/ viernes 12 de julio de 2019

Casos y cosas de la experiencia | Soluciones mágicas

Casos y cosas de la experiencia

Soluciones mágicas

“Diseña un plan y reúne todo lo que necesitas, pero, hagas lo que hagas, nunca pienses que es imposible”

(Laura Vanderkam)

José Ignacio Lovio Arvizu

Tuve un viaje tranquilo a la ciudad donde trabajaría durante dos días, y el calor imperante no mermó mi disposición para realizar la actividad que me llevó allá. La gestión del tiempo es una temática inevitable para nuestra vida personal y profesional.

Durante el trayecto repasé los temas que discutiría con los participantes, las estrategias y tácticas que compartiría con ellos, las lecturas y videos de referencia para estimular en cada uno el ejercicio productivo de la gestión de su tiempo.

Cuando entré en contacto con los asistentes al taller me percaté de su cansancio, desánimo y fastidio, entre otras cosas. Sin embargo, aquí y ahora elijo, decido y hago lo que corresponde para entusiasmarlos sobre la tarea común. Lancé esta pregunta para tomarles el pulso: ¿qué es lo que esperan de este taller? Obtuve una respuesta contundente: el silencio. Es difícil entusiasmar a quien no está dispuesto a colaborar en una actividad, cualquiera que sea. Entonces me dije, ¡manos a la obra!

Empecé con una reflexión sobre el tiempo del que disponemos y de nuestras prioridades. Fue un detonante para que ellos expresaran lo que les ocupa y la inquietud por responder a sus necesidades: trabajo y familia. Con esto identificamos las prioridades, y así fuimos compartiendo lo que cada uno ha vivido.

Presenté una guía práctica para gestionar, de forma efectiva y eficaz, el tiempo del que se dispone; que se traduce a 24 horas al día, o bien 144 minutos o 86,400 segundos. Tiempo que hay que repartir entre la vida personal, la laboral y la familiar-social, aspectos que transcurren simultáneamente.

Mediante la aplicación de un ejercicio vivencial, se asignó el tiempo destinado a los tres aspectos mencionados. Los participantes fueron precisos cuando se refirieron al uso de su tiempo laboral; unos expresaron: “Es que no se puede organizar mejor porque dependemos de otras personas”. Otros manifestaron: “Hemos recibido entrenamiento sobre el tema y no pasa nada”.

Surgieron entonces las quejas sobre la situación que prevalece en el manejo del tiempo, por parte de otras personas, y los efectos que eso tiene sobre la vida de ellos. Requieren respuestas inmediatas y contundentes acerca de lo que procede, para ser productivos en la gestión del tiempo. Se propusieron varias opciones para utilizar mejor nuestro tiempo: agendas físicas o electrónicas, cuaderno, Outlook, apps, entre otras técnicas y herramientas. Pese a ello, el malestar permanecía, porque no se encontraban las soluciones adecuadas para sus necesidades.

Lejos de arreglar la situación laboral, le solicité a cada uno que realizara algo para gestionar su tiempo, no el de los demás. De nuevo expresaron que se pierde mucho tiempo en actividades que no agregan valor, no cuentan con tiempo suficiente para hacer sus cosas personales, no existe disposición de otros para ganar tiempo.

Comprendo la insatisfacción, el malestar, la insistencia por obtener respuestas concretas respecto al manejo del tiempo. Sólo les digo que puedo gestionar mi tiempo, no el de otros. Por tanto, esto supone llevar a cabo otro tipo de estrategias: una mejor comunicación entre las partes, la asertividad, la capacidad para negociar acuerdos y respetar los tiempos de cada uno, entre otras.

También les compartí un par de ejercicios para identificar acciones específicas que podrían aplicar en su grupo de referencia, integré los ejemplos que ofrecieron. Todo con el propósito de que comprendiesen la relevancia de gestionar su tiempo, no el de otros.

Sé lo difícil que resulta gestionar un cambio de hábitos, en lo personal y organizacional, sin embargo confío en que es posible realizarlos cuando existe la disposición para hacerlo. Como dice Virginia Satir: “Un cambio influencia las partes, lo que quiere decir que puedo empezar por cualquier parte”.

El secreto de contar con tiempo para el trabajo, estar con la familia y los amigos, practicar algún deporte, leer, relajarse, etcétera… es determinar lo que es primero, es decir, hay que PRIORIZAR.

Buen fin de semana.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y Psicoterapeuta.

