/ miércoles 12 de febrero de 2020

Andanzas | Otra atrocidad cimbra a México

Para esta colaboración pensaba escribir sobre el amor, a propósito del Día de San Valentín, ocasión para recordar la importancia de este sentimiento hacia nosotr@s mism@s, nuestra familia, amistades, pareja y esos integrantes de cuatro patas en nuestros hogares, los perrunos, los seres que más nos aman incondicionalmente.

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Estaba decidiendo cómo abordarlo, cuando me topé con la noticia de uno de los feminicidios más atroces en fechas recientes en México, el de Ingrid Escamilla, una joven poblana de apenas 25 años y que tuvo el peor de los finales, al morir a manos de su esposo, Érick Francisco Robledo, de 46 años.

¿Cómo puede alguien ser capaz de apuñalar a su pareja, desollarla, sacarle sus órganos, sus vísceras, cercenarle la piel, para después tirar una parte a la calle y otra al drenaje? No alcanzo a imaginar el dolor físico de Ingrid y el emocional que enfrentará su familia. Eso no es amor. Es odio.

La brutalidad del asesinato de un día en México supera al del anterior y luego se olvida. Y no debemos cerrar los ojos ante las víctimas colaterales. En este caso, un joven de 15 años que presenta Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), hijo del primer matrimonio del feminicida.

Imágenes de feminicidio filtradas han circulado en redes sociales. Fue inevitable toparme con ellas. Cualquiera se queda en shock y se llena de rabia, cuantimás una persona neurotípica como el hijo, que son extremadamente sensibles a los gritos.

Érick Robledo llamó a su ex esposa para pedirle ir por su hijo. Hay versiones de que le confesó lo que acababa de hacer, otras que su hijo le comentó a su madre lo sucedido y luego ella fue quien pidió el apoyo de la Policía.

La indiferencia de los vecinos es un mero reflejo de la normalización de la violencia y de la falta de empatía por el dolor ajeno. ¿Qué les costaba llamar a la Policía? Algunos dijeron que eran frecuentes las peleas, pero hasta ahí. La joven había denunciado a su pareja meses atrás, pero le otorgó el perdón.

Finalmente había dado un paso para salir del infierno en que vivía y pese a haber desistido, ninguna autoridad al parecer le dio seguimiento.

La realidad en México, donde los feminicidios se dispararon 137% en los últimos cinco años, acorde al titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero, debería obligar a modificar protocolos, para proteger lo antes posible a las mujeres víctimas de violencia de género. Y nada de cambiar la figura de feminicidio por la de homicidio agravado, cuando lo que urge es sensibilizar a los jueces y ministerios públicos ante esta problemática, para que hagan mejor su trabajo y se reduzca el índice de impunidad.

Reto contra la violencia de género

Los adolescentes que promueven retos temerarios en redes sociales, bien podrían hacer uno para identificar y desaprender conductas machistas, como el de creer que las mujeres están para servirles, que son simple objeto de placer e inferiores a ellos.

Viralizar acciones como tratar con respeto y por igual a niñas y niños, hablar del bullying y cómo no ser parte de él, enlistar y advertir de cuáles son las formas de violencia en el noviazgo, serían una buena manera de comenzar a cambiar lo que nos tiene con un promedio de 10 a 11 mujeres asesinadas por día en nuestro país.

Hasta el próximo miércoles.

Para esta colaboración pensaba escribir sobre el amor, a propósito del Día de San Valentín, ocasión para recordar la importancia de este sentimiento hacia nosotr@s mism@s, nuestra familia, amistades, pareja y esos integrantes de cuatro patas en nuestros hogares, los perrunos, los seres que más nos aman incondicionalmente.

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Estaba decidiendo cómo abordarlo, cuando me topé con la noticia de uno de los feminicidios más atroces en fechas recientes en México, el de Ingrid Escamilla, una joven poblana de apenas 25 años y que tuvo el peor de los finales, al morir a manos de su esposo, Érick Francisco Robledo, de 46 años.

¿Cómo puede alguien ser capaz de apuñalar a su pareja, desollarla, sacarle sus órganos, sus vísceras, cercenarle la piel, para después tirar una parte a la calle y otra al drenaje? No alcanzo a imaginar el dolor físico de Ingrid y el emocional que enfrentará su familia. Eso no es amor. Es odio.

La brutalidad del asesinato de un día en México supera al del anterior y luego se olvida. Y no debemos cerrar los ojos ante las víctimas colaterales. En este caso, un joven de 15 años que presenta Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), hijo del primer matrimonio del feminicida.

Imágenes de feminicidio filtradas han circulado en redes sociales. Fue inevitable toparme con ellas. Cualquiera se queda en shock y se llena de rabia, cuantimás una persona neurotípica como el hijo, que son extremadamente sensibles a los gritos.

Érick Robledo llamó a su ex esposa para pedirle ir por su hijo. Hay versiones de que le confesó lo que acababa de hacer, otras que su hijo le comentó a su madre lo sucedido y luego ella fue quien pidió el apoyo de la Policía.

La indiferencia de los vecinos es un mero reflejo de la normalización de la violencia y de la falta de empatía por el dolor ajeno. ¿Qué les costaba llamar a la Policía? Algunos dijeron que eran frecuentes las peleas, pero hasta ahí. La joven había denunciado a su pareja meses atrás, pero le otorgó el perdón.

Finalmente había dado un paso para salir del infierno en que vivía y pese a haber desistido, ninguna autoridad al parecer le dio seguimiento.

La realidad en México, donde los feminicidios se dispararon 137% en los últimos cinco años, acorde al titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero, debería obligar a modificar protocolos, para proteger lo antes posible a las mujeres víctimas de violencia de género. Y nada de cambiar la figura de feminicidio por la de homicidio agravado, cuando lo que urge es sensibilizar a los jueces y ministerios públicos ante esta problemática, para que hagan mejor su trabajo y se reduzca el índice de impunidad.

Reto contra la violencia de género

Los adolescentes que promueven retos temerarios en redes sociales, bien podrían hacer uno para identificar y desaprender conductas machistas, como el de creer que las mujeres están para servirles, que son simple objeto de placer e inferiores a ellos.

Viralizar acciones como tratar con respeto y por igual a niñas y niños, hablar del bullying y cómo no ser parte de él, enlistar y advertir de cuáles son las formas de violencia en el noviazgo, serían una buena manera de comenzar a cambiar lo que nos tiene con un promedio de 10 a 11 mujeres asesinadas por día en nuestro país.

Hasta el próximo miércoles.