/ viernes 16 de octubre de 2020

Casos y cosas de la experiencia | La vida sigue igual

“Unos que nacen otros morirán. Unos que ríen otros llorarán…”

(J. Iglesias)

Hay tiempo para tomar un café, escuchar la música preferida o leer un libro que revolucione nuestro sentir y pensar. Hay momentos para disfrutar un abrazo y la felicitación de un aniversario más de vida. Sí, hay tiempo para vivir, aprender y morir. Después de los abrazos y festejo por mi cumpleaños, recibí una noticia que me recordó el tema musical La vida sigue igual, de Julio Iglesias.

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Partió en silencio, me dijeron. En ese instante recordé los momentos compartidos con ella y su familia. Vinieron a mi mente los últimos festejos de su cumpleaños, la recuerdo bailando, disfrutando sus caballitos de tequila, rodeada de sus hijos e hijas, nietos y amistades.

Me deleitaba observándola tejer, pues era hábil para ello. Cuando se terminaba el rollo de estambre solicitaba más y si no encontraba respuesta afirmativa, no le importaba pues deshacía lo tejido para reiniciar el proceso. A pesar de sus noventa y tantos años mantenía su lucidez, gustaba de escapadas con su nieta Luisa, pues eran cómplices de aventuras.

Monchi, como le llamaban, fue una mujer fuerte, decidida, audaz y luchadora incansable para velar por sus hijos. Supo aquilatar el amor y el respeto de sus seres queridos. Conforme pasaban los años, su fuerza fue disminuyendo, pero no su motivación para la vida.

Tuvo un par de caídas, que afortunadamente no pasaron a mayores. Se levantaba con la ayuda de su cuidadora o hijos y continuaba viviendo. De seguro, quienes la acompañaron más de cerca reconocerán cada lección de vida que dejó como legado. Una mujer libre y fuerte, voló alto y disfrutó cada día rodeada de sus seres queridos.

Creo que supo vivir y no le temía a la muerte. Vivió para amar la vida y a quienes la rodeaban. Si hablamos de su vida, también hablaremos de su muerte el tiempo que sea necesario, para procesar el duelo que nos deja su partida; cada familiar tendrá que hacerlo a su ritmo y entre todos podrán acompañarse para asimilarla.

Justo cuando celebramos la vida, también aparece la muerte en otros que son parte importante de nosotros. No estuve en el momento de su último suspiro, sin embargo, liberó su cuerpo ya cansado por sus años llenos de vida. Abrazo a sus familiares y deseo que se reconforten mutuamente y celebren lo que Monchi nos dejó.

La recuerdo con alegría, disfrutando las reuniones en familia, las travesuras que organizaba con sus nietos, bailando con sus hijos, bebiendo con suavidad y delicadeza los tragos de tequila. Señora hermosa, te doy las gracias por tus lecciones de vida, por los detalles amorosos que tuviste con cada persona que te conocía.

Creo que te fuiste sin pendientes, viviste libre absolutamente. Al observar los videos de tus aniversarios, fotografías con tus hijos y nietos, siempre feliz y disfrutando el presente. No escuché quejas en ti, sólo observé tu entusiasmo por vivir y aprender a morir.

Por ello recordé la canción La vida sigue igual, y la estrofa que dice: “Siempre hay por quien vivir y a quien amar. Siempre hay por qué vivir por qué luchar. Al final las obras quedan las gentes se van. Otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual”.

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Comprendo el dolor que provoca tu partida tan significativa, aunque no la sienta como tus hijos y nietos. Te recuerdo con cariño y admiración por todo lo que hiciste en vida; las obras que dejas hablarán siempre de ti y de las lecciones que nos regalaste.

Las lágrimas que se lloren por ti aliviarán el corazón de todos tus familiares, y podrán recordarte con amor como siempre. A donde vayas tendrás oportunidad de gozar de la paz que nos ofreciste en vida. Gracias, gracias, gracias, Monchi; este es un pequeño homenaje a tu existencia.

