“Las miradas se encuentran a través de una habitación atestada, se enciende la chispa de la atracción. Conversan, bailan, se ríen. Ninguno está en busca de una relación seria, pero de alguna manera una noche puede convertirse en una semana, después en un mes, en un año o en más tiempo”. (Zygmunt Bauman)
La conversación entre amigos fue subiendo de tono, los temas de la charla fueron picantes y atractivos. Entre ellos, se abordaron las relaciones interpersonales actuales, el comportamiento que observamos en los diversos lugares y personas: indefinición del tipo de relación, vínculos frágiles, necesidades de expresar la individualidad, compromisos laxos y dificultades para el contacto, entre otras cosas.
¿Qué observas en las parejas de hoy? Llama mi atención que, en ocasiones, no se toman de la mano, ni se abrazan. Cuando se presentan ante otros se hace un silencio, porque no saben qué decir; ¿qué somos? Amigos, amigovios o pareja. Quizá tú conoces otras denominaciones.
Cuando asisto a un café me percato de las miradas, de la atracción que existe entre las parejas; conversan, ríen o se comunican vía smartphone. Pocas veces observé que, al salir del lugar, se tomaran de la mano, se pasaran el brazo por encima del hombro de su pareja. Quizá pienses que soy cursi, romántico o anticuado, por los detalles en los que me detengo a observar. He escuchado varias veces que eso ya no se usa.
Bauman dice que nos hemos vuelto especialistas en “el arte de romper relaciones y salir ileso de ellas, supera ampliamente el arte de componer relaciones”. Es decir, es urgente huir de la pareja cuando las cosas van mal, mejor que quedarse a buscar soluciones. Ya que esto implica dialogar, negociar y ceder, si fuese necesario.
En cada relación de pareja que emprendemos vamos en busca del amor. Ciertamente el amor es un factor muy motivante, sin embargo, también puede provocar miedo arriesgarse por alguien. Es más atractivo no perder la euforia del enamoramiento, que entregarse a forjar una relación amorosa permanente, a través de un amor maduro. ¿Contamos con la disposición y tiempo para crear relaciones interpersonales duraderas? ¿Qué necesita cada uno para asegurarse de que su relación funcione?
La inseguridad es un factor que daña de forma contundente una relación de pareja. Una persona insegura no puede amar de manera incondicional al otro; quiere que sea a su imagen y semejanza, controlarlo y manipularlo para satisfacer sus necesidades.
Con frecuencia el amor en la pareja necesita oxígeno para subsistir, porque existirán diversos conflictos que requerirán compromiso, esfuerzo, pasión y entrega mutua para resolver lo que se nos presente. Las parejas desean fervientemente que su relación funcione, sin embargo, hacen lo contrario ¿no están más bien preocupados por impedir que su relación se consolide?
Confío en que esta reflexión nos permita realizar una pausa y revisar cuál es la situación actual de nuestra relación de pareja.
Por un mundo de confianza y esperanza.
Buen fin de semana… Confiando22
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José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.
Correo electrónico: ignacio.lovio@gmail.com
