/ martes 4 de septiembre de 2018

A propósito | No, una democracia colérica

Humilde en la derrota y generoso en la victoria, reza un adagio popular.

Así se ha comportado Andrés Manuel López Obrador al establecer un lazo de unión entre él y quien todavía ocupa el cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos en ejercicio del poder supremo.

También demostró hidalguía, al recibir y charlar con el candidato perdedor del PRI, José Antonio Meade Kuribreña. Ello habla muy bien de quien a partir del 1 de diciembre se cruzará la banda tricolor que lo unge como Presidente de México.

Ha sido el propio Andrés Manuel quien ha dado algunas líneas de comportamiento a sus correligionarios que se aceleran antes de tomar el poder. Ha dejado muy en claro que deben comportarse con decencia, estilo y modales propios de políticos de nuevo cuño que desean cambiar el statu quo prevaleciente en el Gobierno mexicano.

Ha dejado claro que no permitirá corruptelas, pero tampoco tráfico de influencias, ni malos comportamientos de los que integran nacionalmente a Morena. Así que con esa línea de actuación, bueno sería que aquellos que están llenos de ira y resentimiento contra otros mexicanos, le vayan bajando algunas buenas rayas.

En el mareo del poder, muchos morenistas entienden que han sido electos o bien, señalados para algún cargo administrativo, justo para tener la oportunidad de humillar a los contrarios, –léase PRI, PAN y PRD–, pero con más fuerza de odio en contra del primero, lo cual difumina de hecho, sus buenas intenciones de cambiar lo que habría qué cambiar.

Y no es enfrentando ferozmente, casi a nivel de enemigos acérrimos, a los que no pertenecen a Morena como lograrán cambiar al país, y a Sonora particularmente. No es con atavíos de salvajes radicalismos como se logra el avance, sino por el contrario, es con comunicación, con prudencia, con mesura y con modales de buen político, –por no decir diplomático–, como se logran las cosas.

Con los sonorenses, y en algunas partes del país, se han escenificado algunas actitudes porriles de parte de morenistas que en nada benefician la sana convivencia y el orden establecido.

Uno de los más completos intelectuales de México, Porfirio Muñoz Ledo, como presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados dio muestra este 1 de septiembre, de que va muy de la línea presidencial obradorista, al llamar a sus correligionarios diputados y senadores morenistas a que se conduzcan con respeto ante quienes participan en el uso de la palabra.

Expresó: Moción de orden, hemos trascendido una época electoral, estamos en la hora de la reconstrucción nacional no, de una democracia colérica.

Si los pobres bisoños a los que se dirigía no entendieron y siguieron con sus gritos, cuánto debe sentirlo el pueblo de México que les brindó la confianza de que las cosas cambiarían. He dicho.

O usted, ¿qué opina amable lector?

El autor es abogado postulante por la UNAM, ha sido catedrático universitario en varios estados y articulista en diversos periódicos del país. Teléfono (6621) 57.7114 celular

Correo: primalex2010@hotmail.com

Humilde en la derrota y generoso en la victoria, reza un adagio popular.

Así se ha comportado Andrés Manuel López Obrador al establecer un lazo de unión entre él y quien todavía ocupa el cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos en ejercicio del poder supremo.

También demostró hidalguía, al recibir y charlar con el candidato perdedor del PRI, José Antonio Meade Kuribreña. Ello habla muy bien de quien a partir del 1 de diciembre se cruzará la banda tricolor que lo unge como Presidente de México.

Ha sido el propio Andrés Manuel quien ha dado algunas líneas de comportamiento a sus correligionarios que se aceleran antes de tomar el poder. Ha dejado muy en claro que deben comportarse con decencia, estilo y modales propios de políticos de nuevo cuño que desean cambiar el statu quo prevaleciente en el Gobierno mexicano.

Ha dejado claro que no permitirá corruptelas, pero tampoco tráfico de influencias, ni malos comportamientos de los que integran nacionalmente a Morena. Así que con esa línea de actuación, bueno sería que aquellos que están llenos de ira y resentimiento contra otros mexicanos, le vayan bajando algunas buenas rayas.

En el mareo del poder, muchos morenistas entienden que han sido electos o bien, señalados para algún cargo administrativo, justo para tener la oportunidad de humillar a los contrarios, –léase PRI, PAN y PRD–, pero con más fuerza de odio en contra del primero, lo cual difumina de hecho, sus buenas intenciones de cambiar lo que habría qué cambiar.

Y no es enfrentando ferozmente, casi a nivel de enemigos acérrimos, a los que no pertenecen a Morena como lograrán cambiar al país, y a Sonora particularmente. No es con atavíos de salvajes radicalismos como se logra el avance, sino por el contrario, es con comunicación, con prudencia, con mesura y con modales de buen político, –por no decir diplomático–, como se logran las cosas.

Con los sonorenses, y en algunas partes del país, se han escenificado algunas actitudes porriles de parte de morenistas que en nada benefician la sana convivencia y el orden establecido.

Uno de los más completos intelectuales de México, Porfirio Muñoz Ledo, como presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados dio muestra este 1 de septiembre, de que va muy de la línea presidencial obradorista, al llamar a sus correligionarios diputados y senadores morenistas a que se conduzcan con respeto ante quienes participan en el uso de la palabra.

Expresó: Moción de orden, hemos trascendido una época electoral, estamos en la hora de la reconstrucción nacional no, de una democracia colérica.

Si los pobres bisoños a los que se dirigía no entendieron y siguieron con sus gritos, cuánto debe sentirlo el pueblo de México que les brindó la confianza de que las cosas cambiarían. He dicho.

O usted, ¿qué opina amable lector?

El autor es abogado postulante por la UNAM, ha sido catedrático universitario en varios estados y articulista en diversos periódicos del país. Teléfono (6621) 57.7114 celular

Correo: primalex2010@hotmail.com