/ lunes 11 de mayo de 2020

Al Bat | Ligas Negras: una insultante segregación

Mientras se define el inicio oficial del beisbol de Ligas Mayores –todo indica será a partir de julio próximo--, resulta por demás relevante recordar/rescatar la memoria de aquel histórico y poderoso circuito integrado por jugadores de piel negra de los Estados Unidos.

Estamos hablando de las inolvidables Ligas Negras de donde llegarían a nuestro beisbol mexicano cuántas estrellas del pasatiempo, con mayor énfasis a partir de la década de los años 30 al verse aún marginados por Ligas Mayores e incluso discriminados y segregados por aficionados y los propios mánagers y jugadores blancos.

Hay un artículo muy interesante sobre el tema que precisa con claridad cómo orígenes del beisbol en el vecino país fue por demás complicado.

Su autor plantea que, sin embargo, “podemos asegurar que será en Estados Unidos, en los años previos a la Guerra de Secesión, cuando las normas del “béisbol moderno” queden fijadas. La popularidad del deporte creció enormemente entre toda la sociedad, pero no logró la integración.

Incluso, añade, en el “integrista” norte, partidos entre equipos de blancos y de negros eran rechazados haciendo la referencia de la fundación, en Filadelfia, del Pythian Base Ball Club en 1867, dos años después del final de la Guerra de Secesión.

El artículo –en lo relativo al beisbol—lo puede leer completo aquí.

Grandes talentos

Debemos recordar cómo las Ligas Negras reunieron a grandes talentos que por la discriminación racial no tenían oportunidad de jugar en el beisbol de Ligas Mayores en un contexto de cinco décadas donde imperó entre sus protagonistas una labor y conjunción de orgullo e igualdad del ser humano.

La historia nos dice que cerca de 4 mil jugadores formaron parte de ese beisbol, el cual honrosamente incluyó a peloteros representantes de la pelota caribeña y latinoamericano.

Sabemos que sería hasta en 1947 cuando Jackie Robinson, al poner un pie en un diamante de beisbol uniformado de un equipo de las grandes ligas, los Dodgers de Brooklyn, se empezaría a dejar atrás aquella barrera que impidió por muchas décadas que la historia del beisbol hubiese tenido un mejor recuento de las proezas de tantos y tantos talentos negros hasta entonces marginados de Ligas Mayores.

Barry Bonds, por ejemplo, no tuviera en su poder el récord de jonrones para una temporada (73) y de por vida en el beisbol ligamayorista con 762, o bien que Rickey Henderson la marca de mayor número de bases robadas de todos los tiempos (1.406), ser el líder histórico en carreras anotadas (2.295) y el récord de más estafas en una temporada con 130.

Y como ambos súper estelares, tiempo antes hubo grandes peloteros negros quienes registraron su enorme calidad, talento y capacidad para ganarse un lugar especial dentro del Salón de la Fama de Cooperstown.

Incluso, buena cantidad de estos talentos fueron considerados para llegar a Cooperston, con todo y que por la misma discriminación no jugaron en la Gran Carpa, como sucedió con Martín Dihigo, Josh Gibson, Satchel Paige, Ray “Mamerto” Dandridge o James “Papa” Bell a quienes por fortuna la afición mexicana tuvo en suerte verlos jugar y admirar, especialmente en la época en que Jorge Pasquel los contrató en aquella década de los años 40 del beisbol de la Liga Mexicana.

Retrospectiva

El beisbol se inventó en Estados Unidos 1845 gracias a Alexander Joy Cartwright, jugándose el primer partido en Hoboken, New Jersey y, supuesto... no había peloteros negros. Sin embargo, cuando llegaron las reglas y este deporte comenzó a difundirse y hacerse popular, los jóvenes de color comenzaron a practicarlo con gran éxito.

En 1862 ya había equipos formados por jugadores de color, como lo fueron el Brooklyn Monitor y el Weeksville Unknow, empero, ya desde entonces, el problema de la discriminación racial prevalecía e impedía que los peloteros afroamericanos jugaran beisbol organizado.

Por ejemplo, el 11 de diciembre de 1868 apareció la exclusión de los afroamericanos por parte de la National Association of Baseball Players, la cual votó por unanimidad que “cualquier Club que posea uno o más jugadores de color, será considerado como equipo de color".

Precursores

Mucho tiempo antes de Jackie Robinson, los hermanos Moses Fleetwood y Welday Walker, en 1883 llegaron a jugar en el beisbol profesional organizado.

Moses, era receptor y Welday, como jardinero, militaron con el equipo Blue Stockings de Toledo en la Liga Northwestern.