Correo: ignacio.lovio@gmail.com

Casos y cosas de la experiencia

Soluciones mágicas

“Diseña un plan y reúne todo lo que necesitas, pero, hagas lo que hagas, nunca pienses que es imposible”

(Laura Vanderkam)

José Ignacio Lovio Arvizu

Tuve un viaje tranquilo a la ciudad donde trabajaría durante dos días, y el calor imperante no mermó mi disposición para realizar la actividad que me llevó allá. La gestión del tiempo es una temática inevitable para nuestra vida personal y profesional.

Durante el trayecto repasé los temas que discutiría con los participantes, las estrategias y tácticas que compartiría con ellos, las lecturas y videos de referencia para estimular en cada uno el ejercicio productivo de la gestión de su tiempo.

Cuando entré en contacto con los asistentes al taller me percaté de su cansancio, desánimo y fastidio, entre otras cosas. Sin embargo, aquí y ahora elijo, decido y hago lo que corresponde para entusiasmarlos sobre la tarea común. Lancé esta pregunta para tomarles el pulso: ¿qué es lo que esperan de este taller? Obtuve una respuesta contundente: el silencio. Es difícil entusiasmar a quien no está dispuesto a colaborar en una actividad, cualquiera que sea. Entonces me dije, ¡manos a la obra!

Empecé con una reflexión sobre el tiempo del que disponemos y de nuestras prioridades. Fue un detonante para que ellos expresaran lo que les ocupa y la inquietud por responder a sus necesidades: trabajo y familia. Con esto identificamos las prioridades, y así fuimos compartiendo lo que cada uno ha vivido.

Presenté una guía práctica para gestionar, de forma efectiva y eficaz, el tiempo del que se dispone; que se traduce a 24 horas al día, o bien 144 minutos o 86,400 segundos. Tiempo que hay que repartir entre la vida personal, la laboral y la familiar-social, aspectos que transcurren simultáneamente.

Mediante la aplicación de un ejercicio vivencial, se asignó el tiempo destinado a los tres aspectos mencionados. Los participantes fueron precisos cuando se refirieron al uso de su tiempo laboral; unos expresaron: “Es que no se puede organizar mejor porque dependemos de otras personas”. Otros manifestaron: “Hemos recibido entrenamiento sobre el tema y no pasa nada”.

Surgieron entonces las quejas sobre la situación que prevalece en el manejo del tiempo, por parte de otras personas, y los efectos que eso tiene sobre la vida de ellos. Requieren respuestas inmediatas y contundentes acerca de lo que procede, para ser productivos en la gestión del tiempo. Se propusieron varias opciones para utilizar mejor nuestro tiempo: agendas físicas o electrónicas, cuaderno, Outlook, apps, entre otras técnicas y herramientas. Pese a ello, el malestar permanecía, porque no se encontraban las soluciones adecuadas para sus necesidades.

Lejos de arreglar la situación laboral, le solicité a cada uno que realizara algo para gestionar su tiempo, no el de los demás. De nuevo expresaron que se pierde mucho tiempo en actividades que no agregan valor, no cuentan con tiempo suficiente para hacer sus cosas personales, no existe disposición de otros para ganar tiempo.

Comprendo la insatisfacción, el malestar, la insistencia por obtener respuestas concretas respecto al manejo del tiempo. Sólo les digo que puedo gestionar mi tiempo, no el de otros. Por tanto, esto supone llevar a cabo otro tipo de estrategias: una mejor comunicación entre las partes, la asertividad, la capacidad para negociar acuerdos y respetar los tiempos de cada uno, entre otras.

También les compartí un par de ejercicios para identificar acciones específicas que podrían aplicar en su grupo de referencia, integré los ejemplos que ofrecieron. Todo con el propósito de que comprendiesen la relevancia de gestionar su tiempo, no el de otros.

Sé lo difícil que resulta gestionar un cambio de hábitos, en lo personal y organizacional, sin embargo confío en que es posible realizarlos cuando existe la disposición para hacerlo. Como dice Virginia Satir: “Un cambio influencia las partes, lo que quiere decir que puedo empezar por cualquier parte”.

El secreto de contar con tiempo para el trabajo, estar con la familia y los amigos, practicar algún deporte, leer, relajarse, etcétera… es determinar lo que es primero, es decir, hay que PRIORIZAR.

Buen fin de semana.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y Psicoterapeuta.

Correo: ignacio.lovio@gmail.com