El Poder Judicial está en deuda con Sonora, por la razón que tumba los casos de escandalosa corrupción en México: la mala integración de los expedientes y en la vox populi queda la sospecha de la simulación, los cañonazo$ al estilo Álvaro Obregón, pero a valor presente y la duda de, si de plano hay una sobrada ineptitud.
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Ha pasado ya un año en que el ex gobernador Guillermo Padrés fue dejado en libertad bajo fianza y anda tan campante. Pudo estar presente en las ostentosas bodas de dos de sus hijos, financiadas con el dinero ganado con el sudor de su frente. ¡Sí, Chuy!
Da asco, en verdad, que políticos como este y como otros tanto, que cambiaron radicalmente su estilo de vida, que no repararon en malgastar el dinero público, dejando las finanzas pendiendo de un hilo, estén libres o duren apenas unos meses o escasos años en prisión, sin que se les incauten en definitiva bienes y cuentas bancarias producto de un evidente enriquecimiento ilícito.
El daño al erario y el daño a la infraestructura carretera, de salud y educativa fue más que claro en el sexenio de Guillermo Padrés. La rapacidad con la que él y su camarilla se condujeron llegó al grado de dejarle a la gobernadora Claudia Pavlovich unas oficinas en las que el mobiliario estaba incompleto y no había ni lápices y por supuesto, ni dinero para comprar lo mínimo indispensable para operar.
Algunos del círculo cercano al ex presidiario hoy se muestran felices en redes sociales como tuiter, donde reaparecieron con la tranquilidad que les da el mismo beneficio del que goza su patrón: la impunidad.
La benevolencia del Poder Judicial
Diversos jueces de Sonora, de CDMX y el Estado de México son los responsables de que Guillermo Padrés goce de libertad. Pero también lo son quienes integraron los expedientes de origen en la Fiscalía Anticorrupción de Sonora, la Secretaría de Hacienda y la Fiscalía General de la República.
Recordar que un tribunal federal determinó que la FAS ya no podía investigar al ex gobernador y todo el trabajo de tres años fue anulado, quedando en manos de la Fiscalía de Justicia de Sonora la opción de empezar de nuevo. No sabemos si hay algún proceso en su contra, salvo por la demanda de tortura de Gisela Peraza.
Está pendiente la resolución definitiva que lo mantiene en libertad bajo fianza, en el caso de defraudación fiscal de 70.4 millones de pesos. En noviembre pasado, le fue negado un amparo contra el auto de formal prisión en este asunto de los ingresos por más de 8.8 millones de dólares entre 2011 y 2014 que no declaró al SAT.
Y cómo olvidar la ‘rebajita’ de 70 millones de pesos que le concedió un juez federal en septiembre de 2019 en la garantía hipotecaria que lo tiene fuera del reclusorio.
Si Odracir Espinoza ya no lo puede investigar y ha ido contra puro ‘charal’ a últimas fechas, por ética debería retirarse de la FAS. La fiscal Claudia Indira Contreras está obligada a buscar debajo de las piedras, para que no concluya el sexenio de la gobernadora Pavlovich sin un castigo ejemplar a los corruptos del padrecismo.
Y a nivel federal, el fiscal Alejandro Gertz debe demostrar que sí pueden hacer bien su trabajo, para poner tras las rejas a políticos que han gozado del manto de la impunidad.
Hasta el próximo miércoles.
Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.
@AlvaradoVMarce
