/ viernes 2 de abril de 2021

Casos y cosas de la experiencia | Lo que quiere el corazón

Permanece quieto y escucha atento a tu corazón. Y cuando lo escuches claro y fuerte, camina decidido a donde te lleve”. (Parafraseando a S Tamaro)

De la serie de New Ámsterdam (Netflix) encontré esta par de frases, las cuales motivaron el escrito de hoy:

— “Creí que te habías ido”.

— “Me iré hasta que tú quieras”.

Estas frases me despertaron algunos recuerdos, de momentos y pérdidas sufridas por personas a las que acompañé cuando solicitaron mis servicios profesionales. Gracias al tiempo dedicado a caminar a su lado puede sentir, a plenitud, cada emoción y sentimiento de pérdida; el dolor provocado por una ruptura de pareja, la muerte de un ser querido, la pérdida de un empleo, la espera ilusionada de un hijo, el desamor, un periodo de soledad o el sufrimiento de una incapacidad. Con cada situación se vive y experimenta ese dolor que clama una oportunidad de sanar lo más pronto posible. Hay personas que pueden vivir el proceso de duelo más rápido que otras, esto depende de su capacidad individual para sobreponerse a circunstancias de adversidad.

Conocemos personas que sufren por un sinfín de razones o simplemente son indiferentes al dolor ajeno. Ahora más que nunca es preciso acompañar a quienes durante este tiempo de confinamiento han perdido a alguien o algo significativo en su vida. Algunos han tenido tiempo para llorar y despedirse o agradecer lo vivido con sus seres queridos. Otros están atrapados en depresión, sufrimiento y dolor intensos, sin poder procesar las pérdidas. Algunos más recurren al alcohol u otras sustancias como escape para adormecer sus sentidos y así poner fin a la situación.

Hemos tenido que aprender a acompañar a los deudos, cuando despiden a sus seres queridos que han partido; aunque lo han hecho sin la posibilidad de celebrar los rituales tradicionales, como convocar a reuniones de amistades y familiares, para recibir abrazos o palabras de consuelo.

Agradezco a los profesionales de la salud integral (física, emocional y espiritual), que se entregan a servir mediante el acompañamiento a las personas que los necesitan. Es una entrega llena de empatía, compasión y amor por el ser humano. Celebro su creatividad para sortear las vicisitudes de esta pandemia y estar en contacto con los seres que sufren, temen, lloran y sienten soledad ante la muerte. Un ejemplo de ello es lo experimentado por una enfermera brasileña, que acompañó a una paciente infectada. Lidiane Melo, de 37 años, “ante la imposibilidad de tocarla por las restricciones hospitalarias, llenó dos guantes de látex con agua tibia y la amarró de tal forma que la mano de la paciente quedó en medio. Con esta ingeniosa idea, Lidian logró que la paciente se calmara, que sus manos se calentaran un poco y así pudo medir la saturación de oxígeno”(Azteca noticias, 29 marzo 2021) En los hospitales mexicanos también hay personal médico y de apoyo que cada día lleva a cabo actos de nobleza para que los enfermos sorteen este trance. Por consiguiente, celebremos lo que este mundo tiene de bueno.

Lo que quiere mi corazón es sentir la esperanza de un mundo más sensible, abierto a nuevos caminos de crecimiento y desarrollo personal. Contagiar buena vibra a todos los que nos rodean, impulsar movimientos sociales que permitan sentir una vibración emocional más positiva.

La vida es un instante, hay que valorar el momento presente que nos permite agradecerla y celebrarla con todo lo que nos acontece. Contribuyamos, entonces, a promover la unidad, concordia, convivencia y salud integral de la comunidad.

Hay tiempo para reír,

Tiempo para llorar.

Tiempo para amar,

Para soltar y agradecer lo vivido.

Hay momentos para permanecer solo,

Otros para disfrutar de la compañía de otros.


Hay dolor por lo perdido,

Hay agradecimiento por lo disfrutado.

Hay bienvenidas y despedidas.

Hay una conciencia plena de la fuerza de un corazón atento, que escucha fuerte y claro el llamado de la esperanza en un mundo mejor.

Concluyo con esta pregunta: ¿Qué quiere tu corazón; lo escuchas y atiendes? Va mi invitación a vibrar fuerte y consciente, con acciones que promuevan la salud integral de todos.

