/ lunes 13 de abril de 2020

Al Bat | Grata charla con Pepe Leyva

Gran gusto fue platicar esta mañana con Pepe Leyva, quien envía saludos a toda la afición de esta región de México donde recuerda tuvo sus mejores años en la pelota profesional. Leyva jugó ocho temporadas en la Liga Mexicana de Beisbol y once en la Mexicana del Pacífico, además de lanzar en Phoenix, entonces sucursal Triple A de los Gigantes de San Francisco.

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Debo destacar cómo en la década de los años sesenta al orgullo de Comalcalco, Tabasco, le llegaba su recta una velocidad de 90 kilómetros por hora, imagine, algo por demás impactante, causando estragos entre los bateadores.

Su otro efectivo lanzamiento era el slider.

Me dice el contador público Porfirio Magaña Carrillo, desde Guadalajara, que Leyva lanzó para Empalme antes de llegar a los Ostioneros. “Hizo gran trabajo al lado de José Soto y Alfredo Mariscal, también zurdos".

En la agradable plática telefónica Pepe Leyva me dijo que cuando llegó a Empalme, invitado por Ricardo Garza –de los Tigres del México--, tenía 18 años de edad.

Ocurrió en la campaña del 62-63 en la cual registró 5-3 en ganados y perdidos. A la siguiente campaña logró otros cinco triunfos, pero perdió once.

En la temporada 1964-65 tiró para Obregón y las siguientes tres ediciones apantalló con su pitcheo con los Ostioneros cuando ganó siete, once y diez juegos.

En la temporada 66-67, recordemos, implantó el récord de 203 ponches, algo que será imposible de alcanzar, ya vera.

Aquella temporada del récord, Ronnie Camacho fue el mánager conduciéndolos al título, el quinto y último banderín de los porteños en su historia en el beisbol invernal.

Rolando Camacho actuó esa vez de mánager e inicialista, jugando con un gran equipo al cual supo sacarle el máximo rendimiento con sus grandes conocimientos y sobre todo poniendo el ejemplo en el campo de juego.

El club campeón lo integraban el catcher Miguel “Pilo” Gaspar, la primera la cubría “Ronnie”; en la segunda base, Alfredo “Yaqui” Ríos, la tercera base la cubrió José “Pepe” Garibay y en las paradas cortas, el rapidísimo Abelardo Balderas. En los jardines estuvieron Arturo “Indio” Bernal, Wilfredo Arano, Francisco Campos, Graciano Enríquez y Obed Plascencia.

Y su staff de pitcheo, formidable, con Vicente “Huevo” Romo, Jorge “Payo” Rubio, Enrique “Huevito” Romo, el mismo José “Pepe” Leyva, Jesús “Zurdo” Robles, César “El Oloroso” Gutiérrez y Alfonso Cisneros.

Las últimas dos campañas en nuestra pelota invernal las lanzó para Culiacán y luego Guasave.

“Siempre le puse al cien en todas mis salidas, inclusive como relevo, teniendo gran respaldo de mis compañeros de juego. Eso no lo olvido”, advirtió.

José Leyva recordó cuando luego fue coach de los Naranjeros de Hermosillo dirigidos por Miguel Sotelo: “fuimos a una serie a Guaymas y no olvido la ovación recibida cuando se anunció que estaba con el equipo hermosillense”, expresó.

Le admiran

Desde Córdoba, Veracruz, el ex ampáyer profesional de la LMB, Habacuc García señaló: “Le admiro por su limpia trayectoria como pitcher estelar; te deseo una pronta recuperación en tu salud Para que continúes tu gran labor de apoyar y enseñar-orientar a la niñez en tu EDEN. TABASCO. Saludos”.

En igual forma, desde Villahermosa, Tabasco, José Domingo “Chemingo” Castillo, afirmó “El Chamaco” Leyva fue un excelente pitcher; desgraciadamente lo desperdiciaron muchos clubes cuando el subía a la loma. Era todo un espectáculo verle tirar su recta a una excelente velocidad, algo increíble y todo un espectáculo.

Fui uno de sus seguidores y hoy es una pena que aquí no se le brinde el reconocimiento de haber sido un magnífico lanzador”.

De la misma Peña beisbolera de Villahermosa llegaron conceptos muy positivos de “Chamaco” Leyva, tanto de Francisco Montoya González como de José Cruz Ulín Madrigal y Neto Torres, quien conserva y nos comparte una foto de oro con él.

Francisco Montoya lo recuerda

El coordinador de la Peña beisbolera de Villahermosa, Paco Monyoya González, nos hace llegar un texto en relación a los inicios de Pepe Leyva en la pelota:

“Parte de las memorias de su vida, el “Chamaco” recuerda que sus inicios se dieron en Comalcalco, Tabasco a la edad de 17 años.

El zurdo jugaba en las ligas de aquel sector donde el mánager del conjunto de Comalcalco para Liga Tabasqueña de Béisbol lo ubicó y lo invitó a participar en sus entrenamientos donde descubrieron su enorme potencial.

“Me inicié pitcheando y así gané cinco juegos al hilo. Siempre he pensado que fácil es llegar, lo difícil es mantenerse”, recordó.

Ese año (1961) lo firmaron los Tigres de México y lo enviaron a su sucursal Aguascalientes –Liga Central—con los Tigritos, donde fueron campeones. En esa temporada tuvo 6-6 y 3.33 de efectividad.

Paco Montoya mencionó que en el 62 los Tigres lo incorporan al equipo y más tarde a un instruccional a Orlando, Florida y que a su retorno fue enviado a los Pericos de Puebla donde tuvo récord de nueve ganados y dos perdidos.

“Un dato muy interesante es el del juego inaugural del parque Centenario de Béisbol 27 de febrero en el año de 1964; en aquel entonces, el “Chamaco” se encontraba pitcheando con Tigres de México cuando el gobernador del estado en ese entonces, Carlos A. Madrazo, lo localizó para que fuera el abridor y ante su renuencia pidió su presencia con un claro mensaje al pelotero:

En una hora va a pasar un coche por usted con dirección a su casa para que vaya a buscar sus cosas; el vehículo lo llevará a donde lo estará esperando un avión especial que lo traiga a la inauguración…”.

Y así fue.

“El avión me estaba esperando para llevarme al estadio y en ese juego de inauguración ganamos 5 a 1”.

Pepe Leyva se quedó a jugar toda la temporada, y con mucho éxito fue parte de una buena temporada con 18 juegos ganados y tres perdidos lo que ayudó a los Tigres de Tabasco a ser campeones ese año.

Excelente.

Hoy, tras una operación en su columna cervical, Pepe Leyva se mantiene en recuperación en su hogar con la confianza de pronto reincorporarse a su actividad como instructor para compartir sus conocimientos a niños y jóvenes talentos que van en busca de lo que un día fue el sueño hecho realidad del tabasqueño.

Enhorabuena.

Gran gusto fue platicar esta mañana con Pepe Leyva, quien envía saludos a toda la afición de esta región de México donde recuerda tuvo sus mejores años en la pelota profesional. Leyva jugó ocho temporadas en la Liga Mexicana de Beisbol y once en la Mexicana del Pacífico, además de lanzar en Phoenix, entonces sucursal Triple A de los Gigantes de San Francisco.

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Debo destacar cómo en la década de los años sesenta al orgullo de Comalcalco, Tabasco, le llegaba su recta una velocidad de 90 kilómetros por hora, imagine, algo por demás impactante, causando estragos entre los bateadores.

Su otro efectivo lanzamiento era el slider.

Me dice el contador público Porfirio Magaña Carrillo, desde Guadalajara, que Leyva lanzó para Empalme antes de llegar a los Ostioneros. “Hizo gran trabajo al lado de José Soto y Alfredo Mariscal, también zurdos".

En la agradable plática telefónica Pepe Leyva me dijo que cuando llegó a Empalme, invitado por Ricardo Garza –de los Tigres del México--, tenía 18 años de edad.

Ocurrió en la campaña del 62-63 en la cual registró 5-3 en ganados y perdidos. A la siguiente campaña logró otros cinco triunfos, pero perdió once.

En la temporada 1964-65 tiró para Obregón y las siguientes tres ediciones apantalló con su pitcheo con los Ostioneros cuando ganó siete, once y diez juegos.

En la temporada 66-67, recordemos, implantó el récord de 203 ponches, algo que será imposible de alcanzar, ya vera.

Aquella temporada del récord, Ronnie Camacho fue el mánager conduciéndolos al título, el quinto y último banderín de los porteños en su historia en el beisbol invernal.

Rolando Camacho actuó esa vez de mánager e inicialista, jugando con un gran equipo al cual supo sacarle el máximo rendimiento con sus grandes conocimientos y sobre todo poniendo el ejemplo en el campo de juego.

El club campeón lo integraban el catcher Miguel “Pilo” Gaspar, la primera la cubría “Ronnie”; en la segunda base, Alfredo “Yaqui” Ríos, la tercera base la cubrió José “Pepe” Garibay y en las paradas cortas, el rapidísimo Abelardo Balderas. En los jardines estuvieron Arturo “Indio” Bernal, Wilfredo Arano, Francisco Campos, Graciano Enríquez y Obed Plascencia.

