/ viernes 23 de octubre de 2020

Casos y cosas de la experiencia | Elección del estilo de vida

“No puedes tocar una flor sin molestar a una estrella”.

(G. Bateson)

En los últimos meses hemos tenido oportunidad de estar en contacto con nosotros mismos, y revisar momentos del quehacer personal y profesional. Ahora les compartiré reflexiones de amigos y colegas sobre lo que nos acontece; algunos ya viven la etapa de la jubilación y otros aún no tienen ese beneficio. Los observo y escucho fascinado hablar de sus inquietudes personales, y admiro su determinación para seguir creando proyectos conjuntos, con el firme propósito de apoyar a las generaciones de hoy y de mañana en su quehacer profesional.

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Durante una plática virtual recogí frases que me encantaron, pues revelan el entusiasmo de todos, se abordó el tema de la revisión al sistema actual de pensiones; por ejemplo, López señaló: “Antes que cambien el sistema de pensiones, hay que disfrutar.” Esto obedeció a una observación de Manuel, quien subrayó: “Los envidio, pero nomás a ratos. Porque yo sí que si me jubilara… me dedicaría a descansar en algún pueblo y a ratos quebrando leña”. La charla fue divertida, y transcurrió entre risas y bromas.

También surgió la seriedad, pues se recordaron experiencias donde todos contribuimos con conocimientos y habilidades a crear organizaciones que aportaran respaldo a nuestra labor empresarial. Fueron años de actividad intensa y generación de resultados extraordinarios, que nos llenaron de satisfacción. Así llegamos a fortalecer nuestra misión y visión personal y profesional… apasionados de nuestro quehacer.

Regresaron las bromas, y uno de ellos comentó: “Hay días que me dan ganas de desconectarme como si fuera un robot que desenchufas”. De forma inmediata, Edward dijo: “Jajajajajaja, ni jubilado dan ganas de eso”. Fue divertido coincidir con ellos, recordar cada aportación y sobre todo gozar de ese desborde de pasión por su profesión. López agregó inmediatamente: “No todo el tiempo es así, el tener algunas actividades dentro y fuera de la casa ayudan mucho, porque si no sucede eso que mencionas Manuel, te vienes abajo…” Sin lugar a dudas, continúan aplicando sus herramientas y técnicas aprendidas allá y entonces: planeación de vida y trabajo y balance vida-trabajo.

Un momento clave fue cuando se comentó sobre las nuevas generaciones y su falta de visión y pasión por lo que se realiza. Sin afán de convertirse en una crítica, más bien nos damos la oportunidad de involucrarnos y aportar nuestra experiencia, como lo podemos apreciar en la película El Becario, protagonizada por Anne Hathaway y Robert de Niro.

Volvimos a hacer bromas y evocar recuerdos de personajes que tenían la edad que hoy acumulamos, eso sí llenos de pasión y sabiduría. Quiero expresar que no es narcisismo, sino que nos sentimos fuertes, somos un equipo compacto, interesados en continuar aportando, porque esto nos motiva a vivir plenamente hasta el final.

Manuel afirmó: “Trato de estar actualizado y seguir aprendiendo, pero... los años se notan, y yo te aseguro que si llega un joven y les dice lo mismo probablemente conecte mejor... con el cliente”. Me fascinó la respuesta de López a Manuel: “Pero hay una gran diferencia amigo, porque tú tienes una empatía y carisma para transmitir tus conocimientos que ya los quisiéramos muchos de Recursos Humanos de antes y más los de ahora, que no saben mucho del área”. Celebro que se reconozcan los conocimientos, habilidades y actitudes que se brinda a cada miembro del equipo.

Edward ratificó así lo anterior: “La clave es lo que ya haces… estar o seguir aprendiendo. La experiencia, las nuevas competencias y nuevas formas ayudan. Algo muy importante es el uso de tecnología y lo estás haciendo”. Fue divertido y agradable estar reunidos, para actualizarnos y compartir sobre lo que vive y aprende cada uno durante estos días de confinamiento.

Me fascinó la conclusión de Manuel: “Yo sé quién soy, sé lo que he logrado, sé que muy pocos, pero muy pocos, tienen mi background en Recursos Humanos a nivel nacional”. Estoy orgulloso de pertenecer a este equipo, que ahora incluye a dos personas más. Es un motivo de celebración virtual y de sumar experiencias.

En verdad, agradezco esta reunión, porque cada participante tiene su distingo personal y reconoce la expertise del otro. De inmediato surgieron las sugerencias para enfrentar estos nuevos desafíos, las tareas por realizar y actualizar nuestra propuesta de negocio y hacer frente a la competencia.

