/ viernes 18 de octubre de 2019

Artemusa | Paisaje Moderno, instalaciones en el muro por Daniel Alcalá

La ciudad de Nogales, Sonora, puede llegar a sentirse caótica, lo cual no me molesta de hecho creo que me encanta, como quizá algunas otras ciudades fronterizas que en esa etiqueta presentan algunas tendencias similares, pero en ello también radican sus particularidades, “Tiene el sabor de la espontaneidad” expresaba el artista Martínez Arteche sobre Guaymas, Sonora, creo que lo mismo pudiera decirse de Nogales, agregando: espontaneidad determinada, que se siente casi como osadía.

Nogales, es un espacio donde todo va de paso, y con ello, el arte, uno que no pide permiso, nada lo detiene, cruza más veces la frontera que los mismos artistas y ¿Qué decir de los artistas? Encontramos un talento desbordado, una forma de hacer arte que tiene impulso y empeño, que se realiza con, sin y a pesar de, me asombra y me hace admirarles, también en algunos de los trabajos es posible ver cómo se repite una suerte de angustia, una demanda dolorosa, un comunicado de auxilio, de lo que se dice y de lo que se calla, de cómo cuando, uno pasa de lado y, sin embargo, no permanecemos ajenos a lo que acontece. Nos ha afectado y pudiéramos no ser conscientes de cuanto, ya está en uno, interiorizado, punzando como la vida.

Daniel Alcalá no es de Nogales, pero como si lo fuera, él nace en Piedras Negras, Coahuila, ciudad fronteriza del Noreste de México, y eso lo marca lo que pudiera decirse para siempre, como nos marca la infancia, sin importar dónde la vivamos. Entonces, siendo dos ciudades fronterizas, Daniel se siente como en casa, y no sólo retorna a Nogales para realizar un taller sobre Estrategias de Gráfica Contemporánea en el marco del Programa de Actualización de Profesionales de Arte (PROA), sino que retorna constantemente por su interés en el paisaje, aquel construido por el hombre, específicamente una investigación sobre el Programa Nacional Fronterizo (Pronaf), sobre las construcciones realizadas en los sesenta por el arquitecto Mario Pani, buscando descubrir y revelar qué condiciones se dieron para que el paisaje se modificara de esta manera y qué repercusiones tuvo y tiene incluso hoy en día, es una invitación a la memoria visual y al diálogo, que permite encontrarse al espectador no sólo con un paisaje en algunos casos abandonado, en otros perdido pero aún más importante desde su nueva visión con un nuevo paisaje ante el muro. Como una invitación a la fantasía y como no pudo decirlo mejor un niño que acudió a ver la instalación: “Es un paisaje que se viene encima de mí, como si me lo hubieran puesto aquí mismo (colocando sus manos frente a si mismo)” y de esta manera así algunas cosas, impuestas, se van volviendo también parte de nosotros.

Como invitación, si están en Nogales o pasan por ahí, no dejen de visitar la instalación mural “Paisajes Modernos” de Daniel Alcalá en el Centro Cultural de Nogales (Cecun).

@AliArteche

@AlinaArteche

@aliarteche

La ciudad de Nogales, Sonora, puede llegar a sentirse caótica, lo cual no me molesta de hecho creo que me encanta, como quizá algunas otras ciudades fronterizas que en esa etiqueta presentan algunas tendencias similares, pero en ello también radican sus particularidades, “Tiene el sabor de la espontaneidad” expresaba el artista Martínez Arteche sobre Guaymas, Sonora, creo que lo mismo pudiera decirse de Nogales, agregando: espontaneidad determinada, que se siente casi como osadía.

Nogales, es un espacio donde todo va de paso, y con ello, el arte, uno que no pide permiso, nada lo detiene, cruza más veces la frontera que los mismos artistas y ¿Qué decir de los artistas? Encontramos un talento desbordado, una forma de hacer arte que tiene impulso y empeño, que se realiza con, sin y a pesar de, me asombra y me hace admirarles, también en algunos de los trabajos es posible ver cómo se repite una suerte de angustia, una demanda dolorosa, un comunicado de auxilio, de lo que se dice y de lo que se calla, de cómo cuando, uno pasa de lado y, sin embargo, no permanecemos ajenos a lo que acontece. Nos ha afectado y pudiéramos no ser conscientes de cuanto, ya está en uno, interiorizado, punzando como la vida.

Daniel Alcalá no es de Nogales, pero como si lo fuera, él nace en Piedras Negras, Coahuila, ciudad fronteriza del Noreste de México, y eso lo marca lo que pudiera decirse para siempre, como nos marca la infancia, sin importar dónde la vivamos. Entonces, siendo dos ciudades fronterizas, Daniel se siente como en casa, y no sólo retorna a Nogales para realizar un taller sobre Estrategias de Gráfica Contemporánea en el marco del Programa de Actualización de Profesionales de Arte (PROA), sino que retorna constantemente por su interés en el paisaje, aquel construido por el hombre, específicamente una investigación sobre el Programa Nacional Fronterizo (Pronaf), sobre las construcciones realizadas en los sesenta por el arquitecto Mario Pani, buscando descubrir y revelar qué condiciones se dieron para que el paisaje se modificara de esta manera y qué repercusiones tuvo y tiene incluso hoy en día, es una invitación a la memoria visual y al diálogo, que permite encontrarse al espectador no sólo con un paisaje en algunos casos abandonado, en otros perdido pero aún más importante desde su nueva visión con un nuevo paisaje ante el muro. Como una invitación a la fantasía y como no pudo decirlo mejor un niño que acudió a ver la instalación: “Es un paisaje que se viene encima de mí, como si me lo hubieran puesto aquí mismo (colocando sus manos frente a si mismo)” y de esta manera así algunas cosas, impuestas, se van volviendo también parte de nosotros.

Como invitación, si están en Nogales o pasan por ahí, no dejen de visitar la instalación mural “Paisajes Modernos” de Daniel Alcalá en el Centro Cultural de Nogales (Cecun).

@AliArteche

@AlinaArteche

@aliarteche

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