/ miércoles 30 de enero de 2019

Andanzas | Hay esperanza para trabajadoras/es domésticos

Una de las aportaciones de Alfonso Cuarón con su película Roma, fue poner con más alcance un tema que ha estado cíclicamente en la agenda, que es el de las trabajadoras domésticas y la problemática de explotación, falta de prestaciones y discriminación que enfrentan, sobre todo cuando son de origen indígena.

Más allá de si el ritmo de la historia a ratos es desesperante, el cineasta mexicano nos lleva a recorrer con él una de tantas historias de lazos afectivos que se desarrollan en las familias con las empleadas del hogar, para los patrones y nanas, para las hijas e hijos. Pero al mismo tiempo, la incansable labor que realizan y en condiciones no siempre dignas.


Reforma laboral justa

Esta referencia a la película multipremiada y nominada al Óscar es el preámbulo para traer a colación una iniciativa que, de aprobarse, México estaría haciendo justicia a este segmento laboral por tantos años olvidado.

La diputada federal por Morena, Lorena Villavicencio presentó una iniciativa –que ya se analiza en la Comisión del Trabajo y Previsión Social– para reformar la Ley Federal del Trabajo, a fin de que las y los trabajadores domésticos tengan derecho al reparto de utilidades, al pago de horas extra y seguridad social.

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, 2.3 millones de personas se dedican a esta labor, de las cuales el 92% son mujeres y en su mayoría, el 96% no cuenta con un contrato escrito en el que se establezcan sus funciones.

Apenas en diciembre pasado, al resolver un amparo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que es discriminatorio excluir a las empleadas domésticas del régimen obligatorio del IMSS y, por lo tanto, es inconstitucional que los patrones no estén obligados a darlas de alta.

Parametría publicó su más reciente medición, a propósito de este tema, en la que destaca que ha ido ganando terreno la opinión de que quienes se dedican al trabajo doméstico gocen de las mismas prestaciones que cualquier otro empleo.

En cuanto a si estaría de acuerdo en que las personas que trabajan ‘haciendo el quehacer en casa’ reciban prestaciones de ley, están a favor el 85% de quienes tienen empleadas domésticas y el 93% de quienes no las tienen.

De quienes cuentan con trabajadores domésticos en sus hogares, el 56% se enteró de la resolución de la SCJN, el 44% no, mientras que de quienes no cuentan con empleados domésticos, es un porcentaje similar entre los informados 52% y los no enterados, 47%.

La desinformación no deja de ser preocupante, porque les da ventajas a patrones abusivos y alarga el desamparo en que se encuentran millones de empleadas del hogar, muchas de las cuales ignoran que pueden aspirar a condiciones más dignas y por temor a quedarse sin un ingreso, aceptan lo que se les ofrezca, así sea con sueldos de miseria y sin descanso.

En tanto se discuta y apruebe en la Cámara de Diputados la iniciativa de reformas a la LFT, no resta más que apelar a que cada vez haya más empleadores conscientes de la necesidad de dar esas condiciones mínimas de dignidad a quienes les ayudan con la limpieza de sus hogares y en el cuidado de sus hijos y hagan la diferencia.

Y claro, lo que voluntaria o involuntariamente mueva alrededor de ello la película Roma de Cuarón. Que se pase del agradecimiento a estas trabajadoras a una acción de verdadera justicia brindándoles condiciones laborales de las que actualmente no gozan.

Hasta el próximo miércoles.

Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce

Una de las aportaciones de Alfonso Cuarón con su película Roma, fue poner con más alcance un tema que ha estado cíclicamente en la agenda, que es el de las trabajadoras domésticas y la problemática de explotación, falta de prestaciones y discriminación que enfrentan, sobre todo cuando son de origen indígena.

Más allá de si el ritmo de la historia a ratos es desesperante, el cineasta mexicano nos lleva a recorrer con él una de tantas historias de lazos afectivos que se desarrollan en las familias con las empleadas del hogar, para los patrones y nanas, para las hijas e hijos. Pero al mismo tiempo, la incansable labor que realizan y en condiciones no siempre dignas.


Reforma laboral justa

Esta referencia a la película multipremiada y nominada al Óscar es el preámbulo para traer a colación una iniciativa que, de aprobarse, México estaría haciendo justicia a este segmento laboral por tantos años olvidado.

La diputada federal por Morena, Lorena Villavicencio presentó una iniciativa –que ya se analiza en la Comisión del Trabajo y Previsión Social– para reformar la Ley Federal del Trabajo, a fin de que las y los trabajadores domésticos tengan derecho al reparto de utilidades, al pago de horas extra y seguridad social.

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, 2.3 millones de personas se dedican a esta labor, de las cuales el 92% son mujeres y en su mayoría, el 96% no cuenta con un contrato escrito en el que se establezcan sus funciones.

Apenas en diciembre pasado, al resolver un amparo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que es discriminatorio excluir a las empleadas domésticas del régimen obligatorio del IMSS y, por lo tanto, es inconstitucional que los patrones no estén obligados a darlas de alta.

Parametría publicó su más reciente medición, a propósito de este tema, en la que destaca que ha ido ganando terreno la opinión de que quienes se dedican al trabajo doméstico gocen de las mismas prestaciones que cualquier otro empleo.

En cuanto a si estaría de acuerdo en que las personas que trabajan ‘haciendo el quehacer en casa’ reciban prestaciones de ley, están a favor el 85% de quienes tienen empleadas domésticas y el 93% de quienes no las tienen.

De quienes cuentan con trabajadores domésticos en sus hogares, el 56% se enteró de la resolución de la SCJN, el 44% no, mientras que de quienes no cuentan con empleados domésticos, es un porcentaje similar entre los informados 52% y los no enterados, 47%.

La desinformación no deja de ser preocupante, porque les da ventajas a patrones abusivos y alarga el desamparo en que se encuentran millones de empleadas del hogar, muchas de las cuales ignoran que pueden aspirar a condiciones más dignas y por temor a quedarse sin un ingreso, aceptan lo que se les ofrezca, así sea con sueldos de miseria y sin descanso.

En tanto se discuta y apruebe en la Cámara de Diputados la iniciativa de reformas a la LFT, no resta más que apelar a que cada vez haya más empleadores conscientes de la necesidad de dar esas condiciones mínimas de dignidad a quienes les ayudan con la limpieza de sus hogares y en el cuidado de sus hijos y hagan la diferencia.

Y claro, lo que voluntaria o involuntariamente mueva alrededor de ello la película Roma de Cuarón. Que se pase del agradecimiento a estas trabajadoras a una acción de verdadera justicia brindándoles condiciones laborales de las que actualmente no gozan.

Hasta el próximo miércoles.

Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce