/ sábado 26 de enero de 2019

Casos y cosas de la experiencia | De la vida cotidiana: la infidelidad

De la vida cotidiana: la infidelidad

“Hay que ser infiel,

pero nunca desleal”.

(Gabriel García Márquez)


Mientras esperaba a la siguiente persona que atendería, mi pensamiento volaba a lugares relajantes, que me permiten hacer una pausa y la transición, antes de recibir y acompañar a otro ser humano que solicita mi atención. En este caso se trataba de alguien cuyo nombre se me grabó de inmediato: Jasón.

Este hombre y su nombre atrajeron mi atención y concentración, ya que recordé la historia de Medea y Jasón, que les compartí en la entrega anterior: una historia de amor que terminó en desgracia, ocasionada por los celos y la infidelidad. Jasón es un joven apuesto, pulcro, cuidadoso en el vestir y con una sonrisa radiante.

– Jasón, buenas tardes. Pase por favor y tome asiento.

Cuando se dirigió al sillón asignado, advertí su tranquilidad aparente, y me dispuse a checar su comunicación verbal, no verbal y paraverbal. Dejó su teléfono celular en silencio, y sus lentes de sol muy cuidadosamente sobre la mesita junto al sillón.

Lancé la primera pregunta de rigor, para conocer el motivo de la consulta. Él respondió parsimoniosamente que fue necesario buscar ayuda profesional, porque se siente ansioso, triste, culpable y dolido por haber cometido una falta difícil de perdonar:

– “Estoy aquí porque… le he sido infiel a mi pareja”. Hace una pausa y prosigue:

“No sé a ciencia cierta qué me llevó a cometer esa falta. Estaba bien mi matrimonio. Hemos sorteado un sinfín de adversidades, las cuales fueron sorteadas gracias al amor, la confianza y cuidados que nos proporcionábamos.”

Después procedió a detallar cómo se fue involucrando en esa relación extramarital. Confesó que fue una aventura, que jamás imaginó vivir. Escuchaba a sus amigos platicar sus conquistas, y se decía a sí mismo que él no llegaría a vivir esa experiencia.

Jasón refiere sentirse mal: “No me siento capaz de ver a la cara a mi pareja, soy una persona desleal, le fallé a la persona que más quiero y amo... Mi culpa es del tamaño del mundo; vivo una ansiedad insoportable, en ocasiones tengo insomnio, sobresaltos, es más, hasta paranoico me siento”.

Recuerdo lo estudiado sobre la infidelidad, qué es y su efecto en la pareja, las causales, los síntomas del infiel, lo que esta sociedad dice y hace al respecto de los infieles y cómo lo vive cada género, entre otras cosas. Vuelvo de inmediato al discurso de Jasón, quien había abandonado el silencio y prometía exponer más detalles de su decisión.

Jasón comparte que su pareja le ha solicitado que abandone la casa, que no se detenga más tiempo en explicaciones, porque: “lo hecho, hecho está”.

– Hoy me siento más solo que antes. Sé que hice algo que no tiene una justificación que valga la pena esgrimir ante mi pareja. Simplemente decidí y elegí vivir esta experiencia, que pone en riesgo la relación con mi pareja de compromiso.

– Jasón, ¿a qué se refiere con mi pareja de compromiso?

– Jasón comenta: “Lo que pasa es que no me sentía comprometido con la pareja extramatrimonial, simplemente considero que era una aventura que me atraía, que me hacía sentir atendido, reconocido, valorado, en pocas palabras tenía a alguien que estaba dispuesta a escucharme, apoyarme, a cuidar de mí”.

Jasón, soltó el llanto, se sentía vulnerable al relatar sus necesidades, que no le había expresado a su pareja para no mostrar debilidad, y cumplir con sus expectativas. Evitaba los conflictos y discusiones por temor a que se generaran más problemas de los que existían desde hacía tiempo.

Al final de la sesión, Jasón se regresó de la puerta y dijo:

– “Necesito de su ayuda, estoy solo y siento que me agobia fuertemente esta situación… no se la deseo a nadie”.

Despedí a Jasón con un apretón de manos, y confirmé su próxima cita. Después me surgieron estas preguntas:


¿Qué conduce a un hombre o mujer a ser infiel?

¿Cuáles son las razones que favorecen que alguien sea infiel?

¿Qué comportamiento adopta el infiel y el afectado?

¿Cómo manejan la situación?


Hay muchas otras preguntas que compartiré contigo, pero, por lo pronto invito a la reflexión.

Resulta muy difícil prometer amor eterno, respeto y fidelidad hasta la muerte, con base en esos sentimientos que no serán para siempre. La infidelidad provoca dolor, genera una ruptura, exacerba los conflictos individuales y de pareja, los resentimientos se acumulan y las dificultades no contribuyen a la posibilidad de un acuerdo para solucionar la situación.

La infidelidad es una herida mortal que lacera la confianza personal y mutua, socava la esperanza de reencontrarse como pareja. Sabes, una traición es lo más difícil de sanar en una relación de pareja.

Finalmente, quiero dejar una pregunta más: ¿cuándo inicia para ti la infidelidad en la pareja?

Hasta la próxima, buen fin de semana.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicoterapeuta.