Al siguiente año Toledo fue invitado a formar parte de la Asociación Americana, que era una Liga Mayor de EU, pero tipos como Cap Anson, primera base y mánager de Chicago, en esos días amenazó con no presentarse a jugar si “esos negros” continuarán jugando.

Por supuesto que esa fuerte discriminación racial provocó que los hermanos Walker fueran retirados de su equipo por lo que retornaron a las Menores.

El primer equipo de negros

El primer equipo totalmente negro y profesional fue los Cuban Giants en 1885, quienes vieron acción en la Liga Midle-State teniendo como sede a la ciudad de Trenton, Nueva Jersey.

Ellos serían campeones en 1886 en la Liga Eastern Interestate vistiendo los colores de la ciudad de York en Pennsylvania.

El último equipo de negros que participó en una liga organizada del vecino país fue el Celeron de Nueva York en la Liga Iron&Oil. ZY cierto es que al entrar el siglo 20, los peloteros de color proliferaron pero todos eran independientes; o sea que viajaban por diferentes ciudades para enfrentarse a equipos de blancos o negros.

Bud Fowler

Honor a quien honor merece en el eterno tiempo:

Aún antes que los hermanos Walker, otro afroamericano jugó en el béisbol organizado profesional a nivel de liga menor.

Bud Fowler comenzó jugando a principios de los 1870s y en 1878 apareció en un juego de exhibición contra los Red Stockings de Boston como un integrante de Lynn Live Oaks de la Liga del Noroeste. Bautizado como John W. Jackson el 16 de marzo de 1858 en Fort Plain, cerca de Cooperstown, N. Y.

Fowler continuó jugando pelota de ligas menores aquí y allá hasta 1895, incluyendo períodos con equipos de Minnesota, Iowa, Indiana, Colorado, Kansas y New York, todos de liga menor.

Es necesario evocar su memoria como pionero en estos mismos menesteres dentro del béisbol organizado del vecino país que por una u otra razón pasa inadvertido:

John W. “Bud” Fowler Jackson.

Hay otros grandes peloteros negros afroamericanos, como William Edward White, Frank Grant y George Stovey… pero me parece que la continuación de esta historia lo dejaremos para otra ocasión como un gran segundo capítulo.

Ya saben, esto no se acaba hasta que se acaba (Yogi Berra).

Mientras se define el inicio oficial del beisbol de Ligas Mayores –todo indica será a partir de julio próximo--, resulta por demás relevante recordar/rescatar la memoria de aquel histórico y poderoso circuito integrado por jugadores de piel negra de los Estados Unidos.

Estamos hablando de las inolvidables Ligas Negras de donde llegarían a nuestro beisbol mexicano cuántas estrellas del pasatiempo, con mayor énfasis a partir de la década de los años 30 al verse aún marginados por Ligas Mayores e incluso discriminados y segregados por aficionados y los propios mánagers y jugadores blancos.

Hay un artículo muy interesante sobre el tema que precisa con claridad cómo orígenes del beisbol en el vecino país fue por demás complicado.

Su autor plantea que, sin embargo, “podemos asegurar que será en Estados Unidos, en los años previos a la Guerra de Secesión, cuando las normas del “béisbol moderno” queden fijadas. La popularidad del deporte creció enormemente entre toda la sociedad, pero no logró la integración.

Incluso, añade, en el “integrista” norte, partidos entre equipos de blancos y de negros eran rechazados haciendo la referencia de la fundación, en Filadelfia, del Pythian Base Ball Club en 1867, dos años después del final de la Guerra de Secesión.

El artículo –en lo relativo al beisbol—lo puede leer completo aquí.

Grandes talentos

Debemos recordar cómo las Ligas Negras reunieron a grandes talentos que por la discriminación racial no tenían oportunidad de jugar en el beisbol de Ligas Mayores en un contexto de cinco décadas donde imperó entre sus protagonistas una labor y conjunción de orgullo e igualdad del ser humano.

La historia nos dice que cerca de 4 mil jugadores formaron parte de ese beisbol, el cual honrosamente incluyó a peloteros representantes de la pelota caribeña y latinoamericano.

Sabemos que sería hasta en 1947 cuando Jackie Robinson, al poner un pie en un diamante de beisbol uniformado de un equipo de las grandes ligas, los Dodgers de Brooklyn, se empezaría a dejar atrás aquella barrera que impidió por muchas décadas que la historia del beisbol hubiese tenido un mejor recuento de las proezas de tantos y tantos talentos negros hasta entonces marginados de Ligas Mayores.

