/ viernes 10 de junio de 2022

Casos y cosas de la experiencia | Desde la experiencia III

Hoy me acompaña el viento suave de la noche, la música que apaga la ansiedad y el recuerdo de tu vida entre nosotros. Cierro los ojos, veo transcurrir tu historia, y me vienen a la mente las imágenes de nuestros encuentros y pláticas en el café, donde estrechábamos los lazos familiares. En ocasiones charlamos sobre nuestros abuelos, padres, hermanos y evocamos las vivencias de la ciudad que nos vio nacer. Recuerdo tu propiedad y solemnidad al hablar, tus rasgos firmes como los de tu padre, que he observado en las fotografías familiares.

Has regresado a casa, al origen, a la fuente inagotable de energía y amor. Tus dolores se han ido y sólo queda tu alma volando hacia el principio de unidad. En la reunión de despedida tus seres queridos y amigos lloraban tu partida, estabas rodeado de flores, y uno que otro visitante pasaba a despedirse de ti. Decidí mantenerme en la distancia y recordarte como la última vez que nos encontramos.

Recuerdo ahora esta frase de Elizabeth Kluber-Ross: “La pérdida tiene lugar en el tiempo, de hecho en un momento dado, pero su posterioridad dura toda la vida”. Estarás presente en tus hermanos, esposa, hijos, nietos y amigos entrañables, pues tus obras están impresas en cada uno. Los abrazos que recibiste en vida seguirán nutriendo a los tuyos hasta sus últimos días. Después de esta despedida salí a escuchar el canto de los pájaros, para abrazarte un vez más y agradecer los momentos que compartimos.

Es difícil perder a un ser querido; tu hermana y hermano estaban envueltos en el dolor de tu partida. Dice Elizabeth Kluber-Ross: “No hay muertes mejores o peores, la pérdida es la pérdida y el duelo que le sigue es un dolor subjetivo que sólo nosotros conoceremos”. Me quedo con el recuerdo de nuestros encuentros recientes, agradecido por tu compañía y confianza.

Aunque nuestros seres queridos ya no estén presentes físicamente, seguirán viviendo y esperarán del otro lado para reencontrarse con nosotros en otro momento. Mientras tanto nos quedamos para aprender las lecciones pendientes, y ojalá lo hagamos antes de que termine nuestra existencia.

Dejas un espacio vacío en tus seres queridos, pero tu alma nos acompañará siempre, y cada uno procesará la magnitud tu pérdida de manera personal. Sé que luchaste denodadamente por lograr tu curación y sanación; confiaste en tus médicos y aprovechaste los últimos momentos para cerrar los ciclos que correspondía. Sé que amaste la vida entre los tuyos.

Ahora enciendo una vela para agradecer lo compartido contigo, y para que el camino de retorno te sea fluido, limpio y transparente. Mientras tanto encontraré la manera de aliviar la pena; las lágrimas son una forma de liberación, para así empezar a procesar el duelo.

Me iré despacio al atardecer, el sol se irá ocultando. Volveré a cerrar los ojos, sin embargo no desaparecerás porque estás conmigo en cada experiencia vivida. Caminaré despacio para recordar con toda claridad que la vida es principio y fin.

Con este acto de despedida puedo canalizar mis emociones, sentimientos, tomar conciencia, simbolizar la pérdida y acompañar y favorecer mi expresión emocional.

Aquí estoy para los tuyos. Adiós, Ferdinand.

Por un mundo de confianza y esperanza.

Buen fin de semana… Confiando22

#contagiabuenavibra #yoaportoenpositivo


Hoy me acompaña el viento suave de la noche, la música que apaga la ansiedad y el recuerdo de tu vida entre nosotros. Cierro los ojos, veo transcurrir tu historia, y me vienen a la mente las imágenes de nuestros encuentros y pláticas en el café, donde estrechábamos los lazos familiares. En ocasiones charlamos sobre nuestros abuelos, padres, hermanos y evocamos las vivencias de la ciudad que nos vio nacer. Recuerdo tu propiedad y solemnidad al hablar, tus rasgos firmes como los de tu padre, que he observado en las fotografías familiares.

Has regresado a casa, al origen, a la fuente inagotable de energía y amor. Tus dolores se han ido y sólo queda tu alma volando hacia el principio de unidad. En la reunión de despedida tus seres queridos y amigos lloraban tu partida, estabas rodeado de flores, y uno que otro visitante pasaba a despedirse de ti. Decidí mantenerme en la distancia y recordarte como la última vez que nos encontramos.

Recuerdo ahora esta frase de Elizabeth Kluber-Ross: “La pérdida tiene lugar en el tiempo, de hecho en un momento dado, pero su posterioridad dura toda la vida”. Estarás presente en tus hermanos, esposa, hijos, nietos y amigos entrañables, pues tus obras están impresas en cada uno. Los abrazos que recibiste en vida seguirán nutriendo a los tuyos hasta sus últimos días. Después de esta despedida salí a escuchar el canto de los pájaros, para abrazarte un vez más y agradecer los momentos que compartimos.

Es difícil perder a un ser querido; tu hermana y hermano estaban envueltos en el dolor de tu partida. Dice Elizabeth Kluber-Ross: “No hay muertes mejores o peores, la pérdida es la pérdida y el duelo que le sigue es un dolor subjetivo que sólo nosotros conoceremos”. Me quedo con el recuerdo de nuestros encuentros recientes, agradecido por tu compañía y confianza.

Aunque nuestros seres queridos ya no estén presentes físicamente, seguirán viviendo y esperarán del otro lado para reencontrarse con nosotros en otro momento. Mientras tanto nos quedamos para aprender las lecciones pendientes, y ojalá lo hagamos antes de que termine nuestra existencia.

Dejas un espacio vacío en tus seres queridos, pero tu alma nos acompañará siempre, y cada uno procesará la magnitud tu pérdida de manera personal. Sé que luchaste denodadamente por lograr tu curación y sanación; confiaste en tus médicos y aprovechaste los últimos momentos para cerrar los ciclos que correspondía. Sé que amaste la vida entre los tuyos.

Ahora enciendo una vela para agradecer lo compartido contigo, y para que el camino de retorno te sea fluido, limpio y transparente. Mientras tanto encontraré la manera de aliviar la pena; las lágrimas son una forma de liberación, para así empezar a procesar el duelo.

Me iré despacio al atardecer, el sol se irá ocultando. Volveré a cerrar los ojos, sin embargo no desaparecerás porque estás conmigo en cada experiencia vivida. Caminaré despacio para recordar con toda claridad que la vida es principio y fin.

Con este acto de despedida puedo canalizar mis emociones, sentimientos, tomar conciencia, simbolizar la pérdida y acompañar y favorecer mi expresión emocional.

Aquí estoy para los tuyos. Adiós, Ferdinand.

Por un mundo de confianza y esperanza.

Buen fin de semana… Confiando22

#contagiabuenavibra #yoaportoenpositivo