/ miércoles 6 de febrero de 2019

Andanzas | Padrés, soberbio y con sed de venganza

Apenas un puñado de sonorenses, ese que todavía se siente orgulloso de haber pertenecido al círculo cercano del mesón del padrecismo, ya porque llegaron hambreados de poder y/o de dinero, ya porque su lealtad les provocó ceguera, son quienes celebran esa oda a la impunidad que significa la liberación de “el jefe”, como le llaman.

Guillermo Padrés encabezó un gobierno cuyo sello de la casa fue la corrupción. Es evidente que optó por amasar cuantiosa fortuna y lo mismo les permitió a muchos de sus colaboradores, dejando caer los sistemas de salud y educación, como los más recordados por deficientes y en los que más hicieron negocio los panistas a su servicio.

Aunque la libertad bajo fianza sea un derecho en delitos que no se consideran graves, como pasa en el llamado nuevo sistema de justicia penal con el lavado de dinero y la defraudación fiscal –dos de los cargos por los que está acusado GPE–, algo deben hacer las y los legisladores para que los políticos no gocen de ese privilegio, porque su misma posición de poder los pone por encima del resto.

¿Cuántas personas por robos menores no seguirán en prisión, pese a que ya pasó el tiempo para que se les dictara sentencia? Seguramente algunos centenares. Pero no tienen palancas ni abogados que fueron ex procuradores, a los que muchos les han de deber favores, como para sacarlos en poco tiempo.

La liberación de Padrés puede ser un motivo de festejo para su familia, pero es un insulto para el resto de los sonorenses o como atinadamente dijo el dirigente estatal de Morena, Jacobo Mendoza, el ex gobernador “ganó una batalla legal, pero perdió la batalla moral ante el pueblo de Sonora”.

Por cierto, cuánta tibieza en el nuevo dirigente del PRI, Ernesto de Lucas, quien todavía no se repone del descalabro del 1 de julio cuando no pudo ganar la Alcaldía de Hermosillo. Atrás quedó el mito del “Pato” entrón. Ya ni porque su partido le arrebató al PAN la gubernatura en 2015 con Claudia Pavlovich, fue capaz de salir, discursivamente, con algo mejor.

Y volviendo a Padrés, alguien con verdadera calidad humana no habría grabado un audio en el que escupe soberbia y muestra su sed de venganza ¿o cómo se le puede llamar a la amenaza que lanzó al decir “ya estoy libre cabrones, agárrense hijos de la chingada”? ¿Alguien en el Poder Judicial registraría esto?

Es evidente que esa grabación que su misma gente se encargó de filtrar tenía la intención de mandar un mensaje contra quienes considera sus verdugos, que en realidad, si somos francos, sería la mayoría de los sonorenses que echó a patadas al padrecismo hace tres años y medio.


FAS y FGR, a rendir cuentas

Ya es hora de que también se llame a cuentas al fiscal Anticorrupción, Odracir Espinoza y a quienes han estado a cargo de las investigaciones contra Padrés en la hoy llamada Fiscalía General de la República, antes PGR, desde jueces hasta ex procuradores.

No es posible que, si a los ojos de los ciudadanos el ex gobernador y su camarilla se enriqueció, no sólo estén en libertad, sino tampoco les hayan quitado sin “v” de vuelta bienes y cuentas bancarias que evidencian su drástico cambio de vida en seis años.

El Poder Judicial está en deuda con Sonora y con México en general. Por este tipo de sentencias es que se pierde la confianza en las instituciones en nuestro país. Y como dijo el Presidente de la República al parafrasear una vieja consigna de protesta ciudadana: El pueblo se cansa, de tanta pinche transa.

Hasta el próximo miércoles.


Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce

Apenas un puñado de sonorenses, ese que todavía se siente orgulloso de haber pertenecido al círculo cercano del mesón del padrecismo, ya porque llegaron hambreados de poder y/o de dinero, ya porque su lealtad les provocó ceguera, son quienes celebran esa oda a la impunidad que significa la liberación de “el jefe”, como le llaman.

Guillermo Padrés encabezó un gobierno cuyo sello de la casa fue la corrupción. Es evidente que optó por amasar cuantiosa fortuna y lo mismo les permitió a muchos de sus colaboradores, dejando caer los sistemas de salud y educación, como los más recordados por deficientes y en los que más hicieron negocio los panistas a su servicio.

Aunque la libertad bajo fianza sea un derecho en delitos que no se consideran graves, como pasa en el llamado nuevo sistema de justicia penal con el lavado de dinero y la defraudación fiscal –dos de los cargos por los que está acusado GPE–, algo deben hacer las y los legisladores para que los políticos no gocen de ese privilegio, porque su misma posición de poder los pone por encima del resto.

¿Cuántas personas por robos menores no seguirán en prisión, pese a que ya pasó el tiempo para que se les dictara sentencia? Seguramente algunos centenares. Pero no tienen palancas ni abogados que fueron ex procuradores, a los que muchos les han de deber favores, como para sacarlos en poco tiempo.

La liberación de Padrés puede ser un motivo de festejo para su familia, pero es un insulto para el resto de los sonorenses o como atinadamente dijo el dirigente estatal de Morena, Jacobo Mendoza, el ex gobernador “ganó una batalla legal, pero perdió la batalla moral ante el pueblo de Sonora”.

Por cierto, cuánta tibieza en el nuevo dirigente del PRI, Ernesto de Lucas, quien todavía no se repone del descalabro del 1 de julio cuando no pudo ganar la Alcaldía de Hermosillo. Atrás quedó el mito del “Pato” entrón. Ya ni porque su partido le arrebató al PAN la gubernatura en 2015 con Claudia Pavlovich, fue capaz de salir, discursivamente, con algo mejor.

Y volviendo a Padrés, alguien con verdadera calidad humana no habría grabado un audio en el que escupe soberbia y muestra su sed de venganza ¿o cómo se le puede llamar a la amenaza que lanzó al decir “ya estoy libre cabrones, agárrense hijos de la chingada”? ¿Alguien en el Poder Judicial registraría esto?

Es evidente que esa grabación que su misma gente se encargó de filtrar tenía la intención de mandar un mensaje contra quienes considera sus verdugos, que en realidad, si somos francos, sería la mayoría de los sonorenses que echó a patadas al padrecismo hace tres años y medio.


FAS y FGR, a rendir cuentas

Ya es hora de que también se llame a cuentas al fiscal Anticorrupción, Odracir Espinoza y a quienes han estado a cargo de las investigaciones contra Padrés en la hoy llamada Fiscalía General de la República, antes PGR, desde jueces hasta ex procuradores.

No es posible que, si a los ojos de los ciudadanos el ex gobernador y su camarilla se enriqueció, no sólo estén en libertad, sino tampoco les hayan quitado sin “v” de vuelta bienes y cuentas bancarias que evidencian su drástico cambio de vida en seis años.

El Poder Judicial está en deuda con Sonora y con México en general. Por este tipo de sentencias es que se pierde la confianza en las instituciones en nuestro país. Y como dijo el Presidente de la República al parafrasear una vieja consigna de protesta ciudadana: El pueblo se cansa, de tanta pinche transa.

Hasta el próximo miércoles.


Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce