/ viernes 24 de abril de 2020

Casos y cosas de la experiencia | Ansiedad en tiempos de pandemia

“La ansiedad es la mente yendo más de prisa que la vida”

Siddharta Gautama Buda

En algunos momentos he experimentado ansiedad y depresión. Sí, no estoy exento de vivir situaciones que me provocan esos sentimientos. Sin embargo, cada experiencia me trajo lecciones importantes, que me fueron de utilidad.

También he sido presa del estrés en diversas circunstancias, por ejemplo cuando tenía que entregar un reporte, llegar a tiempo a algún lugar, durante una entrevista con clientes, en la visita al médico, al trasladarme de un lugar a otro y soportar un tráfico lento, mientras esperaba los resultados médicos de mis familiares, cuando esperaba el nacimiento de mis hijos, etcétera.

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Este tipo de experiencias nos permite mantenernos alertas y enfocados sobre lo que nos sucede, y cómo sortear las situaciones para tener resultados favorables. No obstante, en ocasiones vivimos preocupaciones que pueden exceder nuestra tolerancia al estrés, lo que incrementa la ansiedad. Dicha intensidad puede resultar incapacitante e interferir con nuestras actividades cotidianas; es decir, conducirnos al extremo de perder el control. ¿Qué podemos hacer para enfrentar las experiencias que provocan ansiedad? Existen medidas biológicas —medicamentos—, emocionales o espirituales.

Es relativamente fácil acceder a medicamentos que controlen la ansiedad, aunque son un paliativo. Necesitamos encontrar las razones que nos llevan a experimentar esa ansiedad galopante, y asumir el control de lo que nos sucede.

Durante las últimas semanas el aislamiento y distanciamiento han disparado la ansiedad y depresión. Hay razones de sobra para sufrir este tipo de experiencias, por ejemplo el miedo al contagio, la falta de ingresos, no contar con un trabajo seguro, las cuentas por pagar, las relaciones difíciles en familia y pareja, la incertidumbre sobre lo que sucederá al término de este “encierro”.

Estos temores y preocupaciones son reales y muchas veces pueden interferir para que nos concentremos en nuestras tareas diarias en casa. Entonces, ¿cómo identificar la ansiedad? Existen algunas señales como falta de aire, taquicardia, insomnio, náuseas, temblores y mareos. Para combatirlas, podemos recurrir al especialista para que nos medique, en caso de no controlar la ansiedad mediante otros recursos.

Es posible intentar opciones como respirar profundamente y exhalar varias veces, escuchar música relajante, hacer ejercicio estacionario o en algún equipo que se tenga en casa, pintar mandalas, practicar juegos como sopa de letras, resolver crucigramas, realizar actividades que te apasionen y sea posible disfrutar en casa.

Puedes probar la meditación; hay tutoriales para principiantes en YouTube. También aprender a bailar, disfrutar sesiones de karaoke en familia, crear una isla de silencio, es decir, ubicar un lugar en tu casa y luego identificar los ruidos que te rodean y descubrir los momentos en que disfrutas del silencio. Planifica tu isla de silencio o improvísala en medio de las actividades y del ajetreo diario. Dedícale un tiempo, aunque sea cinco minutos, apaga tu celular y no hables con nadie. Escucha y disfruta el silencio. Recuerda que es muy importante realizar respiraciones profundas en varias ocasiones.

Otra opción sería hacer una lista de estrategias antiestrés, por ejemplo leer un libro, escuchar música que te estimule a bailar, escribir un mensaje positivo a alguien que no puedes ver, crear un diario para registrar los logros diarios, meditar o rezar, entablar una conversación de corazón a corazón con tu pareja, hijo o hija, disfrutar un episodio de tu serie favorita, cocinar algo para toda la familia, etcétera. Cuida tu alimentación, sueño, bebe agua, reduce el consumo de alcohol y las horas frente al televisor, evita las noticias que sobrecarguen tu mente con momentos negativos y difíciles de controlar.

Estas estrategias y las que puedas crear te ayudarán a controlar la ansiedad. En caso contrario consulta a un especialista, según sea la razón de tu ansiedad. Es vital estar informado y saber lo que necesitamos realizar para salir delante de este evento y disfrutar de nuevo de nuestras actividades.

Mantén tu atención en los jóvenes y adultos mayores, ya que ellos son más susceptibles de vivir episodios de ansiedad y depresión. Decía Kurt Goldstein: “El temor agudiza los sentidos. La ansiedad los paraliza”.

