/ viernes 26 de marzo de 2021

Casos y cosas de la experiencia | Cadena de favores

“Dar es contagioso; crea una epidemia de dar, una red de altruismo, una cadena de favores”. (N. Christakis)

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Anoche, durante mi caminata, sentí la caricia del viento suave y fresco; disfruté ese regalo de la naturaleza. Realicé mi paseo cotidiano para ejercitarme, y soltar al viento los pensamientos sobre lo que está presente en mi mente. Es un trayecto que estimula y fortalece mi ser físico, emocional y espiritual.

Mientras caminaba emergieron los recuerdos de mi juventud, aparecieron de golpe y se sumaron las experiencias vividas allá y entonces. Recordé a los compañeros y amigos de la universidad, los parques y librerías que me acogieron en esos momentos de búsqueda personal. Fluyeron otros recuerdos, como en cámara lenta, hasta llegar a este instante, y solo me resta agradecer lo vivido.

Recuerdo las fuentes de agua de aquellas plazas comerciales, que me envolvían, el viento que me acariciaba y lo que disfrutaba hacer un alto en mi paseo, para saborear una taza de café o un vaso de nieve. Fueron momentos felices y llenos de descubrimientos; qué bello resulta este recuento de experiencias y lecciones.

Celebro este hábito de caminar, ejercitarme, activarme y fortalecerme para prestar mi servicio profesional y cuidar de mi persona. Gozo mi profesión, porque en ella radica mi misión personal: servir al otro, acompañarlo en su descubrimiento y ver cómo se transforma en un ser libre y autónomo.

Los desafíos actuales demandan nuevas habilidades, por ello es vital reinventarnos. La adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas y aptitudes son clave para asumir un rol activo en esta época de cambios. Un corredor de bolsa expresó en 2008: “El mundo, tal como hasta ahora lo conocemos, está cayendo en picada” ¿Qué podemos hacer, aquí y ahora, por nuestra persona, grupo, familia y sociedad? Trabajar en nuestra mejora personal, crear hábitos saludables, establecer vínculos nutricios que nos fortalezcan, llevar a cabo acciones que favorezcan el bienestar integral de todos los seres humanos. Los invito a realizar actos de nobleza al azar, que generen bienestar en los demás y, por ende, en ustedes. Pueden iniciar en su círculo más cercano, y cada acción que realicen será como una piedra que cae en un estanque y provoca movimiento.

Esto me recuerda la película Cadena de favores. ¿Cuál es el objetivo de este acto? Consiste en hacer un favor a tres personas, algo que no puedan hacer por sí solas y decirles que no te lo devuelvan sino que, a su vez, hagan favores a tres personas, y así sucesivamente, irá creciendo la cadena. Sabes, he observado el trabajo que realizan algunos voluntarios que proporcionan comida, vestido o compañía a otros. Son actos que ennoblecen y ofrecen lecciones de vida. Existen personas que necesitan una llamada telefónica, un mensaje, una palabra de aliento, un chiste para reír, un regalo que llegue a su puerta, un agradecimiento por existir en tu vida.

Como puedes apreciar, la situación actual nos demanda revolucionar nuestra forma de pensar y vivir. Es hora de utilizar todo lo que la ciencia nos ofrece para hacer algo que genere bienestar; es preciso reconocer y honrar la totalidad, buscar la totalidad y aborrecer la polarización que enfrenta a una sociedad en todas sus manifestaciones. Nuestra tarea es crear vínculos y fortalecerlos para ayudar a construir una sociedad más saludable.

Este exhorto se desprende de lo que escucho y siento acerca de lo que comparten los jóvenes en su discurso, o en los diálogos que provocamos y disfrutamos en algunas ocasiones. Los siento ansiosos, deprimidos, dispersos, inquietos, acelerados, estresados, tristes. También es cierto que los adultos mayores se sienten abandonados, desperdiciados, olvidados y no tomados en cuenta.

Poseemos inteligencia, creatividad, tecnología y recursos para llevar a cabo acciones que impliquen la solución colaborativa de los problemas que nos aquejan. Veremos los aportes que nos pueden compartir los involucrados, su pasión y entrega, hay que vivir con intensidad esos momentos. Aprovechemos el potencial de cada uno para crear posibilidades, y así gozaremos de una sociedad más participativa y comprometida.

Recuerda que cada acto de amabilidad o generosidad que realices por alguien, seguramente él lo hará por otro, y esto dará lugar a una cadena de favores.

Buen fin de semana… Conesperanza-21.