Barry Bonds, por ejemplo, no tuviera en su poder el récord de jonrones para una temporada (73) y de por vida en el beisbol ligamayorista con 762, o bien que Rickey Henderson la marca de mayor número de bases robadas de todos los tiempos (1.406), ser el líder histórico en carreras anotadas (2.295) y el récord de más estafas en una temporada con 130.

Y como ambos súper estelares, tiempo antes hubo grandes peloteros negros quienes registraron su enorme calidad, talento y capacidad para ganarse un lugar especial dentro del Salón de la Fama de Cooperstown.

Incluso, buena cantidad de estos talentos fueron considerados para llegar a Cooperston, con todo y que por la misma discriminación no jugaron en la Gran Carpa, como sucedió con Martín Dihigo, Josh Gibson, Satchel Paige, Ray “Mamerto” Dandridge o James “Papa” Bell a quienes por fortuna la afición mexicana tuvo en suerte verlos jugar y admirar, especialmente en la época en que Jorge Pasquel los contrató en aquella década de los años 40 del beisbol de la Liga Mexicana.

Retrospectiva

El beisbol se inventó en Estados Unidos 1845 gracias a Alexander Joy Cartwright, jugándose el primer partido en Hoboken, New Jersey y, supuesto... no había peloteros negros. Sin embargo, cuando llegaron las reglas y este deporte comenzó a difundirse y hacerse popular, los jóvenes de color comenzaron a practicarlo con gran éxito.

En 1862 ya había equipos formados por jugadores de color, como lo fueron el Brooklyn Monitor y el Weeksville Unknow, empero, ya desde entonces, el problema de la discriminación racial prevalecía e impedía que los peloteros afroamericanos jugaran beisbol organizado.

Por ejemplo, el 11 de diciembre de 1868 apareció la exclusión de los afroamericanos por parte de la National Association of Baseball Players, la cual votó por unanimidad que “cualquier Club que posea uno o más jugadores de color, será considerado como equipo de color".

Precursores

Mucho tiempo antes de Jackie Robinson, los hermanos Moses Fleetwood y Welday Walker, en 1883 llegaron a jugar en el beisbol profesional organizado.

Moses, era receptor y Welday, como jardinero, militaron con el equipo Blue Stockings de Toledo en la Liga Northwestern.

Al siguiente año Toledo fue invitado a formar parte de la Asociación Americana, que era una Liga Mayor de EU, pero tipos como Cap Anson, primera base y mánager de Chicago, en esos días amenazó con no presentarse a jugar si “esos negros” continuarán jugando.

Por supuesto que esa fuerte discriminación racial provocó que los hermanos Walker fueran retirados de su equipo por lo que retornaron a las Menores.

El primer equipo de negros

El primer equipo totalmente negro y profesional fue los Cuban Giants en 1885, quienes vieron acción en la Liga Midle-State teniendo como sede a la ciudad de Trenton, Nueva Jersey.

Ellos serían campeones en 1886 en la Liga Eastern Interestate vistiendo los colores de la ciudad de York en Pennsylvania.

El último equipo de negros que participó en una liga organizada del vecino país fue el Celeron de Nueva York en la Liga Iron&Oil. ZY cierto es que al entrar el siglo 20, los peloteros de color proliferaron pero todos eran independientes; o sea que viajaban por diferentes ciudades para enfrentarse a equipos de blancos o negros.

Bud Fowler

Honor a quien honor merece en el eterno tiempo:

Aún antes que los hermanos Walker, otro afroamericano jugó en el béisbol organizado profesional a nivel de liga menor.

Bud Fowler comenzó jugando a principios de los 1870s y en 1878 apareció en un juego de exhibición contra los Red Stockings de Boston como un integrante de Lynn Live Oaks de la Liga del Noroeste. Bautizado como John W. Jackson el 16 de marzo de 1858 en Fort Plain, cerca de Cooperstown, N. Y.

Fowler continuó jugando pelota de ligas menores aquí y allá hasta 1895, incluyendo períodos con equipos de Minnesota, Iowa, Indiana, Colorado, Kansas y New York, todos de liga menor.

Es necesario evocar su memoria como pionero en estos mismos menesteres dentro del béisbol organizado del vecino país que por una u otra razón pasa inadvertido:

John W. “Bud” Fowler Jackson.

Hay otros grandes peloteros negros afroamericanos, como William Edward White, Frank Grant y George Stovey… pero me parece que la continuación de esta historia lo dejaremos para otra ocasión como un gran segundo capítulo.

Ya saben, esto no se acaba hasta que se acaba (Yogi Berra).