Buen fin de semana… Quédate en casa y hablemos de Convida-20.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

ignacio.lovio@gmail.com


“La ansiedad es la mente yendo más de prisa que la vida”

Siddharta Gautama Buda

En algunos momentos he experimentado ansiedad y depresión. Sí, no estoy exento de vivir situaciones que me provocan esos sentimientos. Sin embargo, cada experiencia me trajo lecciones importantes, que me fueron de utilidad.

También he sido presa del estrés en diversas circunstancias, por ejemplo cuando tenía que entregar un reporte, llegar a tiempo a algún lugar, durante una entrevista con clientes, en la visita al médico, al trasladarme de un lugar a otro y soportar un tráfico lento, mientras esperaba los resultados médicos de mis familiares, cuando esperaba el nacimiento de mis hijos, etcétera.

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Este tipo de experiencias nos permite mantenernos alertas y enfocados sobre lo que nos sucede, y cómo sortear las situaciones para tener resultados favorables. No obstante, en ocasiones vivimos preocupaciones que pueden exceder nuestra tolerancia al estrés, lo que incrementa la ansiedad. Dicha intensidad puede resultar incapacitante e interferir con nuestras actividades cotidianas; es decir, conducirnos al extremo de perder el control. ¿Qué podemos hacer para enfrentar las experiencias que provocan ansiedad? Existen medidas biológicas —medicamentos—, emocionales o espirituales.

Es relativamente fácil acceder a medicamentos que controlen la ansiedad, aunque son un paliativo. Necesitamos encontrar las razones que nos llevan a experimentar esa ansiedad galopante, y asumir el control de lo que nos sucede.

Durante las últimas semanas el aislamiento y distanciamiento han disparado la ansiedad y depresión. Hay razones de sobra para sufrir este tipo de experiencias, por ejemplo el miedo al contagio, la falta de ingresos, no contar con un trabajo seguro, las cuentas por pagar, las relaciones difíciles en familia y pareja, la incertidumbre sobre lo que sucederá al término de este “encierro”.

Estos temores y preocupaciones son reales y muchas veces pueden interferir para que nos concentremos en nuestras tareas diarias en casa. Entonces, ¿cómo identificar la ansiedad? Existen algunas señales como falta de aire, taquicardia, insomnio, náuseas, temblores y mareos. Para combatirlas, podemos recurrir al especialista para que nos medique, en caso de no controlar la ansiedad mediante otros recursos.

Es posible intentar opciones como respirar profundamente y exhalar varias veces, escuchar música relajante, hacer ejercicio estacionario o en algún equipo que se tenga en casa, pintar mandalas, practicar juegos como sopa de letras, resolver crucigramas, realizar actividades que te apasionen y sea posible disfrutar en casa.

Puedes probar la meditación; hay tutoriales para principiantes en YouTube. También aprender a bailar, disfrutar sesiones de karaoke en familia, crear una isla de silencio, es decir, ubicar un lugar en tu casa y luego identificar los ruidos que te rodean y descubrir los momentos en que disfrutas del silencio. Planifica tu isla de silencio o improvísala en medio de las actividades y del ajetreo diario. Dedícale un tiempo, aunque sea cinco minutos, apaga tu celular y no hables con nadie. Escucha y disfruta el silencio. Recuerda que es muy importante realizar respiraciones profundas en varias ocasiones.

Otra opción sería hacer una lista de estrategias antiestrés, por ejemplo leer un libro, escuchar música que te estimule a bailar, escribir un mensaje positivo a alguien que no puedes ver, crear un diario para registrar los logros diarios, meditar o rezar, entablar una conversación de corazón a corazón con tu pareja, hijo o hija, disfrutar un episodio de tu serie favorita, cocinar algo para toda la familia, etcétera. Cuida tu alimentación, sueño, bebe agua, reduce el consumo de alcohol y las horas frente al televisor, evita las noticias que sobrecarguen tu mente con momentos negativos y difíciles de controlar.

Estas estrategias y las que puedas crear te ayudarán a controlar la ansiedad. En caso contrario consulta a un especialista, según sea la razón de tu ansiedad. Es vital estar informado y saber lo que necesitamos realizar para salir delante de este evento y disfrutar de nuevo de nuestras actividades.

Mantén tu atención en los jóvenes y adultos mayores, ya que ellos son más susceptibles de vivir episodios de ansiedad y depresión. Decía Kurt Goldstein: “El temor agudiza los sentidos. La ansiedad los paraliza”.

Buen fin de semana… Quédate en casa y hablemos de Convida-20.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

ignacio.lovio@gmail.com