Y su staff de pitcheo, formidable, con Vicente “Huevo” Romo, Jorge “Payo” Rubio, Enrique “Huevito” Romo, el mismo José “Pepe” Leyva, Jesús “Zurdo” Robles, César “El Oloroso” Gutiérrez y Alfonso Cisneros.

Las últimas dos campañas en nuestra pelota invernal las lanzó para Culiacán y luego Guasave.

“Siempre le puse al cien en todas mis salidas, inclusive como relevo, teniendo gran respaldo de mis compañeros de juego. Eso no lo olvido”, advirtió.

José Leyva recordó cuando luego fue coach de los Naranjeros de Hermosillo dirigidos por Miguel Sotelo: “fuimos a una serie a Guaymas y no olvido la ovación recibida cuando se anunció que estaba con el equipo hermosillense”, expresó.

Le admiran

Desde Córdoba, Veracruz, el ex ampáyer profesional de la LMB, Habacuc García señaló: “Le admiro por su limpia trayectoria como pitcher estelar; te deseo una pronta recuperación en tu salud Para que continúes tu gran labor de apoyar y enseñar-orientar a la niñez en tu EDEN. TABASCO. Saludos”.

En igual forma, desde Villahermosa, Tabasco, José Domingo “Chemingo” Castillo, afirmó “El Chamaco” Leyva fue un excelente pitcher; desgraciadamente lo desperdiciaron muchos clubes cuando el subía a la loma. Era todo un espectáculo verle tirar su recta a una excelente velocidad, algo increíble y todo un espectáculo.

Fui uno de sus seguidores y hoy es una pena que aquí no se le brinde el reconocimiento de haber sido un magnífico lanzador”.

De la misma Peña beisbolera de Villahermosa llegaron conceptos muy positivos de “Chamaco” Leyva, tanto de Francisco Montoya González como de José Cruz Ulín Madrigal y Neto Torres, quien conserva y nos comparte una foto de oro con él.

Francisco Montoya lo recuerda

El coordinador de la Peña beisbolera de Villahermosa, Paco Monyoya González, nos hace llegar un texto en relación a los inicios de Pepe Leyva en la pelota:

“Parte de las memorias de su vida, el “Chamaco” recuerda que sus inicios se dieron en Comalcalco, Tabasco a la edad de 17 años.

El zurdo jugaba en las ligas de aquel sector donde el mánager del conjunto de Comalcalco para Liga Tabasqueña de Béisbol lo ubicó y lo invitó a participar en sus entrenamientos donde descubrieron su enorme potencial.

“Me inicié pitcheando y así gané cinco juegos al hilo. Siempre he pensado que fácil es llegar, lo difícil es mantenerse”, recordó.

Ese año (1961) lo firmaron los Tigres de México y lo enviaron a su sucursal Aguascalientes –Liga Central—con los Tigritos, donde fueron campeones. En esa temporada tuvo 6-6 y 3.33 de efectividad.

Paco Montoya mencionó que en el 62 los Tigres lo incorporan al equipo y más tarde a un instruccional a Orlando, Florida y que a su retorno fue enviado a los Pericos de Puebla donde tuvo récord de nueve ganados y dos perdidos.

“Un dato muy interesante es el del juego inaugural del parque Centenario de Béisbol 27 de febrero en el año de 1964; en aquel entonces, el “Chamaco” se encontraba pitcheando con Tigres de México cuando el gobernador del estado en ese entonces, Carlos A. Madrazo, lo localizó para que fuera el abridor y ante su renuencia pidió su presencia con un claro mensaje al pelotero:

En una hora va a pasar un coche por usted con dirección a su casa para que vaya a buscar sus cosas; el vehículo lo llevará a donde lo estará esperando un avión especial que lo traiga a la inauguración…”.

Y así fue.

“El avión me estaba esperando para llevarme al estadio y en ese juego de inauguración ganamos 5 a 1”.

Pepe Leyva se quedó a jugar toda la temporada, y con mucho éxito fue parte de una buena temporada con 18 juegos ganados y tres perdidos lo que ayudó a los Tigres de Tabasco a ser campeones ese año.

Excelente.

Hoy, tras una operación en su columna cervical, Pepe Leyva se mantiene en recuperación en su hogar con la confianza de pronto reincorporarse a su actividad como instructor para compartir sus conocimientos a niños y jóvenes talentos que van en busca de lo que un día fue el sueño hecho realidad del tabasqueño.

Enhorabuena.