/ jueves 11 de febrero de 2021

Andanzas | El ejemplo arrastra

A casi un año del primer caso de Covid 19 en México, todavía seguimos instalados en el debate público de si es necesario, si sirve y si debe hacerse obligatorio el uso de cubrebocas. Desde la propia Organización Mundial de la Salud incluso hubo señales confusas en un inicio, cuantimás en gobiernos de distintas naciones.

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Conforme ha pasado el tiempo y han aumentado los contagios y los decesos, se ha generado conciencia, pero no la suficiente para que toda aquella persona que salga e interactúe con otras acate las medidas básicas como el cubrebocas, lavado de manos, uso de gel antibacterial, sana distancia.

Si todavía hay quienes, pese a tener otra gente a su alrededor tosen o estornudan sin cubrirse con la parte interna del codo, el uso de cubrebocas es motivo de resistencia, al grado que se han registrado casos en negocios, en transporte, donde algunos han agredido a quien les conmina a portarlo.

Pese a que se diga que la sociedad no necesita ser tratada como niños, que por sí sola se cuida, no hay más que voltear a lo sucedido en 2020, cuando en cada fecha cívica de asueto o en los periodos vacacionales hubo un repunte de contagios. En el caso de Sonora, enero fue un mes con más de 11 mil casos, producto de reuniones en fiestas decembrinas sin cuidado alguno.

Claro que no hay un remedio infalible, pero mientras las vacunas que ya comenzaron a llegar pasan a la etapa en la que por edad o grupo poblacional nos toque, hay que seguirse cuidando siempre.

Puede haber millones de personas conscientes, pero también otros tantos que necesitan ser llevados de la mano para entender, para dimensionar. Por eso es importante el ejemplo.

Así como los hijos imitan conductas de los padres y madres, la ciudadanía puede adoptar más fácilmente estos protocolos si ve a sus gobernantes, a sus líderes sindicales, a sus directivos poner el ejemplo con el uso del cubrebocas, porque es una forma de mostrar respeto hacia los demás, no sólo para protección personal.

El hartazgo por el confinamiento no debe ser pretexto para relajar las medidas, porque los contagios no han parado. Bajan y suben indistintamente, pero no paran. Recordemos siempre que esos números son personas que se contagiaron, ya sea porque alguien llevó el virus a casa o por un leve descuido.

A estas alturas, desafortunadamente es raro que alguien no tenga un familiar, amistad, conocido o compañero de trabajo que haya sido alcanzado por el Covid 19. Algunos han perdido la batalla y muchos más están luchando por su vida en un hospital y su familia con ellos. También hay testimonios de quienes se recuperaron luego de días o semanas de padecer los efectos de la enfermedad.

Vacunación en puerta

Algunas farmacéuticas han logrado la autorización para uso de emergencia de la vacuna en México, y se comenzó con la Pfizer para aplicarla al personal de salud en la primera línea de batalla. Al reanudarse los envíos de estos biológicos, cuyo siguiente embarque llegará el día 15, se completará en algunos el protocolo con la segunda dosis y deberá iniciarse con el personal restante el cuadro completo.

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Con todo y la vacuna, si algo falta y hay que practicar a diario es la empatía. La solidaridad con quienes están con la angustia por algún ser querido en el hospital. Seamos más responsables como ciudadanas y ciudadanos y respetemos los protocolos: sana distancia, cubrebocas, lavado de manos y uso de gel antibacterial. Es algo que no represente un enorme sacrificio y sí, en cambio, un beneficio colectivo.

Hasta la próxima.

A casi un año del primer caso de Covid 19 en México, todavía seguimos instalados en el debate público de si es necesario, si sirve y si debe hacerse obligatorio el uso de cubrebocas. Desde la propia Organización Mundial de la Salud incluso hubo señales confusas en un inicio, cuantimás en gobiernos de distintas naciones.

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Conforme ha pasado el tiempo y han aumentado los contagios y los decesos, se ha generado conciencia, pero no la suficiente para que toda aquella persona que salga e interactúe con otras acate las medidas básicas como el cubrebocas, lavado de manos, uso de gel antibacterial, sana distancia.

Si todavía hay quienes, pese a tener otra gente a su alrededor tosen o estornudan sin cubrirse con la parte interna del codo, el uso de cubrebocas es motivo de resistencia, al grado que se han registrado casos en negocios, en transporte, donde algunos han agredido a quien les conmina a portarlo.

Pese a que se diga que la sociedad no necesita ser tratada como niños, que por sí sola se cuida, no hay más que voltear a lo sucedido en 2020, cuando en cada fecha cívica de asueto o en los periodos vacacionales hubo un repunte de contagios. En el caso de Sonora, enero fue un mes con más de 11 mil casos, producto de reuniones en fiestas decembrinas sin cuidado alguno.

Claro que no hay un remedio infalible, pero mientras las vacunas que ya comenzaron a llegar pasan a la etapa en la que por edad o grupo poblacional nos toque, hay que seguirse cuidando siempre.

Puede haber millones de personas conscientes, pero también otros tantos que necesitan ser llevados de la mano para entender, para dimensionar. Por eso es importante el ejemplo.

Así como los hijos imitan conductas de los padres y madres, la ciudadanía puede adoptar más fácilmente estos protocolos si ve a sus gobernantes, a sus líderes sindicales, a sus directivos poner el ejemplo con el uso del cubrebocas, porque es una forma de mostrar respeto hacia los demás, no sólo para protección personal.

El hartazgo por el confinamiento no debe ser pretexto para relajar las medidas, porque los contagios no han parado. Bajan y suben indistintamente, pero no paran. Recordemos siempre que esos números son personas que se contagiaron, ya sea porque alguien llevó el virus a casa o por un leve descuido.

A estas alturas, desafortunadamente es raro que alguien no tenga un familiar, amistad, conocido o compañero de trabajo que haya sido alcanzado por el Covid 19. Algunos han perdido la batalla y muchos más están luchando por su vida en un hospital y su familia con ellos. También hay testimonios de quienes se recuperaron luego de días o semanas de padecer los efectos de la enfermedad.

Vacunación en puerta

Algunas farmacéuticas han logrado la autorización para uso de emergencia de la vacuna en México, y se comenzó con la Pfizer para aplicarla al personal de salud en la primera línea de batalla. Al reanudarse los envíos de estos biológicos, cuyo siguiente embarque llegará el día 15, se completará en algunos el protocolo con la segunda dosis y deberá iniciarse con el personal restante el cuadro completo.

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Con todo y la vacuna, si algo falta y hay que practicar a diario es la empatía. La solidaridad con quienes están con la angustia por algún ser querido en el hospital. Seamos más responsables como ciudadanas y ciudadanos y respetemos los protocolos: sana distancia, cubrebocas, lavado de manos y uso de gel antibacterial. Es algo que no represente un enorme sacrificio y sí, en cambio, un beneficio colectivo.

Hasta la próxima.