/ jueves 8 de octubre de 2020

Al bat | Lo ingrato de la picota

Hoy temprano con gusto le compartí a nuestra dilecta lectora Luz Marina Martínez Arias --en mi FB— elocuentes fotos de lo que fue hasta 1972 el Estadio Fernando M. Ortiz (FMO), casa de los Naranjeros de Hermosillo, hasta antes de que pasaran a jugar aquel mismo año al Héctor Espino, llamado primero como “El Gigante de El Choyal”.

RECIBE LAS NOTICIAS MÁS IMPORTANTES, ALERTAS, REPORTAJES E HISTORIAS DIRECTO EN TU CELULAR, ¡CON UN SOLO CLICK!

Sí: un siempre bien recordado escenario que estuvo ubicado en lo que hoy es el Parque Infantil de Hermosillo junto al Parque Francisco I. Madero, del que ufff, cuántas veces he subrayado no debió haber sido destruido.

Y es que, en todo caso, siempre he sostenido pudo haberse conservado para el desarrollo de la pelota infantil-juvenil-amateur y de veteranos, eventos cívicos-sociales y juegos de exhibición y del recuerdo.

Incluso, por qué no, sede de un Museo de Beisbol que al paso del tiempo aún no existe en esta ciudad capital.

Similares historias

Al FMO le pasó lo mismo que al desaparecido Abelardo L. Rodríguez (ALR) de Guaymas, por citar a éste como referencia porque usted sabe muy bien ha habido otros casos similares, por ejemplo en Obregón, Navojoa, Veracruz… y así.

Por supuesto en procesos de urbanización-modernización de nuevos estadios, es común que se deje a un lado la memoria histórica.

Se llamó Miguel Hidalgo

Si nos vamos hacia Guaymas, hay que decir que el estadio, primero denominado Miguel Hidalgo, había sido el hogar de los Ostioneros de la Liga de Sonora desde los años 40´s; luego de la Costa del Pacífico, y a partir de 1958 de la Invernal de Sonora, Sonora-Sinaloa y la Mexicana del Pacífico, de la que el equipo se salió en 1991, aunque ya desde 1970 el ALR había sido destruido.

Aquí, aquella ingrata historia de su desaparición física/material.

Volviendo al “Fernando M. Ortiz”

Sucedió lo mismo aquí en Hermosillo:

Habiendo tanto terreno en este solar, plano y extenso capitalino, tuvieron que destruir en 1972 el “Fernando M. Ortiz”, una joya, un monumento histórico.

El inmueble, construido desde los inicios de la década de los 30´s (1932) como una réplica del “Venustiano Carranza” de la Ciudad de México, con su parte central y costados de concreto, siempre he afirmado que nunca debió haberse demolido.

¿Hubo consulta para ello?:

¡Por supuesto que no!

Y fíjese que cosa:

Al “Abelardo L. Rodríguez llegó en 1965 el alumbrado y toda una remodelación del estadio a través de un patronato, mientras que el 9 de octubre de 1969 al “Fernando M. Ortiz” también se le dotó de nuevas y más modernas torres, más altas que las existentes desde 1953, constituyéndose en el parque mejor iluminado del país.

Sin embargo, ¡ni eso respetaron!, dejando de lado la inversión y nueva infraestructura.

Cambió de nombre

Fue el 1 de diciembre de 1955 --tras una encuesta pública-- cuando “El estadio de la Casa del Pueblo” recibió el nombre de “Fernando M. Ortiz”, en homenaje a la trayectoria de quien con gran pasión destacó como organizador e impulsor del béisbol amateur y luego profesional de aquella época.

Ess histórico día se inició aquí la X temporada de la Liga de la Costa del Pacífico contra Obregón, pero por esas cosas del destino don Fernando no pudo presenciar tan alta honra ya que un año antes, el 9 de diciembre, había fallecido.

Ya en otro día le compartiré todo aquel proceso histórico de La Casa del Pueblo-Fernando M. Ortiz.

Tips

1.- Mientras Dodgers, Astros y Bravos levantaron banderas de triunfo, los Rays también ayer hicieron lo mismo ante los Mulos en choque donde se dieron marcas de ponches y jonrones. especialmente con esos 18 de los NYY.

2.- Además de lo hecho por Giancarlo Stanton con sus tablazos de cuatro esquinas, George Springer hizo lo suyo propio en su majestad el jonrón ante Oakland: dio dos para seguir avanzando en los libros de récords, sobrepasando a Babe Ruth, Jayson Werth y el puertorriqueño Carlos Beltrán, metiéndose entre los 10 jugadores con más obuses de esa naturaleza en postemporada.

Héctor Barrios: Era el primero de octubre de 1903 y el primer juego de la Serie Mundial estaba por comenzar. Horas antes del juego, miles de aficionados se volcaron en el estadio de béisbol de la Ave. Huntington en la ciudad de Boston.

Hoy temprano con gusto le compartí a nuestra dilecta lectora Luz Marina Martínez Arias --en mi FB— elocuentes fotos de lo que fue hasta 1972 el Estadio Fernando M. Ortiz (FMO), casa de los Naranjeros de Hermosillo, hasta antes de que pasaran a jugar aquel mismo año al Héctor Espino, llamado primero como “El Gigante de El Choyal”.

RECIBE LAS NOTICIAS MÁS IMPORTANTES, ALERTAS, REPORTAJES E HISTORIAS DIRECTO EN TU CELULAR, ¡CON UN SOLO CLICK!

Sí: un siempre bien recordado escenario que estuvo ubicado en lo que hoy es el Parque Infantil de Hermosillo junto al Parque Francisco I. Madero, del que ufff, cuántas veces he subrayado no debió haber sido destruido.

Y es que, en todo caso, siempre he sostenido pudo haberse conservado para el desarrollo de la pelota infantil-juvenil-amateur y de veteranos, eventos cívicos-sociales y juegos de exhibición y del recuerdo.

Incluso, por qué no, sede de un Museo de Beisbol que al paso del tiempo aún no existe en esta ciudad capital.

Similares historias

Al FMO le pasó lo mismo que al desaparecido Abelardo L. Rodríguez (ALR) de Guaymas, por citar a éste como referencia porque usted sabe muy bien ha habido otros casos similares, por ejemplo en Obregón, Navojoa, Veracruz… y así.

Por supuesto en procesos de urbanización-modernización de nuevos estadios, es común que se deje a un lado la memoria histórica.

Se llamó Miguel Hidalgo

Si nos vamos hacia Guaymas, hay que decir que el estadio, primero denominado Miguel Hidalgo, había sido el hogar de los Ostioneros de la Liga de Sonora desde los años 40´s; luego de la Costa del Pacífico, y a partir de 1958 de la Invernal de Sonora, Sonora-Sinaloa y la Mexicana del Pacífico, de la que el equipo se salió en 1991, aunque ya desde 1970 el ALR había sido destruido.

Aquí, aquella ingrata historia de su desaparición física/material.

Volviendo al “Fernando M. Ortiz”

Sucedió lo mismo aquí en Hermosillo:

Habiendo tanto terreno en este solar, plano y extenso capitalino, tuvieron que destruir en 1972 el “Fernando M. Ortiz”, una joya, un monumento histórico.

El inmueble, construido desde los inicios de la década de los 30´s (1932) como una réplica del “Venustiano Carranza” de la Ciudad de México, con su parte central y costados de concreto, siempre he afirmado que nunca debió haberse demolido.

¿Hubo consulta para ello?:

¡Por supuesto que no!

Y fíjese que cosa:

Al “Abelardo L. Rodríguez llegó en 1965 el alumbrado y toda una remodelación del estadio a través de un patronato, mientras que el 9 de octubre de 1969 al “Fernando M. Ortiz” también se le dotó de nuevas y más modernas torres, más altas que las existentes desde 1953, constituyéndose en el parque mejor iluminado del país.

Sin embargo, ¡ni eso respetaron!, dejando de lado la inversión y nueva infraestructura.

Cambió de nombre

Fue el 1 de diciembre de 1955 --tras una encuesta pública-- cuando “El estadio de la Casa del Pueblo” recibió el nombre de “Fernando M. Ortiz”, en homenaje a la trayectoria de quien con gran pasión destacó como organizador e impulsor del béisbol amateur y luego profesional de aquella época.

Ess histórico día se inició aquí la X temporada de la Liga de la Costa del Pacífico contra Obregón, pero por esas cosas del destino don Fernando no pudo presenciar tan alta honra ya que un año antes, el 9 de diciembre, había fallecido.

Ya en otro día le compartiré todo aquel proceso histórico de La Casa del Pueblo-Fernando M. Ortiz.

Tips

1.- Mientras Dodgers, Astros y Bravos levantaron banderas de triunfo, los Rays también ayer hicieron lo mismo ante los Mulos en choque donde se dieron marcas de ponches y jonrones. especialmente con esos 18 de los NYY.

2.- Además de lo hecho por Giancarlo Stanton con sus tablazos de cuatro esquinas, George Springer hizo lo suyo propio en su majestad el jonrón ante Oakland: dio dos para seguir avanzando en los libros de récords, sobrepasando a Babe Ruth, Jayson Werth y el puertorriqueño Carlos Beltrán, metiéndose entre los 10 jugadores con más obuses de esa naturaleza en postemporada.

Héctor Barrios: Era el primero de octubre de 1903 y el primer juego de la Serie Mundial estaba por comenzar. Horas antes del juego, miles de aficionados se volcaron en el estadio de béisbol de la Ave. Huntington en la ciudad de Boston.