/ viernes 27 de marzo de 2020

Casos y cosas de la experiencia | Todo cambia…

“Cambia lo superficial

Cambia también lo profundo

Cambia el modo de pensar

Cambia todo en este mundo”

(Julio Numhauser).


En estos momentos de crisis es vital atender una regla de oro: el autocuidado; obviamente esto dependerá de nuestro grado de conciencia. Las personas nos autoengañamos argumentando que durante la pandemia no nos pasará nada, ya que se trata de un momento en nuestra existencia.

Esta experiencia del Covid-19 nos conduce a una confrontación con nuestros mecanismos para enfrentar las crisis existenciales y ambientales. Es importante asumir la responsabilidad con nuestro cuidado, porque repercute en todos.

Nuestro entorno de salud dependerá de las medidas sanitarias y del compromiso de todos. Tal parece que para algunas personas eso no importa o se sienten superhéroes, pues no siguen las sugerencias de prevención y cuidado para impedir el contagio con el virus.

¿Qué nos conduce al autoengaño?; ¿de dónde provienen esas creencias de que a mí no me pasará nada?; ¿qué me hace sentir especial? Sé que cada persona reacciona de manera distinta ante las circunstancias, y el miedo es la razón que nos mueve a responder.

El miedo puede impulsar a las personas a emprender acciones, bien para la subsistencia o para tomar medidas de protección, también puede bloquearlas o paralizarlas. Existen formas diversas de manifestar el miedo; hay casos en que la reacción es la molestia por todo, y otros en los que surge una sensación de ahogo, angustia, asombro, inquietud, precaución, reserva, temor, susto, terror, espanto, pánico, pavor, etcétera.

¿Cómo podemos enfrentar esta contingencia? Cada caso es único, pero hay actividades que se pueden llevar a cabo en compañía de la familia, por ejemplo, cantar, bailar, escribir, leer, ejercitarse, organizar juegos de mesa, contar cuentos, charlar sobre los momentos compartidos, como viajes y lugares conocidos, bajar la App 7 minutos Entrenamiento físico (disponible en play store), entre otros.

¿Qué ocurre con las personas que vivimos solas? Les comparto lo que he realizado para mantenerme activo: leer algo, que no había hecho “por falta de tiempo”; ejercitarme en casa, con rutinas apropiadas para mi edad; organizar mis álbumes de fotografías digitales; redactar notas para las personas que, en ese preciso instante, vienen a mi mente.

He utilizado otras estrategias como ver películas cómicas en YouTube, revisar cuadernos de notas, las cuales pueden ser útiles para mis artículos. También leer poesía y escuchar música de las décadas de los ochenta y noventa, y esto me divierte porque bailo y me gusta hacerlo, aunque no soy buen bailarín.

Disfruto hablar con mis hijos, redescubrir los momentos compartidos, ver sus fotografías que dan cuenta del transcurso de su vida, pues ya son adultos. Gozo cada momento en que estoy inmerso en esas actividades. También confieso que en ocasiones resulta difícil estar en aislamiento, porque para mí es clave ir a un café por la tarde y reunirme con colegas, amigos o clientes.

He practicado otra pasión personal y profesional, ejercer la labor de psicólogo y psicoterapeuta. Gracias a que las circunstancias han cambiado, he podido explorar más ampliamente aplicaciones digitales, que me permiten conducir sesiones para quienes aceptaron continuar su proceso psicoterapéutico a distancia.

Hay personas que han requerido soporte emocional en este periodo, y estoy ahí para acompañarlas. También hay otros colegas que ofrecen el mismo servicio utilizando los medios digitales. Por favor no nos expongamos ante esta situación de crisis de contagio.

De un momento a otro el mundo cambia y con ello todos nosotros, como dice una estrofa de la canción Todo cambia:

“Cambia lo superficial

Cambia también lo profundo

Cambia el modo de pensar

Cambia todo en este mundo”.

Ahora nos corresponde vivir el paradigma VICA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) en toda su plenitud.

