/ jueves 4 de junio de 2020

Andanzas | Libertad de expresión en tiempos aciagos

Este derecho consagrado en nuestra Carta Magna y que ejercen todas las personas, con el auge de las redes sociales se ha potenciado tanto para los medios como para cualquier persona con un dispositivo móvil.

La libertad de expresión en México, sin embargo, se ha vuelto cada vez más peligrosa para las mujeres y los hombres de los medios de comunicación, porque persisten las malas prácticas en partidos, en la clase política y la empresarial cuando se les exhibe por actos de corrupción y lo mismo cuando el periodismo de investigación sigue de cerca los pasos del crimen organizado.

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Si esto no fuera suficiente para que muchos colegas sean objeto de repudiables atentados e incluso, en algunos casos pierdan la vida, algunos periodistas también son blanco de amenazas y campañas sistemáticas por medio de bots y troles en busca de atemorizarlos y/o desprestigiarlos en las redes sociales.

Ante la ignorancia, que también sigue siendo una realidad, muchos usuarios caen en el juego y se suman a las injurias hacia quienes muestran la realidad que otros se empeñan en ocultar, sea cual sea el color del partido o el organismo empresarial e incluso civil que representen. Los casos del dominio público ahí están.

No podemos pasar por alto que hay medios que aprovechan cualquier coyuntura para mostrarse como viles pasquines y difundir ‘fake news’, algo que ha causado un grave daño al periodismo.

La mejor forma de celebrar la libertad de expresión en México es ejercerla despojándose de odios y de prejuicios, sobre todo por quienes se dedican al periodismo, que en todo momento deben anteponer la ética y la responsabilidad social cuando tienen un micrófono frente a sí o un espacio impreso desde el cual muchos les leerán.

Para completar la ecuación, se requiere del compromiso de dueños y directivos de los medios de comunicación con la veracidad y el profesionalismo y de que provean todo lo necesario para dignificar al periodismo, con mejores salarios y prestaciones sociales para quienes salen todos días a la caza de la noticia.


La curva que no se aplana


Tres meses han transcurrido desde el primer caso de coronavirus en México y la incidencia se mantiene al alza, lo mismo que el hartazgo ante el confinamiento y la desesperación de empresarios, desde micro hasta grandes, muchos de los cuales ya cerraron sus puertas, al no permitírseles reanudar labores.

Al 2 de junio, en México se contabilizaron 97 mil 326 casos de Covid-19, así como 10 mil 637 defunciones, mientras que en Sonora se acumulan 2 mil 704, incluyendo los 143 del martes, día en que se registraron 20 fallecimientos, para un total de 224 según los datos de la Secretaría de Salud federal y estatal, respectivamente.

La inconsciencia de muchos patrones al negarse a que sus trabajadores hicieran “home office” y la irresponsabilidad de ciudadanos que salen sin necesidad y sin protección ocasiona que más personas enfermen.

Sonora se ubica en octavo lugar en incidencia. Acorde al director de Epidemiología de la Secretaría de Salud federal, José Luis Alomía, el índice de movilidad comunitaria, basado en Google, Facebook y Twitter, sobre todo este último, muestra que los usuarios de estos servicios en la entidad han incrementado su movilidad.

Ya queremos todas y todos que esta pesadilla termine, que no haya más personas contagiadas sufriendo. Queremos que sanen y sólo resta armarse de paciencia y permanecer en casa lo más posible.

Hasta el próximo miércoles.

Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce


Este derecho consagrado en nuestra Carta Magna y que ejercen todas las personas, con el auge de las redes sociales se ha potenciado tanto para los medios como para cualquier persona con un dispositivo móvil.

La libertad de expresión en México, sin embargo, se ha vuelto cada vez más peligrosa para las mujeres y los hombres de los medios de comunicación, porque persisten las malas prácticas en partidos, en la clase política y la empresarial cuando se les exhibe por actos de corrupción y lo mismo cuando el periodismo de investigación sigue de cerca los pasos del crimen organizado.

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Si esto no fuera suficiente para que muchos colegas sean objeto de repudiables atentados e incluso, en algunos casos pierdan la vida, algunos periodistas también son blanco de amenazas y campañas sistemáticas por medio de bots y troles en busca de atemorizarlos y/o desprestigiarlos en las redes sociales.

Ante la ignorancia, que también sigue siendo una realidad, muchos usuarios caen en el juego y se suman a las injurias hacia quienes muestran la realidad que otros se empeñan en ocultar, sea cual sea el color del partido o el organismo empresarial e incluso civil que representen. Los casos del dominio público ahí están.

No podemos pasar por alto que hay medios que aprovechan cualquier coyuntura para mostrarse como viles pasquines y difundir ‘fake news’, algo que ha causado un grave daño al periodismo.

La mejor forma de celebrar la libertad de expresión en México es ejercerla despojándose de odios y de prejuicios, sobre todo por quienes se dedican al periodismo, que en todo momento deben anteponer la ética y la responsabilidad social cuando tienen un micrófono frente a sí o un espacio impreso desde el cual muchos les leerán.

Para completar la ecuación, se requiere del compromiso de dueños y directivos de los medios de comunicación con la veracidad y el profesionalismo y de que provean todo lo necesario para dignificar al periodismo, con mejores salarios y prestaciones sociales para quienes salen todos días a la caza de la noticia.


La curva que no se aplana


Tres meses han transcurrido desde el primer caso de coronavirus en México y la incidencia se mantiene al alza, lo mismo que el hartazgo ante el confinamiento y la desesperación de empresarios, desde micro hasta grandes, muchos de los cuales ya cerraron sus puertas, al no permitírseles reanudar labores.

Al 2 de junio, en México se contabilizaron 97 mil 326 casos de Covid-19, así como 10 mil 637 defunciones, mientras que en Sonora se acumulan 2 mil 704, incluyendo los 143 del martes, día en que se registraron 20 fallecimientos, para un total de 224 según los datos de la Secretaría de Salud federal y estatal, respectivamente.

La inconsciencia de muchos patrones al negarse a que sus trabajadores hicieran “home office” y la irresponsabilidad de ciudadanos que salen sin necesidad y sin protección ocasiona que más personas enfermen.

Sonora se ubica en octavo lugar en incidencia. Acorde al director de Epidemiología de la Secretaría de Salud federal, José Luis Alomía, el índice de movilidad comunitaria, basado en Google, Facebook y Twitter, sobre todo este último, muestra que los usuarios de estos servicios en la entidad han incrementado su movilidad.

Ya queremos todas y todos que esta pesadilla termine, que no haya más personas contagiadas sufriendo. Queremos que sanen y sólo resta armarse de paciencia y permanecer en casa lo más posible.

Hasta el próximo miércoles.

Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce