/ miércoles 14 de noviembre de 2018

Andanzas | Dos meses después…

Esta semana se cumplen dos meses de que tomaron protesta quienes integran la 62 Legislatura (14 diputadas y 19 diputados), así como 26 alcaldesas y 46 alcaldes en Sonora, electos para el periodo 2018-2021 y que conforman el nuevo mapa político que tiene a la coalición Morena-PT-PES gobernando al 86% de la población.

Ante el mal manejo de recursos de muchos que se fueron, las nuevas autoridades no le encuentran la cuadratura al círculo y apuestan todo a que a partir del 1 de diciembre cuando tome protesta AMLO recibirán un abultado presupuesto que les dé oxígeno para cumplir sus promesas.

Así se percibe en el caso de la alcaldesa de Hermosillo, Célida López, quien se la lleva de excusa en excusa y gastando en publicidad lo que debería invertir en por lo menos tener limpia la ciudad, ya no digamos las zonas rurales, que por supuesto también requieren de toda la atención y que han sido olvidadas trienio tras trienio.

La capital sonorense luce sucia, como baldío mal cuidado. Hay maleza por todos lados, que irresponsablemente no han quitado, con el pretexto de que la dupla Maloro Acosta-Angelina Muñoz no les dejó ni herramienta, lo cual es mentira, porque a los días de que entró Célida, se vio a cuadrillas limpiando bulevares.

Ni siquiera se han preocupado por el riesgo de que con la maleza se reproduzca el mosco transmisor del dengue. La alcaldesa pidió primero que le donaran camiones recolectores y luego que material para bacheo. Y después endeudó al municipio y no para lanzar algún programa emergente, sino para pagar los aguinaldos. Uf.

El bono democrático de Célida se puede esfumar antes de tiempo y no sólo porque integró su gabinete mayormente con panistas, pese a que debió darles oportunidad a perfiles ligados a Morena, sino porque la gente exige resultados pronto. Si no lo cree, que le pregunte al Maloro, que a los pocos meses ya gozaba del descrédito popular por tener a la ciudad como queso gruyere.

El caso de Guaymas es patético por el nepotismo en que ha incurrido la alcaldesa Sara Valle, quien se aferró no sólo a mantener en su cargo a su cuñado, sino a varios familiares más, mostrando una faceta similar a la de los padrecistas del sexenio pasado, que llegaron hambreados de dinero y de poder.

En Cajeme no se ve una estrategia de seguridad de parte del alcalde Sergio Mariscal, porque los hechos violentos no han cesado. Aunque también puede ser por fallas en la coordinación de los tres niveles de gobierno. De ahí que urgen ya los relevos en la Secretaría de Seguridad Pública estatal y en la FGJE.

De la 62 Legislatura, se esperaba que la coalición Morena-PT-PES representara de facto una fuerza importante, pero ya luce fracturada por rencillas internas.

El desconocimiento que evidencian algunas diputadas y diputados morenistas sobre cómo funciona el Congreso no debe ser motivo para el escarnio, pero tampoco para tirarse a la milonga. Es importante que se informen y se preparen mejor. Les hacen falta mejores asesores, tanto en lo jurídico como en materia de comunicación.

Y las bancadas del PRI, PAN y Panal no es que estén brillando precisamente, pese a que varios tienen experiencia legislativa.

A estas alturas, no queda más que esperar al arribo de Andrés Manuel López Obrador –quien en dos semanas y media tomará protesta como presidente de la República–, para ver si así salen de su letargo algunas de las nuevas autoridades acá en Sonora.

Hasta el próximo miércoles.


Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.


Twitter: @AlvaradoVMarce



Esta semana se cumplen dos meses de que tomaron protesta quienes integran la 62 Legislatura (14 diputadas y 19 diputados), así como 26 alcaldesas y 46 alcaldes en Sonora, electos para el periodo 2018-2021 y que conforman el nuevo mapa político que tiene a la coalición Morena-PT-PES gobernando al 86% de la población.

Ante el mal manejo de recursos de muchos que se fueron, las nuevas autoridades no le encuentran la cuadratura al círculo y apuestan todo a que a partir del 1 de diciembre cuando tome protesta AMLO recibirán un abultado presupuesto que les dé oxígeno para cumplir sus promesas.

Así se percibe en el caso de la alcaldesa de Hermosillo, Célida López, quien se la lleva de excusa en excusa y gastando en publicidad lo que debería invertir en por lo menos tener limpia la ciudad, ya no digamos las zonas rurales, que por supuesto también requieren de toda la atención y que han sido olvidadas trienio tras trienio.

La capital sonorense luce sucia, como baldío mal cuidado. Hay maleza por todos lados, que irresponsablemente no han quitado, con el pretexto de que la dupla Maloro Acosta-Angelina Muñoz no les dejó ni herramienta, lo cual es mentira, porque a los días de que entró Célida, se vio a cuadrillas limpiando bulevares.

Ni siquiera se han preocupado por el riesgo de que con la maleza se reproduzca el mosco transmisor del dengue. La alcaldesa pidió primero que le donaran camiones recolectores y luego que material para bacheo. Y después endeudó al municipio y no para lanzar algún programa emergente, sino para pagar los aguinaldos. Uf.

El bono democrático de Célida se puede esfumar antes de tiempo y no sólo porque integró su gabinete mayormente con panistas, pese a que debió darles oportunidad a perfiles ligados a Morena, sino porque la gente exige resultados pronto. Si no lo cree, que le pregunte al Maloro, que a los pocos meses ya gozaba del descrédito popular por tener a la ciudad como queso gruyere.

El caso de Guaymas es patético por el nepotismo en que ha incurrido la alcaldesa Sara Valle, quien se aferró no sólo a mantener en su cargo a su cuñado, sino a varios familiares más, mostrando una faceta similar a la de los padrecistas del sexenio pasado, que llegaron hambreados de dinero y de poder.

En Cajeme no se ve una estrategia de seguridad de parte del alcalde Sergio Mariscal, porque los hechos violentos no han cesado. Aunque también puede ser por fallas en la coordinación de los tres niveles de gobierno. De ahí que urgen ya los relevos en la Secretaría de Seguridad Pública estatal y en la FGJE.

De la 62 Legislatura, se esperaba que la coalición Morena-PT-PES representara de facto una fuerza importante, pero ya luce fracturada por rencillas internas.

El desconocimiento que evidencian algunas diputadas y diputados morenistas sobre cómo funciona el Congreso no debe ser motivo para el escarnio, pero tampoco para tirarse a la milonga. Es importante que se informen y se preparen mejor. Les hacen falta mejores asesores, tanto en lo jurídico como en materia de comunicación.

Y las bancadas del PRI, PAN y Panal no es que estén brillando precisamente, pese a que varios tienen experiencia legislativa.

A estas alturas, no queda más que esperar al arribo de Andrés Manuel López Obrador –quien en dos semanas y media tomará protesta como presidente de la República–, para ver si así salen de su letargo algunas de las nuevas autoridades acá en Sonora.

Hasta el próximo miércoles.


Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.


Twitter: @AlvaradoVMarce