Buen fin de semana… Quédate en casa.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

ignacio.lovio@gmail.com

“Cambia lo superficial

Cambia también lo profundo

Cambia el modo de pensar

Cambia todo en este mundo”

(Julio Numhauser).


En estos momentos de crisis es vital atender una regla de oro: el autocuidado; obviamente esto dependerá de nuestro grado de conciencia. Las personas nos autoengañamos argumentando que durante la pandemia no nos pasará nada, ya que se trata de un momento en nuestra existencia.

Esta experiencia del Covid-19 nos conduce a una confrontación con nuestros mecanismos para enfrentar las crisis existenciales y ambientales. Es importante asumir la responsabilidad con nuestro cuidado, porque repercute en todos.

Nuestro entorno de salud dependerá de las medidas sanitarias y del compromiso de todos. Tal parece que para algunas personas eso no importa o se sienten superhéroes, pues no siguen las sugerencias de prevención y cuidado para impedir el contagio con el virus.

¿Qué nos conduce al autoengaño?; ¿de dónde provienen esas creencias de que a mí no me pasará nada?; ¿qué me hace sentir especial? Sé que cada persona reacciona de manera distinta ante las circunstancias, y el miedo es la razón que nos mueve a responder.

El miedo puede impulsar a las personas a emprender acciones, bien para la subsistencia o para tomar medidas de protección, también puede bloquearlas o paralizarlas. Existen formas diversas de manifestar el miedo; hay casos en que la reacción es la molestia por todo, y otros en los que surge una sensación de ahogo, angustia, asombro, inquietud, precaución, reserva, temor, susto, terror, espanto, pánico, pavor, etcétera.

¿Cómo podemos enfrentar esta contingencia? Cada caso es único, pero hay actividades que se pueden llevar a cabo en compañía de la familia, por ejemplo, cantar, bailar, escribir, leer, ejercitarse, organizar juegos de mesa, contar cuentos, charlar sobre los momentos compartidos, como viajes y lugares conocidos, bajar la App 7 minutos Entrenamiento físico (disponible en play store), entre otros.

¿Qué ocurre con las personas que vivimos solas? Les comparto lo que he realizado para mantenerme activo: leer algo, que no había hecho “por falta de tiempo”; ejercitarme en casa, con rutinas apropiadas para mi edad; organizar mis álbumes de fotografías digitales; redactar notas para las personas que, en ese preciso instante, vienen a mi mente.

He utilizado otras estrategias como ver películas cómicas en YouTube, revisar cuadernos de notas, las cuales pueden ser útiles para mis artículos. También leer poesía y escuchar música de las décadas de los ochenta y noventa, y esto me divierte porque bailo y me gusta hacerlo, aunque no soy buen bailarín.

Disfruto hablar con mis hijos, redescubrir los momentos compartidos, ver sus fotografías que dan cuenta del transcurso de su vida, pues ya son adultos. Gozo cada momento en que estoy inmerso en esas actividades. También confieso que en ocasiones resulta difícil estar en aislamiento, porque para mí es clave ir a un café por la tarde y reunirme con colegas, amigos o clientes.

He practicado otra pasión personal y profesional, ejercer la labor de psicólogo y psicoterapeuta. Gracias a que las circunstancias han cambiado, he podido explorar más ampliamente aplicaciones digitales, que me permiten conducir sesiones para quienes aceptaron continuar su proceso psicoterapéutico a distancia.

Hay personas que han requerido soporte emocional en este periodo, y estoy ahí para acompañarlas. También hay otros colegas que ofrecen el mismo servicio utilizando los medios digitales. Por favor no nos expongamos ante esta situación de crisis de contagio.

De un momento a otro el mundo cambia y con ello todos nosotros, como dice una estrofa de la canción Todo cambia:

“Cambia lo superficial

Cambia también lo profundo

Cambia el modo de pensar

Cambia todo en este mundo”.

Ahora nos corresponde vivir el paradigma VICA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) en toda su plenitud.

Buen fin de semana… Quédate en casa.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

ignacio.lovio@gmail.com