Correo: ignacio.lovio@gmail.com

De la vida cotidiana: la infidelidad

“Hay que ser infiel,

pero nunca desleal”.

(Gabriel García Márquez)


Mientras esperaba a la siguiente persona que atendería, mi pensamiento volaba a lugares relajantes, que me permiten hacer una pausa y la transición, antes de recibir y acompañar a otro ser humano que solicita mi atención. En este caso se trataba de alguien cuyo nombre se me grabó de inmediato: Jasón.

Este hombre y su nombre atrajeron mi atención y concentración, ya que recordé la historia de Medea y Jasón, que les compartí en la entrega anterior: una historia de amor que terminó en desgracia, ocasionada por los celos y la infidelidad. Jasón es un joven apuesto, pulcro, cuidadoso en el vestir y con una sonrisa radiante.

– Jasón, buenas tardes. Pase por favor y tome asiento.

Cuando se dirigió al sillón asignado, advertí su tranquilidad aparente, y me dispuse a checar su comunicación verbal, no verbal y paraverbal. Dejó su teléfono celular en silencio, y sus lentes de sol muy cuidadosamente sobre la mesita junto al sillón.

Lancé la primera pregunta de rigor, para conocer el motivo de la consulta. Él respondió parsimoniosamente que fue necesario buscar ayuda profesional, porque se siente ansioso, triste, culpable y dolido por haber cometido una falta difícil de perdonar:

– “Estoy aquí porque… le he sido infiel a mi pareja”. Hace una pausa y prosigue:

“No sé a ciencia cierta qué me llevó a cometer esa falta. Estaba bien mi matrimonio. Hemos sorteado un sinfín de adversidades, las cuales fueron sorteadas gracias al amor, la confianza y cuidados que nos proporcionábamos.”

Después procedió a detallar cómo se fue involucrando en esa relación extramarital. Confesó que fue una aventura, que jamás imaginó vivir. Escuchaba a sus amigos platicar sus conquistas, y se decía a sí mismo que él no llegaría a vivir esa experiencia.

Jasón refiere sentirse mal: “No me siento capaz de ver a la cara a mi pareja, soy una persona desleal, le fallé a la persona que más quiero y amo... Mi culpa es del tamaño del mundo; vivo una ansiedad insoportable, en ocasiones tengo insomnio, sobresaltos, es más, hasta paranoico me siento”.

Recuerdo lo estudiado sobre la infidelidad, qué es y su efecto en la pareja, las causales, los síntomas del infiel, lo que esta sociedad dice y hace al respecto de los infieles y cómo lo vive cada género, entre otras cosas. Vuelvo de inmediato al discurso de Jasón, quien había abandonado el silencio y prometía exponer más detalles de su decisión.

Jasón comparte que su pareja le ha solicitado que abandone la casa, que no se detenga más tiempo en explicaciones, porque: “lo hecho, hecho está”.

– Hoy me siento más solo que antes. Sé que hice algo que no tiene una justificación que valga la pena esgrimir ante mi pareja. Simplemente decidí y elegí vivir esta experiencia, que pone en riesgo la relación con mi pareja de compromiso.

– Jasón, ¿a qué se refiere con mi pareja de compromiso?

– Jasón comenta: “Lo que pasa es que no me sentía comprometido con la pareja extramatrimonial, simplemente considero que era una aventura que me atraía, que me hacía sentir atendido, reconocido, valorado, en pocas palabras tenía a alguien que estaba dispuesta a escucharme, apoyarme, a cuidar de mí”.

Jasón, soltó el llanto, se sentía vulnerable al relatar sus necesidades, que no le había expresado a su pareja para no mostrar debilidad, y cumplir con sus expectativas. Evitaba los conflictos y discusiones por temor a que se generaran más problemas de los que existían desde hacía tiempo.

Al final de la sesión, Jasón se regresó de la puerta y dijo:

– “Necesito de su ayuda, estoy solo y siento que me agobia fuertemente esta situación… no se la deseo a nadie”.

Despedí a Jasón con un apretón de manos, y confirmé su próxima cita. Después me surgieron estas preguntas:


¿Qué conduce a un hombre o mujer a ser infiel?

¿Cuáles son las razones que favorecen que alguien sea infiel?

¿Qué comportamiento adopta el infiel y el afectado?

¿Cómo manejan la situación?


Hay muchas otras preguntas que compartiré contigo, pero, por lo pronto invito a la reflexión.

Resulta muy difícil prometer amor eterno, respeto y fidelidad hasta la muerte, con base en esos sentimientos que no serán para siempre. La infidelidad provoca dolor, genera una ruptura, exacerba los conflictos individuales y de pareja, los resentimientos se acumulan y las dificultades no contribuyen a la posibilidad de un acuerdo para solucionar la situación.

La infidelidad es una herida mortal que lacera la confianza personal y mutua, socava la esperanza de reencontrarse como pareja. Sabes, una traición es lo más difícil de sanar en una relación de pareja.

Finalmente, quiero dejar una pregunta más: ¿cuándo inicia para ti la infidelidad en la pareja?

Hasta la próxima, buen fin de semana.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicoterapeuta.

Correo: ignacio.lovio@gmail.com