando a los mexicanos.

Y hablo de costumbre, por la nula participación de profesionales del Derecho, juzgadores y medios de comunicación, en este asunto que traerá implicaciones muy graves para el país.

La única esperanza, a mi juicio, es que la secretaria de Gobernación se faje bien los pantalones y le haga saber al Presidente que no puede ni debe hacer ese tipo de malabarismo jurídico, tratando de legislar a espaldas de la Constitución y de las leyes.

A toda costa debe usted evitar los comportamientos metajurídicos de quien, en forma unipersonal, —y en el caso concreto, autoritaria—, ejerce el poder político en México.

Dígale al Presidente, doña Olga, convénzalo, arguméntele, oblíguelo a que cumpla con el marco jurídico del país. Que el proyecto de memorándum que le acercaron sus asesores, hace que se extralimite en el ejercicio de su poder.

Y que además, es inconcebible hacer un batidillo de las leyes que nos rigen, pues caeríamos entonces, en lo que Mario Vargas Llosa apuntó en contra de México: una “dictadura perfecta”, pues es obvio que la ignorancia de la Ley por parte de AMLO, no exime de su cumplimiento.

Y usted, ¿qué opina amable lector?

El autor es abogado postulante por la UNAM, ha sido catedrático universitario en varios Estados y articulista en diversos periódicos del país.

Teléfono (6621) 57.7114 celular

Correo: primalex2010@hotmail.com