/ sábado 6 de octubre de 2018

Casos y cosas de la experiencia | ¿Cómo mantener el amor en la pareja?

“Existe otra clase de amor. Un amor posible.

Un amor diferente donde me puedo alegrar por lo que tengo sin la incertidumbre de saber si el otro estará allí cuando despierte...”.

Patricia Faur

Ella expresa: “Que fácil se ve la estrategia que expone”. Sabe, he intentado un par de veces hacer esto con mi pareja y no me ha funcionado, ¿por qué?, ¿qué estoy haciendo mal?, ¿por qué no logro atraerlo? Sin lugar a dudas, poner en práctica una guía o metodología para solucionar problemas o conflictos no es tarea fácil.

En primer lugar, hay que sentir lo que me pasa con mi pareja; después, identificar y comprender los sentimientos que estoy experimentando y, una vez que los reconozca y acepte, proceder a manejarlos.

– Margot señala: “Eso que dice tiene sentido, lo que pasa es que me molesto tanto que quiero que las cosas se hagan de inmediato y como yo lo deseo”.

Regularmente los conflictos de pareja surgen porque uno quiere imponerle al otro que cumpla con sus expectativas o necesidades.

– “Sabe, –me dice Carlos– no la entiendo. Estoy trabajando y cuando regreso a casa quiero encontrarme con mi pareja para charlar acerca de lo que me pasa, siento y quiero respecto de nosotros y nuestra familia… Pero siempre lo mismo: no tiene tiempo para mí”.

– Margot, responde: “Que fácil para ti… Quieres que te atienda, cuando hay tantas cosas por hacer en la casa y con los niños. Lo que necesito es que me ayudes con ellos”.

La pareja se estresa cuando no encuentra la ruta que le permita solucionar su conflicto, y cae en un círculo vicioso. Pocas veces dispone de tiempo para observar, escuchar, preguntar y analizar la situación que los atrapa y los desgasta, al punto de erosionar su relación.

En el proceso sicoterapéutico observamos la dinámica que vive la pareja, los aspectos funcionales y recursos que posee para contribuir a su bienestar. Me gustaría decir que este proceso es fácil, pero en verdad no lo es. Se requiere voluntad, es decir, el deseo y las acciones específicas para enfrentar este “conflicto”.

– Carlos destaca: “Creo que lo mejor que acordamos ahora es buscar la ayuda, por eso estamos aquí”.

– Margot afirma: “Me importa nuestra relación, son algunos años juntos y creo que no todo está perdido”.

Celebro que la pareja haya encontrado un punto de apoyo para trabajar su relación y mejorar su desempeño. Enumero ante ellos los puntos clave que han favorecido que se encuentren juntos, sus logros personales y como pareja.

Antes de terminar la sesión les solicité a ambos realizar un par de ejercicios, en forma individual y conjunta, para compartir sus resultados y así definir una estrategia nueva para mejorar su desempeño.

Aunque no conozco su historia de pareja, creo que, como la mayoría de los adultos solteros de nuestra comunidad, no les resulta extraño el dolor, la desilusión, la amargura, la tristeza y el enojo causados por el amor fracasado. Las parejas han decidido coincidir con el propósito de ser felices y acompañarse en sus proyectos personales y comunes.

Quizá debido a estas situaciones algunas parejas de jóvenes no quieran comprometerse, ya que consideran que es difícil encontrar a la persona adecuada para concretar un matrimonio. Otro aspecto podría ser que, aunque encuentren a la pareja adecuada, su amor no es correspondido o la persona que ha elegido no quiere comprometerse.

Esta historia continuará… ¿Te parece conocido esto?

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

Correo: ignacio.lovio@gmail.com

“Existe otra clase de amor. Un amor posible.

Un amor diferente donde me puedo alegrar por lo que tengo sin la incertidumbre de saber si el otro estará allí cuando despierte...”.

Patricia Faur

Ella expresa: “Que fácil se ve la estrategia que expone”. Sabe, he intentado un par de veces hacer esto con mi pareja y no me ha funcionado, ¿por qué?, ¿qué estoy haciendo mal?, ¿por qué no logro atraerlo? Sin lugar a dudas, poner en práctica una guía o metodología para solucionar problemas o conflictos no es tarea fácil.

En primer lugar, hay que sentir lo que me pasa con mi pareja; después, identificar y comprender los sentimientos que estoy experimentando y, una vez que los reconozca y acepte, proceder a manejarlos.

– Margot señala: “Eso que dice tiene sentido, lo que pasa es que me molesto tanto que quiero que las cosas se hagan de inmediato y como yo lo deseo”.

Regularmente los conflictos de pareja surgen porque uno quiere imponerle al otro que cumpla con sus expectativas o necesidades.

– “Sabe, –me dice Carlos– no la entiendo. Estoy trabajando y cuando regreso a casa quiero encontrarme con mi pareja para charlar acerca de lo que me pasa, siento y quiero respecto de nosotros y nuestra familia… Pero siempre lo mismo: no tiene tiempo para mí”.

– Margot, responde: “Que fácil para ti… Quieres que te atienda, cuando hay tantas cosas por hacer en la casa y con los niños. Lo que necesito es que me ayudes con ellos”.

La pareja se estresa cuando no encuentra la ruta que le permita solucionar su conflicto, y cae en un círculo vicioso. Pocas veces dispone de tiempo para observar, escuchar, preguntar y analizar la situación que los atrapa y los desgasta, al punto de erosionar su relación.

En el proceso sicoterapéutico observamos la dinámica que vive la pareja, los aspectos funcionales y recursos que posee para contribuir a su bienestar. Me gustaría decir que este proceso es fácil, pero en verdad no lo es. Se requiere voluntad, es decir, el deseo y las acciones específicas para enfrentar este “conflicto”.

– Carlos destaca: “Creo que lo mejor que acordamos ahora es buscar la ayuda, por eso estamos aquí”.

– Margot afirma: “Me importa nuestra relación, son algunos años juntos y creo que no todo está perdido”.

Celebro que la pareja haya encontrado un punto de apoyo para trabajar su relación y mejorar su desempeño. Enumero ante ellos los puntos clave que han favorecido que se encuentren juntos, sus logros personales y como pareja.

Antes de terminar la sesión les solicité a ambos realizar un par de ejercicios, en forma individual y conjunta, para compartir sus resultados y así definir una estrategia nueva para mejorar su desempeño.

Aunque no conozco su historia de pareja, creo que, como la mayoría de los adultos solteros de nuestra comunidad, no les resulta extraño el dolor, la desilusión, la amargura, la tristeza y el enojo causados por el amor fracasado. Las parejas han decidido coincidir con el propósito de ser felices y acompañarse en sus proyectos personales y comunes.

Quizá debido a estas situaciones algunas parejas de jóvenes no quieran comprometerse, ya que consideran que es difícil encontrar a la persona adecuada para concretar un matrimonio. Otro aspecto podría ser que, aunque encuentren a la pareja adecuada, su amor no es correspondido o la persona que ha elegido no quiere comprometerse.

Esta historia continuará… ¿Te parece conocido esto?

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

Correo: ignacio.lovio@gmail.com