/ viernes 5 de noviembre de 2021

Casos y cosas de la experiencia | Los amigos

“A mis amigos les adeudo la ternura,

y las palabras de aliento y el abrazo.

El compartir con todos ellos la factura,

que nos presenta la vida, paso a paso”.

(A. Cortez)

La frescura del aire de otoño me trae recuerdos de los momentos maravillosos vividos en compañía de los amigos; siento su cariño, acompañamiento y la caricia del abrazo que nos damos al encontrarnos y despedirnos. En esos encuentros disfrutamos de la alegría y los logros obtenidos en el terreno personal y profesional. En dichas reuniones se crea el ambiente propicio para gozar de una charla enriquecedora sobre temas de interés; ahí cada uno se muestra tal cual es, y expone sus ideas y sentimientos con plena libertad y confianza. Me gusta que todos podamos fluir con soltura, y danzar juntos en esa atmósfera acogedora, que recrean los encuentros.

Agradezco todo lo que ocurre en esos momentos, que está reflejado en esta estrofa de la canción A mis amigos, de A. Cortez: “A mis amigos les adeudo la paciencia de tolerarme las espinas más agudas, los arrebatos del humor, la negligencia, las vanidades, los temores y las dudas”. Disfruto los encuentros con los amigos, porque así nos ponemos al día de las vivencias del alma, del descubrimiento de rutas nuevas en el camino de la vida y compartimos las marcas de la experiencia acumulada.

Recuerdo incontables experiencias nutricias, que he vivido al caminar al lado de otros, porque ese ejercicio motiva el acercamiento, y acaricia el alma con la dulzura de una noche fresca. Esto se describe en esta estrofa: “Un barco frágil de papel, parece a veces la amistad, pero jamás puede con él la más violenta tempestad. Porque ese barco de papel tiene aferrado a su timón, por capitán y timonel, un corazón”.

Cuando hablamos de los amigos solemos hacerlo desde el corazón. La amistad nos lleva a implicarnos, a asumir aspectos que nos refleja el espejo, que no se empaña frente a nosotros. Es decir, la aceptación, el reconocimiento y los afectos son nutrientes seguros en una amistad nutricia. La amistad brinda la oportunidad de conocernos y reconocernos, de integrar lo más valioso, lo que nos da certeza, cuidado y seguridad, como parte del otro.

Por eso: “A mis amigos les adeudo algún enfado, que perturbara sin querer nuestra armonía. Sabemos todos que no puede ser pecado, el discutir, alguna vez, por tonterías”. Amigos, si en algún momento los hiero, molesto o lastimo, díganme que estarán ahí para señalármelo, así podré ajustar lo que necesito aprender. Cada aporte suyo es hermoso y vital para mí. A través de la amistad buscamos espacios de pertenencia y convivencia, para la relación y nutrimento de la vida; porque la convivencia plena y sencilla alarga nuestra existencia.

La amistad nos ofrece una oportunidad maravillosa para propiciar el vínculo tú-yo-nosotros, tan relevante: “A mis amigos legaré cuando me muera, mi devoción en un acorde de guitarra. Y entre los versos olvidados de un poema, mi pobre alma incorregible de cigarra”.

Agradezco a los amigos del alma cada momento, sonrisa, palabra de aliento, regalo y taza de café, que gozamos en algún lugar. A esos amigos que acarician, con su tiempo, el rincón profundo de un corazón enamorado de la vida.

“Amigo mío, si esta copla, como el viento, a donde quieras escucharla te reclama serás plural, porque lo exige el sentimiento, cuando se lleva a los amigos en el alma”.

Buen fin de semana… Conesperanza-21

#contagiabuenavibra #yoaportoenpositivo

“A mis amigos les adeudo la ternura,

y las palabras de aliento y el abrazo.

El compartir con todos ellos la factura,

que nos presenta la vida, paso a paso”.

(A. Cortez)

La frescura del aire de otoño me trae recuerdos de los momentos maravillosos vividos en compañía de los amigos; siento su cariño, acompañamiento y la caricia del abrazo que nos damos al encontrarnos y despedirnos. En esos encuentros disfrutamos de la alegría y los logros obtenidos en el terreno personal y profesional. En dichas reuniones se crea el ambiente propicio para gozar de una charla enriquecedora sobre temas de interés; ahí cada uno se muestra tal cual es, y expone sus ideas y sentimientos con plena libertad y confianza. Me gusta que todos podamos fluir con soltura, y danzar juntos en esa atmósfera acogedora, que recrean los encuentros.

Agradezco todo lo que ocurre en esos momentos, que está reflejado en esta estrofa de la canción A mis amigos, de A. Cortez: “A mis amigos les adeudo la paciencia de tolerarme las espinas más agudas, los arrebatos del humor, la negligencia, las vanidades, los temores y las dudas”. Disfruto los encuentros con los amigos, porque así nos ponemos al día de las vivencias del alma, del descubrimiento de rutas nuevas en el camino de la vida y compartimos las marcas de la experiencia acumulada.

Recuerdo incontables experiencias nutricias, que he vivido al caminar al lado de otros, porque ese ejercicio motiva el acercamiento, y acaricia el alma con la dulzura de una noche fresca. Esto se describe en esta estrofa: “Un barco frágil de papel, parece a veces la amistad, pero jamás puede con él la más violenta tempestad. Porque ese barco de papel tiene aferrado a su timón, por capitán y timonel, un corazón”.

Cuando hablamos de los amigos solemos hacerlo desde el corazón. La amistad nos lleva a implicarnos, a asumir aspectos que nos refleja el espejo, que no se empaña frente a nosotros. Es decir, la aceptación, el reconocimiento y los afectos son nutrientes seguros en una amistad nutricia. La amistad brinda la oportunidad de conocernos y reconocernos, de integrar lo más valioso, lo que nos da certeza, cuidado y seguridad, como parte del otro.

Por eso: “A mis amigos les adeudo algún enfado, que perturbara sin querer nuestra armonía. Sabemos todos que no puede ser pecado, el discutir, alguna vez, por tonterías”. Amigos, si en algún momento los hiero, molesto o lastimo, díganme que estarán ahí para señalármelo, así podré ajustar lo que necesito aprender. Cada aporte suyo es hermoso y vital para mí. A través de la amistad buscamos espacios de pertenencia y convivencia, para la relación y nutrimento de la vida; porque la convivencia plena y sencilla alarga nuestra existencia.

La amistad nos ofrece una oportunidad maravillosa para propiciar el vínculo tú-yo-nosotros, tan relevante: “A mis amigos legaré cuando me muera, mi devoción en un acorde de guitarra. Y entre los versos olvidados de un poema, mi pobre alma incorregible de cigarra”.

Agradezco a los amigos del alma cada momento, sonrisa, palabra de aliento, regalo y taza de café, que gozamos en algún lugar. A esos amigos que acarician, con su tiempo, el rincón profundo de un corazón enamorado de la vida.

“Amigo mío, si esta copla, como el viento, a donde quieras escucharla te reclama serás plural, porque lo exige el sentimiento, cuando se lleva a los amigos en el alma”.

Buen fin de semana… Conesperanza-21

#contagiabuenavibra #yoaportoenpositivo