/ sábado 19 de enero de 2019

Artemusa | La Ruta del Arte, conjuntos de objetos para la construcción de significado

Las exposiciones de arte están llenas de objetos, objetos artísticos en todo caso.

Cualquier objeto que nos rodea siempre está jerarquizado y posicionado según su significado funcional o simbólico (o ambos).

El sentido que le damos a estos objetos está en relación a conjuntos que se van formando culturalmente. El objeto artístico en su capital simbólico y en su materialidad es una constancia para dichos significados, un documento portador de ideas.

El objeto en sí es una fuente de información, que requiere de una investigación (conocimientos previos) que permitan al espectador (o al artista, quien también realiza una investigación) ver las relaciones que existen en esas referencias culturales, incluso Aumont dice que “la percepción visual se acciona un saber sobre la realidad”, una memoria visual inconsciente.

El artista plantea una inquietud/problemática que deberá ser resuelta en la comunicación con un espectador activo. Toda comunicación requiere de un emisor, un receptor y un mensaje, si pensáramos en las exposiciones como conjuntos de objetos que han sido conceptualizados como sistema de comunicación, la participación del visitante a la galería no puede percibirse como pasiva.

Los galeristas, en ese conocimiento, tendrían que idear una manera de implicar al público y que cada conjunto de objetos artísticos, o sea una exposición sea en sí misma una experiencia.

Se puede ver que desde el proyecto de montaje se elaboran una serie de diseños (museográficos) que complementan el proyecto comunicativo, también a través de una sensible visita guiada se promueve conectar con quienes acuden a la galería, como dice García Blanco “conocer sus necesidades, expectativas, motivaciones, conocimientos, actitudes, etc.” para con ello seguir nutriendo la vivencia de las visitas y retroalimentar la práctica para mejorar cada vez.

Partiendo de esa dinámica objeto/artista-curador-galerista-público reflexionar sobre la oferta cultural busca responder a la diversidad de público. Una Ruta del Arte es un buen ejemplo de esta pluralidad, y de cómo una serie de objetos artísticos, categorizados y ordenados como conjuntos comunicativos desde múltiples posicionamientos pueden en esa interacción funcional promover la construcción de significado.

Les invito con esto a acudir a la Ruta del Arte más próxima en nuestro Estado, la del Festival Alfonso Ortiz Tirado 2019 del 18 al 26 en cualquiera de las subsedes Álamos, Navojoa, Cajeme, Guaymas, Hermosillo e internacionalmente en Tucson y Phoenix, Arizona.

Página web oficial: www.festivalortiztirado.gob.mx

Twitter oficial: @faot35

Psicóloga por el Itson y la UADY, especialista en Educación Especial y Neuropsicología, catedrática en el Itson, ENEE y orientadora para la Secretaría de Educación y Cultura, gestora cultural con posgrado en análisis y gestión del Arte Contemporáneo actualmente Coordinadora Estatal de Artes Visuales en el Instituto Sonorense de Cultura (ISC).

Facebook: @AliArteche

Twitter: @AlinaArteche

Las exposiciones de arte están llenas de objetos, objetos artísticos en todo caso.

Cualquier objeto que nos rodea siempre está jerarquizado y posicionado según su significado funcional o simbólico (o ambos).

El sentido que le damos a estos objetos está en relación a conjuntos que se van formando culturalmente. El objeto artístico en su capital simbólico y en su materialidad es una constancia para dichos significados, un documento portador de ideas.

El objeto en sí es una fuente de información, que requiere de una investigación (conocimientos previos) que permitan al espectador (o al artista, quien también realiza una investigación) ver las relaciones que existen en esas referencias culturales, incluso Aumont dice que “la percepción visual se acciona un saber sobre la realidad”, una memoria visual inconsciente.

El artista plantea una inquietud/problemática que deberá ser resuelta en la comunicación con un espectador activo. Toda comunicación requiere de un emisor, un receptor y un mensaje, si pensáramos en las exposiciones como conjuntos de objetos que han sido conceptualizados como sistema de comunicación, la participación del visitante a la galería no puede percibirse como pasiva.

Los galeristas, en ese conocimiento, tendrían que idear una manera de implicar al público y que cada conjunto de objetos artísticos, o sea una exposición sea en sí misma una experiencia.

Se puede ver que desde el proyecto de montaje se elaboran una serie de diseños (museográficos) que complementan el proyecto comunicativo, también a través de una sensible visita guiada se promueve conectar con quienes acuden a la galería, como dice García Blanco “conocer sus necesidades, expectativas, motivaciones, conocimientos, actitudes, etc.” para con ello seguir nutriendo la vivencia de las visitas y retroalimentar la práctica para mejorar cada vez.

Partiendo de esa dinámica objeto/artista-curador-galerista-público reflexionar sobre la oferta cultural busca responder a la diversidad de público. Una Ruta del Arte es un buen ejemplo de esta pluralidad, y de cómo una serie de objetos artísticos, categorizados y ordenados como conjuntos comunicativos desde múltiples posicionamientos pueden en esa interacción funcional promover la construcción de significado.

Les invito con esto a acudir a la Ruta del Arte más próxima en nuestro Estado, la del Festival Alfonso Ortiz Tirado 2019 del 18 al 26 en cualquiera de las subsedes Álamos, Navojoa, Cajeme, Guaymas, Hermosillo e internacionalmente en Tucson y Phoenix, Arizona.

Página web oficial: www.festivalortiztirado.gob.mx

Twitter oficial: @faot35

Psicóloga por el Itson y la UADY, especialista en Educación Especial y Neuropsicología, catedrática en el Itson, ENEE y orientadora para la Secretaría de Educación y Cultura, gestora cultural con posgrado en análisis y gestión del Arte Contemporáneo actualmente Coordinadora Estatal de Artes Visuales en el Instituto Sonorense de Cultura (ISC).

Facebook: @AliArteche

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