Buen fin de semana… Convida-20.

“Unos que nacen otros morirán. Unos que ríen otros llorarán…”

(J. Iglesias)

Hay tiempo para tomar un café, escuchar la música preferida o leer un libro que revolucione nuestro sentir y pensar. Hay momentos para disfrutar un abrazo y la felicitación de un aniversario más de vida. Sí, hay tiempo para vivir, aprender y morir. Después de los abrazos y festejo por mi cumpleaños, recibí una noticia que me recordó el tema musical La vida sigue igual, de Julio Iglesias.

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Partió en silencio, me dijeron. En ese instante recordé los momentos compartidos con ella y su familia. Vinieron a mi mente los últimos festejos de su cumpleaños, la recuerdo bailando, disfrutando sus caballitos de tequila, rodeada de sus hijos e hijas, nietos y amistades.

Me deleitaba observándola tejer, pues era hábil para ello. Cuando se terminaba el rollo de estambre solicitaba más y si no encontraba respuesta afirmativa, no le importaba pues deshacía lo tejido para reiniciar el proceso. A pesar de sus noventa y tantos años mantenía su lucidez, gustaba de escapadas con su nieta Luisa, pues eran cómplices de aventuras.

Monchi, como le llamaban, fue una mujer fuerte, decidida, audaz y luchadora incansable para velar por sus hijos. Supo aquilatar el amor y el respeto de sus seres queridos. Conforme pasaban los años, su fuerza fue disminuyendo, pero no su motivación para la vida.

Tuvo un par de caídas, que afortunadamente no pasaron a mayores. Se levantaba con la ayuda de su cuidadora o hijos y continuaba viviendo. De seguro, quienes la acompañaron más de cerca reconocerán cada lección de vida que dejó como legado. Una mujer libre y fuerte, voló alto y disfrutó cada día rodeada de sus seres queridos.

Creo que supo vivir y no le temía a la muerte. Vivió para amar la vida y a quienes la rodeaban. Si hablamos de su vida, también hablaremos de su muerte el tiempo que sea necesario, para procesar el duelo que nos deja su partida; cada familiar tendrá que hacerlo a su ritmo y entre todos podrán acompañarse para asimilarla.

Justo cuando celebramos la vida, también aparece la muerte en otros que son parte importante de nosotros. No estuve en el momento de su último suspiro, sin embargo, liberó su cuerpo ya cansado por sus años llenos de vida. Abrazo a sus familiares y deseo que se reconforten mutuamente y celebren lo que Monchi nos dejó.

La recuerdo con alegría, disfrutando las reuniones en familia, las travesuras que organizaba con sus nietos, bailando con sus hijos, bebiendo con suavidad y delicadeza los tragos de tequila. Señora hermosa, te doy las gracias por tus lecciones de vida, por los detalles amorosos que tuviste con cada persona que te conocía.

Creo que te fuiste sin pendientes, viviste libre absolutamente. Al observar los videos de tus aniversarios, fotografías con tus hijos y nietos, siempre feliz y disfrutando el presente. No escuché quejas en ti, sólo observé tu entusiasmo por vivir y aprender a morir.

Por ello recordé la canción La vida sigue igual, y la estrofa que dice: “Siempre hay por quien vivir y a quien amar. Siempre hay por qué vivir por qué luchar. Al final las obras quedan las gentes se van. Otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual”.

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Comprendo el dolor que provoca tu partida tan significativa, aunque no la sienta como tus hijos y nietos. Te recuerdo con cariño y admiración por todo lo que hiciste en vida; las obras que dejas hablarán siempre de ti y de las lecciones que nos regalaste.

Las lágrimas que se lloren por ti aliviarán el corazón de todos tus familiares, y podrán recordarte con amor como siempre. A donde vayas tendrás oportunidad de gozar de la paz que nos ofreciste en vida. Gracias, gracias, gracias, Monchi; este es un pequeño homenaje a tu existencia.

Buen fin de semana… Convida-20.