Décadas tiene que existe el esquema de la educación a distancia en México, esencialmente bajo el modelo de telesecundaria, en el que seguramente se basa el que se pondrá en marcha el siguiente ciclo escolar, como una alternativa para reducir el riesgo de contagios masivos de Covid-19 en niñas, niños y adolescentes.
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Esteban Moctezuma, titular de la SEP fue quien anunció la firma del acuerdo de la Federación con las cadenas de televisión Televisa, TV Azteca, Imagen y Multimedios, para transmitir a través de seis canales 24/7 y de los propios medios del Estado como Canal Once, Ingenio TV de Televisión Educativa las clases desde educación inicial hasta bachillerato, que darán inicio el 24 de agosto.
Como toda acción que implique cambios, era inevitable que hubiera reacciones en contra, —como las de la CNTE o de madres y padres a quienes se les dificultará con quién dejar a sus hijos, quienes no se deben quedar solos, tanto por seguridad, como porque se requiere de alguien que supervise que toman sus clases y les ayuden a resolver dudas.
El convenio con las televisoras privadas también levantó más de una ceja ante la duda inmediata de ¿cuánto nos costará la compra de espacios? Se habló en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador de 450 millones de pesos, que no obedece ni a tarifa política ni comercial, sino a una digamos tipo social.
Se trata de un “ganar-ganar”, porque las televisoras no sólo tendrán ingresos, que se han visto mermados con el recorte de gasto publicitario, también recuperarán niveles de audiencia, que han perdido con el auge de plataformas como Netflix.
El Gobierno federal tendrá la posibilidad de llegar a los rincones más apartados del país con los canales comerciales, cuya cobertura es mayor a la de su sistema televisivo. Esperemos que las televisoras no pongan programación en otros canales que pueda ser un gancho distractor del objetivo principal de este acuerdo: educar.
Hay que reconocer que el Presidente se anota un tiro de precisión, pues por un lado le inyectará recursos a empresas que atraviesan como tantas otras por un bache económico, pero, sobre todo, las orilla a cumplir uno de los objetivos elementales de todo medio de comunicación: la responsabilidad social, al ser el conducto para que la niñez y juventud mexicana continúe su formación educativa.
Esta es una oportunidad también para combatir el analfabetismo en adultos mayores e incluso jóvenes que no saben leer ni escribir. También para que quienes tienen dificultad con algunas materias, puedan repasar y ponerse al día, porque seguramente los contenidos estarán disponibles en Internet.
La SEP recurrirá al sistema público de radiodifusión y la red de 36 radiodifusoras y televisoras educativas de México, para quienes no tengan acceso a señal televisiva, además de hacer llegar los libros de texto gratuito a todos los estados.
El gobierno de Claudia Pavlovich atinadamente implementó en Sonora durante las últimas semanas del ciclo anterior, un esquema similar al que pondrá en marcha la SEP recurriendo a la televisión como medio alternativo por lo que, de cara al modelo que dará inicio el día 24, ya se tiene el antecedente bajo el cual volverán trabajar.
Lo que tanto a nivel federal como local falta de resolver es de qué manera apoyar a padres y madres de familia, para que puedan laborar desde casa y estar pendientes de que sus hijos tomen las clases por televisión, radio o Internet, según sea el caso.
Hasta el próximo miércoles.
Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.
Twitter: @AlvaradoVMarce