#contagiabuenavibra

“Dar es contagioso; crea una epidemia de dar, una red de altruismo, una cadena de favores”. (N. Christakis)

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Anoche, durante mi caminata, sentí la caricia del viento suave y fresco; disfruté ese regalo de la naturaleza. Realicé mi paseo cotidiano para ejercitarme, y soltar al viento los pensamientos sobre lo que está presente en mi mente. Es un trayecto que estimula y fortalece mi ser físico, emocional y espiritual.

Mientras caminaba emergieron los recuerdos de mi juventud, aparecieron de golpe y se sumaron las experiencias vividas allá y entonces. Recordé a los compañeros y amigos de la universidad, los parques y librerías que me acogieron en esos momentos de búsqueda personal. Fluyeron otros recuerdos, como en cámara lenta, hasta llegar a este instante, y solo me resta agradecer lo vivido.

Recuerdo las fuentes de agua de aquellas plazas comerciales, que me envolvían, el viento que me acariciaba y lo que disfrutaba hacer un alto en mi paseo, para saborear una taza de café o un vaso de nieve. Fueron momentos felices y llenos de descubrimientos; qué bello resulta este recuento de experiencias y lecciones.

Celebro este hábito de caminar, ejercitarme, activarme y fortalecerme para prestar mi servicio profesional y cuidar de mi persona. Gozo mi profesión, porque en ella radica mi misión personal: servir al otro, acompañarlo en su descubrimiento y ver cómo se transforma en un ser libre y autónomo.

Los desafíos actuales demandan nuevas habilidades, por ello es vital reinventarnos. La adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas y aptitudes son clave para asumir un rol activo en esta época de cambios. Un corredor de bolsa expresó en 2008: “El mundo, tal como hasta ahora lo conocemos, está cayendo en picada” ¿Qué podemos hacer, aquí y ahora, por nuestra persona, grupo, familia y sociedad? Trabajar en nuestra mejora personal, crear hábitos saludables, establecer vínculos nutricios que nos fortalezcan, llevar a cabo acciones que favorezcan el bienestar integral de todos los seres humanos. Los invito a realizar actos de nobleza al azar, que generen bienestar en los demás y, por ende, en ustedes. Pueden iniciar en su círculo más cercano, y cada acción que realicen será como una piedra que cae en un estanque y provoca movimiento.

Esto me recuerda la película Cadena de favores. ¿Cuál es el objetivo de este acto? Consiste en hacer un favor a tres personas, algo que no puedan hacer por sí solas y decirles que no te lo devuelvan sino que, a su vez, hagan favores a tres personas, y así sucesivamente, irá creciendo la cadena. Sabes, he observado el trabajo que realizan algunos voluntarios que proporcionan comida, vestido o compañía a otros. Son actos que ennoblecen y ofrecen lecciones de vida. Existen personas que necesitan una llamada telefónica, un mensaje, una palabra de aliento, un chiste para reír, un regalo que llegue a su puerta, un agradecimiento por existir en tu vida.

Como puedes apreciar, la situación actual nos demanda revolucionar nuestra forma de pensar y vivir. Es hora de utilizar todo lo que la ciencia nos ofrece para hacer algo que genere bienestar; es preciso reconocer y honrar la totalidad, buscar la totalidad y aborrecer la polarización que enfrenta a una sociedad en todas sus manifestaciones. Nuestra tarea es crear vínculos y fortalecerlos para ayudar a construir una sociedad más saludable.

Este exhorto se desprende de lo que escucho y siento acerca de lo que comparten los jóvenes en su discurso, o en los diálogos que provocamos y disfrutamos en algunas ocasiones. Los siento ansiosos, deprimidos, dispersos, inquietos, acelerados, estresados, tristes. También es cierto que los adultos mayores se sienten abandonados, desperdiciados, olvidados y no tomados en cuenta.

Poseemos inteligencia, creatividad, tecnología y recursos para llevar a cabo acciones que impliquen la solución colaborativa de los problemas que nos aquejan. Veremos los aportes que nos pueden compartir los involucrados, su pasión y entrega, hay que vivir con intensidad esos momentos. Aprovechemos el potencial de cada uno para crear posibilidades, y así gozaremos de una sociedad más participativa y comprometida.

Recuerda que cada acto de amabilidad o generosidad que realices por alguien, seguramente él lo hará por otro, y esto dará lugar a una cadena de favores.

Buen fin de semana… Conesperanza-21.

#contagiabuenavibra