/ viernes 26 de febrero de 2021

Casos y cosas de la experiencia | Tributo a la vida

“Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que cuando los abro
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado
y en las multitudes, el hombre que yo amo”…
(Violeta Parra)

El caminar diario ha resultado benéfico, pues es una forma de ejercitar mi cuerpo y mente.

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En mis recorridos puedo apreciar el ruido de los carros, al colibrí que aletea en un árbol y a la gente que camina a mi lado. Valoro cada paso, porque es estar consciente del bienestar que provoca en mi cuerpo. La respiración consciente y el agradecimiento por el regalo que es la vida. Esa luz de la tarde, que palidece en el horizonte y muestra todo el color que anticipa la visita de la noche.

Dicho espectáculo me recuerda tantos caminos andados, historias y experiencias vividas. También surge la nostalgia de los viajes no realizados en el último año. Aunque esto no ha impedido que, con imaginación y creatividad, realice viajes a través de la lectura, que nutre mis sentidos.

Escucho la música con detenimiento; disfruto los acordes de los instrumentos musicales, la voz del cantante y me envuelvo en los sentimientos que despierta cada melodía. Celebro la vida y por ello rindo tributo a cada espacio, lugar y a las personas con las cuales la he compartido.

Los días han transcurrido con la paz y tranquilidad que aportan la meditación, relajación y el caminar diario. Quiero estar mejor cada día para acompañar a otros en su travesía y sus descubrimientos, por ello estoy dispuesto a aprender cosas nuevas que nutran mi quehacer personal y profesional.

Sí, es preciso salir del desconsuelo, de la nostalgia de los viajes no realizados, para conocer otros lugares y personas. Afirmo que saldré adelante venga lo que venga, porque estoy orientado a mejorar la persona que soy utilizando los recursos disponibles, aquí y ahora.

Durante el regreso de la caminata, cobré conciencia del tiempo transcurrido, de los detalles circundantes, del sudor de mi cuerpo y la alegría de haber cumplido con mi compromiso.

Después del ejercicio disfruté una taza de té y continué con la meditación y el agradecimiento, por la dicha de gozar la vida y sus regalos.

Seguí con una lectura breve, que me condujo a reflexionar sobre la educación virtual, los retos y desafíos que enfrentamos, la motivación y desmotivación de estudiantes y docentes.

Me pregunto qué podemos realizar para atraer, retener y desarrollar a las nuevas generaciones de profesionales en el camino de la participación y colaboración para obtener mejores resultados.

Acaso las nuevas tecnologías nos limitan el contacto entre ambos actores del proceso enseñanza-aprendizaje.

He leído notas periodísticas que comentan las quejas de los docentes sobre la escasa o nula participación de los estudiantes. Expresan su frustración y desgano por este tipo de trabajo virtual.

Sin lugar a dudas, las nuevas tecnologías llegaron para quedarse, entonces necesitamos explorar formas innovadoras de educar a las nuevas generaciones.

Tenemos que explorar varias estrategias y tácticas para lograr este propósito: interesar a nuestra audiencia virtual en los temas que nos corresponde desarrollar para ellos.

Recuerdo el libro La educación como práctica de la libertad, de Paulo Freire. Ahora, en relación con la educación, ubico algunas frases que me vienen a la memoria: “Enseñar exige saber escuchar. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo”.

Por ello necesito encontrar las estrategias para llegar a conocer las necesidades/motivaciones de los estudiantes, para establecer un contacto y así generar un vínculo con ellos.

En este camino encontraré a otros buscadores y compartiremos historias que contribuyan a mejorar nuestro desempeño y nos mantenga aprendiendo hasta el final.

Para continuar en el camino del autodescubrimiento y descubrimiento de otros, necesitamos sentir y comprender lo que experimentamos, para traducirlo en un verdadero aprendizaje significativo.

Como señala Mitch Alboum: “No te aferres a las cosas, porque todo es impermanente.” Estamos viviendo un nuevo paradigma que traerá consigo ajustes o modificaciones en todo lo que realizamos. Es preciso colaborar en esta aventura de aprendizaje. Escribiré sobre las tardes con mis maestros… O las tardes con mis estudiantes; tema que dejé asentado en mi registro sobre lo que deseo comunicarte.

Ahora rindo un tributo a la vida, porque es una escuela donde todos participamos y aprendemos a nuestro ritmo. Continuaré con mis caminatas, porque representan oportunidades para disfrutar lo que este mundo tiene de bello.

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Para seguir adelante, debes entender por qué sentiste lo que sentiste y por qué ya no necesitas sentirlo.

Por un aprendizaje continuo… Gracias a la vida…

Buen fin de semana… Conesperanza-21.

“Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que cuando los abro
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado
y en las multitudes, el hombre que yo amo”…
(Violeta Parra)

El caminar diario ha resultado benéfico, pues es una forma de ejercitar mi cuerpo y mente.

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En mis recorridos puedo apreciar el ruido de los carros, al colibrí que aletea en un árbol y a la gente que camina a mi lado. Valoro cada paso, porque es estar consciente del bienestar que provoca en mi cuerpo. La respiración consciente y el agradecimiento por el regalo que es la vida. Esa luz de la tarde, que palidece en el horizonte y muestra todo el color que anticipa la visita de la noche.

Dicho espectáculo me recuerda tantos caminos andados, historias y experiencias vividas. También surge la nostalgia de los viajes no realizados en el último año. Aunque esto no ha impedido que, con imaginación y creatividad, realice viajes a través de la lectura, que nutre mis sentidos.

Escucho la música con detenimiento; disfruto los acordes de los instrumentos musicales, la voz del cantante y me envuelvo en los sentimientos que despierta cada melodía. Celebro la vida y por ello rindo tributo a cada espacio, lugar y a las personas con las cuales la he compartido.

Los días han transcurrido con la paz y tranquilidad que aportan la meditación, relajación y el caminar diario. Quiero estar mejor cada día para acompañar a otros en su travesía y sus descubrimientos, por ello estoy dispuesto a aprender cosas nuevas que nutran mi quehacer personal y profesional.

Sí, es preciso salir del desconsuelo, de la nostalgia de los viajes no realizados, para conocer otros lugares y personas. Afirmo que saldré adelante venga lo que venga, porque estoy orientado a mejorar la persona que soy utilizando los recursos disponibles, aquí y ahora.

Durante el regreso de la caminata, cobré conciencia del tiempo transcurrido, de los detalles circundantes, del sudor de mi cuerpo y la alegría de haber cumplido con mi compromiso.

Después del ejercicio disfruté una taza de té y continué con la meditación y el agradecimiento, por la dicha de gozar la vida y sus regalos.

Seguí con una lectura breve, que me condujo a reflexionar sobre la educación virtual, los retos y desafíos que enfrentamos, la motivación y desmotivación de estudiantes y docentes.

Me pregunto qué podemos realizar para atraer, retener y desarrollar a las nuevas generaciones de profesionales en el camino de la participación y colaboración para obtener mejores resultados.

Acaso las nuevas tecnologías nos limitan el contacto entre ambos actores del proceso enseñanza-aprendizaje.

He leído notas periodísticas que comentan las quejas de los docentes sobre la escasa o nula participación de los estudiantes. Expresan su frustración y desgano por este tipo de trabajo virtual.

Sin lugar a dudas, las nuevas tecnologías llegaron para quedarse, entonces necesitamos explorar formas innovadoras de educar a las nuevas generaciones.

Tenemos que explorar varias estrategias y tácticas para lograr este propósito: interesar a nuestra audiencia virtual en los temas que nos corresponde desarrollar para ellos.

Recuerdo el libro La educación como práctica de la libertad, de Paulo Freire. Ahora, en relación con la educación, ubico algunas frases que me vienen a la memoria: “Enseñar exige saber escuchar. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo”.

Por ello necesito encontrar las estrategias para llegar a conocer las necesidades/motivaciones de los estudiantes, para establecer un contacto y así generar un vínculo con ellos.

En este camino encontraré a otros buscadores y compartiremos historias que contribuyan a mejorar nuestro desempeño y nos mantenga aprendiendo hasta el final.

Para continuar en el camino del autodescubrimiento y descubrimiento de otros, necesitamos sentir y comprender lo que experimentamos, para traducirlo en un verdadero aprendizaje significativo.

Como señala Mitch Alboum: “No te aferres a las cosas, porque todo es impermanente.” Estamos viviendo un nuevo paradigma que traerá consigo ajustes o modificaciones en todo lo que realizamos. Es preciso colaborar en esta aventura de aprendizaje. Escribiré sobre las tardes con mis maestros… O las tardes con mis estudiantes; tema que dejé asentado en mi registro sobre lo que deseo comunicarte.

Ahora rindo un tributo a la vida, porque es una escuela donde todos participamos y aprendemos a nuestro ritmo. Continuaré con mis caminatas, porque representan oportunidades para disfrutar lo que este mundo tiene de bello.

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Para seguir adelante, debes entender por qué sentiste lo que sentiste y por qué ya no necesitas sentirlo.

Por un aprendizaje continuo… Gracias a la vida…

Buen fin de semana… Conesperanza-21.