/ viernes 29 de julio de 2022

Casos y cosas de la experiencia | Desde la experiencia X

Vale más un plato de frijoles aderezado con
afecto, que un manjar rodeado de gente atenta a
su celular.

Desde mi ventana, ayer por la tarde aprecié el espectáculo natural de la lluvia, el murmullo del viento y el sonido de los truenos, en compañía de una taza de café. Es hermoso ver correr el agua por la tierra sedienta, las plantas del jardín y sentir sobre la cabeza las grandes gotas de lluvia. La noche transcurrió, y pude disfrutar ese regalo de la naturaleza, y con ella tantos sueños.

La mañana está fresca, escucho el canto de las aves y el sol empieza a asomarse, son eventos que agradezco infinitamente. También es gratificante convivir con los amigos; es una oportunidad maravillosa para fortalecer los vínculos de amistad. Entrar a esos corazones con la libertad que nos ofrece esta relación interpersonal nutricia. Este día acordamos reunirnos y llegamos al desayuno, donde degustamos los alimentos más sencillos y ricos; la sobremesa agregó un toque especial, pues abordamos diversos temas de interés: las vacaciones, el trabajo, la familia, los recuerdos de tantos eventos compartidos y finalmente el exquisito postre.

Es hermoso ver con claridad el afecto sincero y la atención a detalle. Esto me recuerda la frase de Pascal: “El corazón tiene razones que la razón desconoce”. Transcurrieron un par de horas que fueron un deleite; los sentimientos que nos profesamos influyen en nuestra vida cotidiana. Todas esas experiencias se imprimen en cada uno y conforman una red de nuestra memoria corporal y emocional, las cuales contribuyen a sentirnos bien y estar saludables.

Experimentar este tipo de encuentros nutricios es importante porque promueve en nosotros una salud integral, pues así favorecemos la estimulación de los sentidos, nuestro cerebro imprime en la memoria esos estímulos y llena de alegría a nuestra alma. Es decir, nuestro cerebro posee una memoria y el cuerpo también registra ese contacto emocional.

Vivimos una experiencia traumática, en años recientes, que nos obligó al distanciamiento social; se nos prohibió el contacto, se establecieron protocolos de sanidad estrictos y de ese modo nos percatamos de la importancia de la proximidad y del contacto entre las personas. Ciertamente, esto ha tenido beneficios como el autocuidado y el contacto interior. Sin embargo, disparó algunos “problemas” físicos y emocionales. Por ejemplo, este confinamiento llevó a un incremento de la ansiedad, ataques de pánico, depresión, conflictos de pareja y miedo a ser contagiado, entre otras afecciones emocionales. Una vez que hemos experimentado este confinamiento, estaremos reconociendo el contacto como un bien preciado.

En estos días he tomado la decisión de disfrutar la taza de café, de favorecer el encuentro con los amigos y gozar de la vida. He aprendido que el tiempo no se mide solamente en segundos, minutos o en horas. También es la oportunidad para tomar otra medida: las lecciones aprendidas en la vida.

Me iré despacio, lentamente, recordando las lecciones aprendidas y las que aún necesito aprender. Sentiré la compañía de estos grandes amigos, su afecto, empatía, comprensión, compasión y sencillez. Agradecido con cada instante compartido.

Por un mundo de confianza y esperanza.

Buen fin de semana… Confiando22

#contagiabuenavibra #yoaportoenpositivo

Vale más un plato de frijoles aderezado con
afecto, que un manjar rodeado de gente atenta a
su celular.

Desde mi ventana, ayer por la tarde aprecié el espectáculo natural de la lluvia, el murmullo del viento y el sonido de los truenos, en compañía de una taza de café. Es hermoso ver correr el agua por la tierra sedienta, las plantas del jardín y sentir sobre la cabeza las grandes gotas de lluvia. La noche transcurrió, y pude disfrutar ese regalo de la naturaleza, y con ella tantos sueños.

La mañana está fresca, escucho el canto de las aves y el sol empieza a asomarse, son eventos que agradezco infinitamente. También es gratificante convivir con los amigos; es una oportunidad maravillosa para fortalecer los vínculos de amistad. Entrar a esos corazones con la libertad que nos ofrece esta relación interpersonal nutricia. Este día acordamos reunirnos y llegamos al desayuno, donde degustamos los alimentos más sencillos y ricos; la sobremesa agregó un toque especial, pues abordamos diversos temas de interés: las vacaciones, el trabajo, la familia, los recuerdos de tantos eventos compartidos y finalmente el exquisito postre.

Es hermoso ver con claridad el afecto sincero y la atención a detalle. Esto me recuerda la frase de Pascal: “El corazón tiene razones que la razón desconoce”. Transcurrieron un par de horas que fueron un deleite; los sentimientos que nos profesamos influyen en nuestra vida cotidiana. Todas esas experiencias se imprimen en cada uno y conforman una red de nuestra memoria corporal y emocional, las cuales contribuyen a sentirnos bien y estar saludables.

Experimentar este tipo de encuentros nutricios es importante porque promueve en nosotros una salud integral, pues así favorecemos la estimulación de los sentidos, nuestro cerebro imprime en la memoria esos estímulos y llena de alegría a nuestra alma. Es decir, nuestro cerebro posee una memoria y el cuerpo también registra ese contacto emocional.

Vivimos una experiencia traumática, en años recientes, que nos obligó al distanciamiento social; se nos prohibió el contacto, se establecieron protocolos de sanidad estrictos y de ese modo nos percatamos de la importancia de la proximidad y del contacto entre las personas. Ciertamente, esto ha tenido beneficios como el autocuidado y el contacto interior. Sin embargo, disparó algunos “problemas” físicos y emocionales. Por ejemplo, este confinamiento llevó a un incremento de la ansiedad, ataques de pánico, depresión, conflictos de pareja y miedo a ser contagiado, entre otras afecciones emocionales. Una vez que hemos experimentado este confinamiento, estaremos reconociendo el contacto como un bien preciado.

En estos días he tomado la decisión de disfrutar la taza de café, de favorecer el encuentro con los amigos y gozar de la vida. He aprendido que el tiempo no se mide solamente en segundos, minutos o en horas. También es la oportunidad para tomar otra medida: las lecciones aprendidas en la vida.

Me iré despacio, lentamente, recordando las lecciones aprendidas y las que aún necesito aprender. Sentiré la compañía de estos grandes amigos, su afecto, empatía, comprensión, compasión y sencillez. Agradecido con cada instante compartido.

Por un mundo de confianza y esperanza.

Buen fin de semana… Confiando22

#contagiabuenavibra #yoaportoenpositivo