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Compraré mis cuadernos colibrí y pollito para escribir las anécdotas, chistes, bromas y comentarios de estas reuniones maravillosas y llenas de sabiduría personal. Es un privilegio disfrutarlos en las charlas, cada uno con su profesión, forma de aprendizaje, temperamento, personalidad y estilo de vida. Cierro este artículo con la palabra gratitud, por compartir estas experiencias de vida.

Buen fin de semana… Convida-20.

“No puedes tocar una flor sin molestar a una estrella”.

(G. Bateson)

En los últimos meses hemos tenido oportunidad de estar en contacto con nosotros mismos, y revisar momentos del quehacer personal y profesional. Ahora les compartiré reflexiones de amigos y colegas sobre lo que nos acontece; algunos ya viven la etapa de la jubilación y otros aún no tienen ese beneficio. Los observo y escucho fascinado hablar de sus inquietudes personales, y admiro su determinación para seguir creando proyectos conjuntos, con el firme propósito de apoyar a las generaciones de hoy y de mañana en su quehacer profesional.

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Durante una plática virtual recogí frases que me encantaron, pues revelan el entusiasmo de todos, se abordó el tema de la revisión al sistema actual de pensiones; por ejemplo, López señaló: “Antes que cambien el sistema de pensiones, hay que disfrutar.” Esto obedeció a una observación de Manuel, quien subrayó: “Los envidio, pero nomás a ratos. Porque yo sí que si me jubilara… me dedicaría a descansar en algún pueblo y a ratos quebrando leña”. La charla fue divertida, y transcurrió entre risas y bromas.

También surgió la seriedad, pues se recordaron experiencias donde todos contribuimos con conocimientos y habilidades a crear organizaciones que aportaran respaldo a nuestra labor empresarial. Fueron años de actividad intensa y generación de resultados extraordinarios, que nos llenaron de satisfacción. Así llegamos a fortalecer nuestra misión y visión personal y profesional… apasionados de nuestro quehacer.

Regresaron las bromas, y uno de ellos comentó: “Hay días que me dan ganas de desconectarme como si fuera un robot que desenchufas”. De forma inmediata, Edward dijo: “Jajajajajaja, ni jubilado dan ganas de eso”. Fue divertido coincidir con ellos, recordar cada aportación y sobre todo gozar de ese desborde de pasión por su profesión. López agregó inmediatamente: “No todo el tiempo es así, el tener algunas actividades dentro y fuera de la casa ayudan mucho, porque si no sucede eso que mencionas Manuel, te vienes abajo…” Sin lugar a dudas, continúan aplicando sus herramientas y técnicas aprendidas allá y entonces: planeación de vida y trabajo y balance vida-trabajo.

Un momento clave fue cuando se comentó sobre las nuevas generaciones y su falta de visión y pasión por lo que se realiza. Sin afán de convertirse en una crítica, más bien nos damos la oportunidad de involucrarnos y aportar nuestra experiencia, como lo podemos apreciar en la película El Becario, protagonizada por Anne Hathaway y Robert de Niro.

Volvimos a hacer bromas y evocar recuerdos de personajes que tenían la edad que hoy acumulamos, eso sí llenos de pasión y sabiduría. Quiero expresar que no es narcisismo, sino que nos sentimos fuertes, somos un equipo compacto, interesados en continuar aportando, porque esto nos motiva a vivir plenamente hasta el final.

Manuel afirmó: “Trato de estar actualizado y seguir aprendiendo, pero... los años se notan, y yo te aseguro que si llega un joven y les dice lo mismo probablemente conecte mejor... con el cliente”. Me fascinó la respuesta de López a Manuel: “Pero hay una gran diferencia amigo, porque tú tienes una empatía y carisma para transmitir tus conocimientos que ya los quisiéramos muchos de Recursos Humanos de antes y más los de ahora, que no saben mucho del área”. Celebro que se reconozcan los conocimientos, habilidades y actitudes que se brinda a cada miembro del equipo.

Edward ratificó así lo anterior: “La clave es lo que ya haces… estar o seguir aprendiendo. La experiencia, las nuevas competencias y nuevas formas ayudan. Algo muy importante es el uso de tecnología y lo estás haciendo”. Fue divertido y agradable estar reunidos, para actualizarnos y compartir sobre lo que vive y aprende cada uno durante estos días de confinamiento.

Me fascinó la conclusión de Manuel: “Yo sé quién soy, sé lo que he logrado, sé que muy pocos, pero muy pocos, tienen mi background en Recursos Humanos a nivel nacional”. Estoy orgulloso de pertenecer a este equipo, que ahora incluye a dos personas más. Es un motivo de celebración virtual y de sumar experiencias.

En verdad, agradezco esta reunión, porque cada participante tiene su distingo personal y reconoce la expertise del otro. De inmediato surgieron las sugerencias para enfrentar estos nuevos desafíos, las tareas por realizar y actualizar nuestra propuesta de negocio y hacer frente a la competencia.

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Buen fin de semana… Convida-20.