Permanece quieto y escucha atento a tu corazón. Y cuando lo escuches claro y fuerte, camina decidido a donde te lleve”. (Parafraseando a S Tamaro)

De la serie de New Ámsterdam (Netflix) encontré esta par de frases, las cuales motivaron el escrito de hoy:

— “Creí que te habías ido”.

— “Me iré hasta que tú quieras”.

Estas frases me despertaron algunos recuerdos, de momentos y pérdidas sufridas por personas a las que acompañé cuando solicitaron mis servicios profesionales. Gracias al tiempo dedicado a caminar a su lado puede sentir, a plenitud, cada emoción y sentimiento de pérdida; el dolor provocado por una ruptura de pareja, la muerte de un ser querido, la pérdida de un empleo, la espera ilusionada de un hijo, el desamor, un periodo de soledad o el sufrimiento de una incapacidad. Con cada situación se vive y experimenta ese dolor que clama una oportunidad de sanar lo más pronto posible. Hay personas que pueden vivir el proceso de duelo más rápido que otras, esto depende de su capacidad individual para sobreponerse a circunstancias de adversidad.

Conocemos personas que sufren por un sinfín de razones o simplemente son indiferentes al dolor ajeno. Ahora más que nunca es preciso acompañar a quienes durante este tiempo de confinamiento han perdido a alguien o algo significativo en su vida. Algunos han tenido tiempo para llorar y despedirse o agradecer lo vivido con sus seres queridos. Otros están atrapados en depresión, sufrimiento y dolor intensos, sin poder procesar las pérdidas. Algunos más recurren al alcohol u otras sustancias como escape para adormecer sus sentidos y así poner fin a la situación.

Hemos tenido que aprender a acompañar a los deudos, cuando despiden a sus seres queridos que han partido; aunque lo han hecho sin la posibilidad de celebrar los rituales tradicionales, como convocar a reuniones de amistades y familiares, para recibir abrazos o palabras de consuelo.

Agradezco a los profesionales de la salud integral (física, emocional y espiritual), que se entregan a servir mediante el acompañamiento a las personas que los necesitan. Es una entrega llena de empatía, compasión y amor por el ser humano. Celebro su creatividad para sortear las vicisitudes de esta pandemia y estar en contacto con los seres que sufren, temen, lloran y sienten soledad ante la muerte. Un ejemplo de ello es lo experimentado por una enfermera brasileña, que acompañó a una paciente infectada. Lidiane Melo, de 37 años, “ante la imposibilidad de tocarla por las restricciones hospitalarias, llenó dos guantes de látex con agua tibia y la amarró de tal forma que la mano de la paciente quedó en medio. Con esta ingeniosa idea, Lidian logró que la paciente se calmara, que sus manos se calentaran un poco y así pudo medir la saturación de oxígeno”(Azteca noticias, 29 marzo 2021) En los hospitales mexicanos también hay personal médico y de apoyo que cada día lleva a cabo actos de nobleza para que los enfermos sorteen este trance. Por consiguiente, celebremos lo que este mundo tiene de bueno.

Lo que quiere mi corazón es sentir la esperanza de un mundo más sensible, abierto a nuevos caminos de crecimiento y desarrollo personal. Contagiar buena vibra a todos los que nos rodean, impulsar movimientos sociales que permitan sentir una vibración emocional más positiva.

La vida es un instante, hay que valorar el momento presente que nos permite agradecerla y celebrarla con todo lo que nos acontece. Contribuyamos, entonces, a promover la unidad, concordia, convivencia y salud integral de la comunidad.

Hay tiempo para reír,

Tiempo para llorar.

Tiempo para amar,

Para soltar y agradecer lo vivido.

Hay momentos para permanecer solo,

Otros para disfrutar de la compañía de otros.


Hay dolor por lo perdido,

Hay agradecimiento por lo disfrutado.

Hay bienvenidas y despedidas.

Hay una conciencia plena de la fuerza de un corazón atento, que escucha fuerte y claro el llamado de la esperanza en un mundo mejor.

Concluyo con esta pregunta: ¿Qué quiere tu corazón; lo escuchas y atiendes? Va mi invitación a vibrar fuerte y consciente, con acciones que promuevan la salud integral de todos.