/ viernes 3 de julio de 2020

Casos y cosas de la experiencia | El derecho a ser ella

“Lo esencial es que cada uno se esfuerce por poder vivir el máximo tiempo posible en este mundo”:
Frank Schirrmacher, 2005

La noche llegó silenciosa, el murmullo de la música y el aroma de las esencias permitieron me enfocase en relatarles la historia breve de una persona que me ha acompañado por cuarenta y tantos años. Estamos juntos por un gran cúmulo de experiencias compartidas, de sueños, aprendizajes y conocimiento mutuo.

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Reconozco su sensibilidad, apertura, capacidad de escucha, empatía y lo amorosa que ha sido en su acompañamiento en las diversas etapas de la vida que nos ha tocado compartir. Es una mujer que ha luchado por su ser, por diferenciarse y mostrar su rebeldía acerca de lo que debe o tiene que hacer en su rol.

Es un tesoro que puedo disfrutar, basta una llamada para reunimos a charlar de los acontecimientos que nos envuelven y nutren. Tenemos un cómplice común, nuestro acompañante seguro y oportuno: un café reflexivo.

He disfrutado de su conocimiento, experiencias de viaje, lecciones de vida, pasión por la lectura y la música. Gozo de sus fotografías, las cuales encierran encuentros con personas, naturaleza y mensajes plenos de enseñanzas. Respeto su selectividad con la tecnología (uso de celular), admiro su pasión por vivir y viajar.

Otro aspecto que disfruto es su autocuidado físico, emocional y espiritual, su disposición a indagar lo que sea necesario para encontrar las respuestas a sus preguntas existenciales. Mantiene un diálogo permanente con otras personas que puedan nutrir su existencia, fortalecer su búsqueda permanente del sentido de su vida.

Otro rincón de su alma viajera reside en su afán de ir al encuentro de su misión profesional. Recorrió caminos, lugares y llegó a donde su vida cobró sentido. Es una profesional ética, responsable, acompañante fiel de otros profesionales, disfruta lo que hace, es confiable y rigurosa en su quehacer. Estoy orgulloso de ser su amigo, aprendiz y acompañante del camino. Celebro su aporte a mi vida y quehacer profesional, pues me indica lo que es preciso realizar para obtener un buen escrito y transmitir con claridad mis experiencias y conocimientos.

Soy privilegiado de estar ahí en su proceso de gestión de cambios personales y familiares. Es una impulsora de cambios vitales; es una tía amorosa, respetuosa y atenta al crecimiento personal y profesional de sus sobrinos. Admiro su apertura, disposición y discreción a prueba de fuego.

Es una exploradora nata cuando viaja al mundo interno de las personas cercanas, a quienes observa de manera delicada y empática y su memoria es extraordinaria. Es inteligente, curiosa, versátil, una mente inquieta y activa en búsqueda de comprensión de las cosas, y tiene una buena conversación. Va detrás de la serenidad, se deja llevar por el arte, la música y alcanza su máximo en ambientes estimulantes. Claro, es sensible al ruido y al desorden. Es práctica y tremendamente ordenada en sus cosas: un cuaderno, un conjunto de hojas reciclables y una pluma son instrumentos de gran valor para ella. Admiro y reconozco su prudencia y asertividad, es una persona serena, inteligente e intenta ser justa y espera contagiarte su entusiasmo por la vida.

En verdad —o figuraciones mías— ha pagado el precio por ser ella misma. La admiro y quiero con profundo amor. Gracias por existir, amiga. “Lo esencial es invisible a los ojos”, dijo Antoine de Saint-Exupéry. Esto significa que el verdadero valor de las cosas no siempre es evidente. Celina, celebro tu amistad y cariño de tantos años.

Buen fin de semana… Quédate en casa y hablemos de Convida-20.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta. ignacio.lovio@gmail.com

“Lo esencial es que cada uno se esfuerce por poder vivir el máximo tiempo posible en este mundo”:
Frank Schirrmacher, 2005

La noche llegó silenciosa, el murmullo de la música y el aroma de las esencias permitieron me enfocase en relatarles la historia breve de una persona que me ha acompañado por cuarenta y tantos años. Estamos juntos por un gran cúmulo de experiencias compartidas, de sueños, aprendizajes y conocimiento mutuo.

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Reconozco su sensibilidad, apertura, capacidad de escucha, empatía y lo amorosa que ha sido en su acompañamiento en las diversas etapas de la vida que nos ha tocado compartir. Es una mujer que ha luchado por su ser, por diferenciarse y mostrar su rebeldía acerca de lo que debe o tiene que hacer en su rol.

Es un tesoro que puedo disfrutar, basta una llamada para reunimos a charlar de los acontecimientos que nos envuelven y nutren. Tenemos un cómplice común, nuestro acompañante seguro y oportuno: un café reflexivo.

He disfrutado de su conocimiento, experiencias de viaje, lecciones de vida, pasión por la lectura y la música. Gozo de sus fotografías, las cuales encierran encuentros con personas, naturaleza y mensajes plenos de enseñanzas. Respeto su selectividad con la tecnología (uso de celular), admiro su pasión por vivir y viajar.

Otro aspecto que disfruto es su autocuidado físico, emocional y espiritual, su disposición a indagar lo que sea necesario para encontrar las respuestas a sus preguntas existenciales. Mantiene un diálogo permanente con otras personas que puedan nutrir su existencia, fortalecer su búsqueda permanente del sentido de su vida.

Otro rincón de su alma viajera reside en su afán de ir al encuentro de su misión profesional. Recorrió caminos, lugares y llegó a donde su vida cobró sentido. Es una profesional ética, responsable, acompañante fiel de otros profesionales, disfruta lo que hace, es confiable y rigurosa en su quehacer. Estoy orgulloso de ser su amigo, aprendiz y acompañante del camino. Celebro su aporte a mi vida y quehacer profesional, pues me indica lo que es preciso realizar para obtener un buen escrito y transmitir con claridad mis experiencias y conocimientos.

Soy privilegiado de estar ahí en su proceso de gestión de cambios personales y familiares. Es una impulsora de cambios vitales; es una tía amorosa, respetuosa y atenta al crecimiento personal y profesional de sus sobrinos. Admiro su apertura, disposición y discreción a prueba de fuego.

Es una exploradora nata cuando viaja al mundo interno de las personas cercanas, a quienes observa de manera delicada y empática y su memoria es extraordinaria. Es inteligente, curiosa, versátil, una mente inquieta y activa en búsqueda de comprensión de las cosas, y tiene una buena conversación. Va detrás de la serenidad, se deja llevar por el arte, la música y alcanza su máximo en ambientes estimulantes. Claro, es sensible al ruido y al desorden. Es práctica y tremendamente ordenada en sus cosas: un cuaderno, un conjunto de hojas reciclables y una pluma son instrumentos de gran valor para ella. Admiro y reconozco su prudencia y asertividad, es una persona serena, inteligente e intenta ser justa y espera contagiarte su entusiasmo por la vida.

En verdad —o figuraciones mías— ha pagado el precio por ser ella misma. La admiro y quiero con profundo amor. Gracias por existir, amiga. “Lo esencial es invisible a los ojos”, dijo Antoine de Saint-Exupéry. Esto significa que el verdadero valor de las cosas no siempre es evidente. Celina, celebro tu amistad y cariño de tantos años.

Buen fin de semana… Quédate en casa y hablemos de Convida-20.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta. ignacio.lovio@gmail.com