/ viernes 31 de enero de 2020

Casos y cosas de la experiencia | Agradecido, sí…

“Recordar es siempre reconstruir, no reproducir…” (O. Sacks)

En el silencio de la noche, y recordando los múltiples temas redactados, emerge la palabra agradecimiento, sencilla en apariencia, pero con un significado inmenso. Sí, estoy agradecido con la vida, con la familia de referencia, los amigos, compañeros de viaje y los aprendizajes obtenidos durante esa travesía.

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Hace un par de años fui invitado a escribir, para compartir con la comunidad acerca de mi experiencia personal y profesional. Así nació la columna Casos y Cosas de la Experiencia. En ella he plasmado mi sentir y pensar sobre algunos temas de interés, los cuales son motivo de reflexión.

Hoy quiero agradecerles a las personas que han provocado en mí esa necesidad de comentar, reflexionar o simplemente exponer un tema. Siempre hay un motivo para agradecer este ejercicio de escribir y compartir.

Agradezco a la vida porque puedo disfrutar de una tarde en el parque observando a la gente pasear, a los niños jugar, a los enamorados absortos en su enamoramiento y a los adultos mayores viendo pasar el tiempo, acompañados y disfrutando de una charla colmada de recuerdos.

Agradecido estoy por el trabajo profesional, que me permite escuchar y acompañar a quienes buscan mejorar su quehacer en el mundo, o están agobiados por alguna experiencia que marcó su vida, y ahora se esfuerzan en resignificar y proponerse un cambio de vida. Va mi agradecimiento a las personas que se disponen a ser libres y autónomas, confían en sí mismas y me hacen partícipe de su historia.

Agradezco las charlas con los amigos, en las que surgen temas diversos, y cuyas inquietudes me conducen a reflexionar y escribir para dejar constancia de ese encuentro maravilloso. Es una experiencia gratificante, porque reúne diversos puntos de vista, de la que surge la pasión del conocimiento. Asimismo, a los y las lectoras por los comentarios o sugerencias expresadas, que son materia de aprendizaje y un interés renovado por aprender.

Agradecido estoy por el acompañamiento amoroso, delicado y paciente de Celina, que cada semana, esté donde su huarache la lleve, revisa y retroalimenta mis escritos. Ella se ha convertido en una acompañante indispensable en este ejercicio de escribir. Además, por ese ambiente, café y la charla que siempre ameniza nuestros encuentros.

Mi gratitud para Gaby y su equipo, que cada semana se encargan de incluir este escrito en el periódico o en la página digital. Es una oportunidad maravillosa para contribuir con la comunidad, mediante lo escrito, a cobrar conciencia y responsabilidad sobre nuestro ser en el mundo.

Agradecido estoy porque hoy es un nuevo día, una oportunidad de celebrar lo que este mundo tiene de bueno. Como afirma Sacks: “Recordar es siempre reconstruir, no reproducir…”

Buen fin de semana.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

ignacio.lovio@gmail.com

“Recordar es siempre reconstruir, no reproducir…” (O. Sacks)

En el silencio de la noche, y recordando los múltiples temas redactados, emerge la palabra agradecimiento, sencilla en apariencia, pero con un significado inmenso. Sí, estoy agradecido con la vida, con la familia de referencia, los amigos, compañeros de viaje y los aprendizajes obtenidos durante esa travesía.

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Hace un par de años fui invitado a escribir, para compartir con la comunidad acerca de mi experiencia personal y profesional. Así nació la columna Casos y Cosas de la Experiencia. En ella he plasmado mi sentir y pensar sobre algunos temas de interés, los cuales son motivo de reflexión.

Hoy quiero agradecerles a las personas que han provocado en mí esa necesidad de comentar, reflexionar o simplemente exponer un tema. Siempre hay un motivo para agradecer este ejercicio de escribir y compartir.

Agradezco a la vida porque puedo disfrutar de una tarde en el parque observando a la gente pasear, a los niños jugar, a los enamorados absortos en su enamoramiento y a los adultos mayores viendo pasar el tiempo, acompañados y disfrutando de una charla colmada de recuerdos.

Agradecido estoy por el trabajo profesional, que me permite escuchar y acompañar a quienes buscan mejorar su quehacer en el mundo, o están agobiados por alguna experiencia que marcó su vida, y ahora se esfuerzan en resignificar y proponerse un cambio de vida. Va mi agradecimiento a las personas que se disponen a ser libres y autónomas, confían en sí mismas y me hacen partícipe de su historia.

Agradezco las charlas con los amigos, en las que surgen temas diversos, y cuyas inquietudes me conducen a reflexionar y escribir para dejar constancia de ese encuentro maravilloso. Es una experiencia gratificante, porque reúne diversos puntos de vista, de la que surge la pasión del conocimiento. Asimismo, a los y las lectoras por los comentarios o sugerencias expresadas, que son materia de aprendizaje y un interés renovado por aprender.

Agradecido estoy por el acompañamiento amoroso, delicado y paciente de Celina, que cada semana, esté donde su huarache la lleve, revisa y retroalimenta mis escritos. Ella se ha convertido en una acompañante indispensable en este ejercicio de escribir. Además, por ese ambiente, café y la charla que siempre ameniza nuestros encuentros.

Mi gratitud para Gaby y su equipo, que cada semana se encargan de incluir este escrito en el periódico o en la página digital. Es una oportunidad maravillosa para contribuir con la comunidad, mediante lo escrito, a cobrar conciencia y responsabilidad sobre nuestro ser en el mundo.

Agradecido estoy porque hoy es un nuevo día, una oportunidad de celebrar lo que este mundo tiene de bueno. Como afirma Sacks: “Recordar es siempre reconstruir, no reproducir…”

Buen fin de semana.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

ignacio.lovio@gmail.com