No imaginas cuánto valoro los abrazos,
esos que te atrapan y pierdes la noción del tiempo,
llenos de espontaneidad y humildad
formando un pilar de titanio
que trasmite seguridad,
en esos momentos
donde estamos hábitos por la realidad
y sumergidos en la más profunda tristeza del alma,
es cuando más necesitamos de un abrazo...
El valor de un abrazo.
Gregorio Pacheco, 2015
El martes por la tarde, cuando me preparaba para escribir este artículo, de pronto sentí la necesidad de redactar un par de ideas sobre lo que acontece a mi alrededor. Algunos temas danzaban en mi mente: la soledad, la preparación continua como profesional de la salud mental y la necesidad del contacto con otros seres humanos, esto a través de los abrazos.
Así que decidí escribir sobre la necesidad de los abrazos. Sabemos que este tiempo de pandemia nos replegó, y nos alejó del contacto seguro con otras personas. La piel es un órgano, el más grande de nuestro cuerpo, el que nos permite relacionarnos con el mundo, comunicarnos en cada caricia, abrazo o roce. Tocar a otro ser humano, ya sea que se tenga conciencia de ello o no, resulta maravilloso, pues así recibimos información que nos nutre. Ese toque es una llave para el conocimiento y reconocimiento de sensaciones y sentimientos mutuos; es un medio de expresión clave.
Con la pandemia dicho contacto se alteró, nuestros sentidos se vieron atrofiados. De pronto ya no podíamos sentirnos envueltos o rodeados por los brazos de nuestros seres queridos, pegados de corazón a corazón, ni disfrutar de ese toque suave que alimenta y nutre nuestra alma. Esta experiencia nos condujo a otro tipo de lecciones y aprendizajes, por ejemplo a abrazar y besar virtualmente.
El contacto físico es vital para adultos y niños, es una herramienta básica de conocimiento y reconocimiento. Señalo esto porque se trata de un recurso clave para la socialización, para el desenvolvimiento de cada ser humano. Requerimos reforzar el aprendizaje sobre la importancia del contacto, porque a través de él fortalecemos los vínculos nutricios.
Según investigaciones relacionadas con el contacto, los beneficios que aporta son la reducción del dolor, el estrés y la depresión, entre otros, como se destaca en el artículo Energía del tacto (https://www.lavanguardia.com 2009). “A través del tacto se activan las endorfinas, con los abrazos se segrega oxitocina y ambas sustancias causan en nuestro organismo sensación de bienestar. Sin embargo, en nuestra cultura-virtual-, lo visual se impone sobre lo táctil, hasta el punto de que menospreciamos su poder comunicativo”.
Entonces, ¿qué es un abrazo? Quiero responder con un par de estrofas de un poema de Gregorio Pacheco (2015) que dice: “...Es un acto tan sencillo que transmite un mundo de profunda pasión, aquellas personas que no conocen de un abrazo tienden a rechazarlo, por medio a lo que desconocen, pero nunca es tarde para enseñar... Este acto es tan necesario en nuestras vidas que no lo implementamos a diario y a la vez tan difícil de aceptar que es una forma de Amar...” (https://poematrix.com/)
Sé que aún existe el miedo al contagio de Covid-19 y a sus variantes. Sin embargo, tenemos los recursos necesarios para salir adelante de este evento pernicioso. Necesitamos esos abrazos de contención y reseteo emocional, para continuar en la tarea de vivir plenamente nuestra historia.
Valoro los abrazos, las sonrisas francas, los saludos, esa voz que entrega los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches. Adoro abrazar a mis hijos y a todas las personas queridas, y abrazarme para agradecer lo que esta vida me brinda a cada instante.
He aprendido a compartir los abrazos virtuales, por tanto comparto contigo un abrazote. El mundo es eso… personas vagando en pos de contacto humano, a través de un abrazo sincero y nutricio. Que recibas muchos abrazos para que fortalezcas tu ser en el mundo.
He de expresar que tengo muchos abrazos que dar y recibir… Confío que así sea en tu vida.
Buen fin de semana… Conesperanza-21
#contagiabuenavibra #yoaportoenpositivo
