/ viernes 10 de julio de 2020

Casos y cosas de la experiencia | Y coincidimos


“Soy vecino de este mundo por un rato. Y hoy coincide que también tú estás aquí. Coincidencias tan extrañas de la vida. Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir”.

(Alberto Escobar y Raúl Rodríguez)

Al caminar por la casa me rondaba en la cabeza algo sobre lo que quería escribir en mi siguiente artículo. Con cada imagen, recuerdo y trabajo realizado se me fueron revelando los innumerables momentos compartidos, y así surgió la oportunidad de reconocer lo que esta dulce mujer representa en mi vida.

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Recordé una melodía que, en alguna ocasión, expresé que me gustaba y coincidimos en disfrutarla. Fue en un viaje donde al escuchar Coincidir, la canción de A. Escobar y R. Rodríguez, sentí cerca su presencia, pese a que nos encontrábamos a kilómetros de distancia.

Nos conocimos en un encuentro académico, fue la oportunidad para caminar juntos y explorar nuevos proyectos profesionales, así se fue estableciendo un vínculo personal. Reconozco en ella una persona magnética, perspicaz y apasionada en lo que hace; es observadora y demuestra un interés especial por el comportamiento humano. Su personalidad la distingue por ser curiosa, servicial, prudente y paciente.

Los misterios y la determinación son aspectos clave en su ser, pues es capaz de indagar, de forma sutil, lo que le interesa. Es sorprendente cuando se trata de trabajar, su meticulosidad para la planeación y la gestión de actividades son la pieza angular de cualquier proyecto compartido. He aprendido de su paciencia, de la voluntad por aprender cosas nuevas, por incursionar en eventos que percibe serán de utilidad para muchas personas. No duda en compartir lo que aprende y es un regalo contar con su colaboración.

Pese a haber experimentado momentos de gran intensidad, que pusieron a prueba su voluntad, ha salido airosa, con pasión y coraje, para lograr lo que se propone, sólo le basta tocar el suelo para volver a volar como el águila. Admiro su don de gentes, su capacidad de escucha, confiabilidad, responsabilidad, inteligencia y disciplina para alcanzar sus propósitos; es una gestora de potencia.

Confío en su intuición, espontaneidad y cuidado, es una amiga fiel y acompañante amorosa y respetuosa. Su orientación hacia el servicio la anima a trabajar con personas distintas y proyectos diversos, por ello se muestra conciliadora y hábil para manejar los conflictos. Cuando se trata de ser directa y asertiva, lo es a plenitud; también puede ser dulce, dura e implacable. Es reservada por lo general, aunque sus destellos de espontaneidad son geniales, porque son inesperados, y es posible disfrutar de momentos relajados a su lado.

Soy privilegiado por estar cerca de ella, y contar con la oportunidad de aprender de sus habilidades personales y profesionales. Es una mujer cariñosa, atenta y comprensiva con sus hermanos y sobrinos, también amorosa, respetuosa y siempre está dispuesta a acompañar a su familia en sus múltiples actividades. Reconozco su crecimiento personal y profesional, celebro sus logros en el ámbito docente, pues afirmaba que era algo que no veía en su perfil profesional. He sido testigo del reconocimiento de los estudiantes y autoridades educativas por todo lo que hace con profunda pasión.

Sé que continuarás creciendo y transformándote al igual que a quienes te conozcan; es una delicia contar contigo incondicionalmente. Por ello va mi reconocimiento y admiración como persona y profesional. Y, como dice otra estrofa de la canción de A. Escobar y R. Rodríguez: “Si la vida se sostiene por instantes. Un instante es el momento de existir”. Gracias María del Pilar por existir en mi vida, celebro tu amistad y cariño de tantos años.

Buen fin de semana… Quédate en casa y hablemos de Convida-20.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

ignacio.lovio@gmail.com



“Soy vecino de este mundo por un rato. Y hoy coincide que también tú estás aquí. Coincidencias tan extrañas de la vida. Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir”.

(Alberto Escobar y Raúl Rodríguez)

Al caminar por la casa me rondaba en la cabeza algo sobre lo que quería escribir en mi siguiente artículo. Con cada imagen, recuerdo y trabajo realizado se me fueron revelando los innumerables momentos compartidos, y así surgió la oportunidad de reconocer lo que esta dulce mujer representa en mi vida.

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Recordé una melodía que, en alguna ocasión, expresé que me gustaba y coincidimos en disfrutarla. Fue en un viaje donde al escuchar Coincidir, la canción de A. Escobar y R. Rodríguez, sentí cerca su presencia, pese a que nos encontrábamos a kilómetros de distancia.

Nos conocimos en un encuentro académico, fue la oportunidad para caminar juntos y explorar nuevos proyectos profesionales, así se fue estableciendo un vínculo personal. Reconozco en ella una persona magnética, perspicaz y apasionada en lo que hace; es observadora y demuestra un interés especial por el comportamiento humano. Su personalidad la distingue por ser curiosa, servicial, prudente y paciente.

Los misterios y la determinación son aspectos clave en su ser, pues es capaz de indagar, de forma sutil, lo que le interesa. Es sorprendente cuando se trata de trabajar, su meticulosidad para la planeación y la gestión de actividades son la pieza angular de cualquier proyecto compartido. He aprendido de su paciencia, de la voluntad por aprender cosas nuevas, por incursionar en eventos que percibe serán de utilidad para muchas personas. No duda en compartir lo que aprende y es un regalo contar con su colaboración.

Pese a haber experimentado momentos de gran intensidad, que pusieron a prueba su voluntad, ha salido airosa, con pasión y coraje, para lograr lo que se propone, sólo le basta tocar el suelo para volver a volar como el águila. Admiro su don de gentes, su capacidad de escucha, confiabilidad, responsabilidad, inteligencia y disciplina para alcanzar sus propósitos; es una gestora de potencia.

Confío en su intuición, espontaneidad y cuidado, es una amiga fiel y acompañante amorosa y respetuosa. Su orientación hacia el servicio la anima a trabajar con personas distintas y proyectos diversos, por ello se muestra conciliadora y hábil para manejar los conflictos. Cuando se trata de ser directa y asertiva, lo es a plenitud; también puede ser dulce, dura e implacable. Es reservada por lo general, aunque sus destellos de espontaneidad son geniales, porque son inesperados, y es posible disfrutar de momentos relajados a su lado.

Soy privilegiado por estar cerca de ella, y contar con la oportunidad de aprender de sus habilidades personales y profesionales. Es una mujer cariñosa, atenta y comprensiva con sus hermanos y sobrinos, también amorosa, respetuosa y siempre está dispuesta a acompañar a su familia en sus múltiples actividades. Reconozco su crecimiento personal y profesional, celebro sus logros en el ámbito docente, pues afirmaba que era algo que no veía en su perfil profesional. He sido testigo del reconocimiento de los estudiantes y autoridades educativas por todo lo que hace con profunda pasión.

Sé que continuarás creciendo y transformándote al igual que a quienes te conozcan; es una delicia contar contigo incondicionalmente. Por ello va mi reconocimiento y admiración como persona y profesional. Y, como dice otra estrofa de la canción de A. Escobar y R. Rodríguez: “Si la vida se sostiene por instantes. Un instante es el momento de existir”. Gracias María del Pilar por existir en mi vida, celebro tu amistad y cariño de tantos años.

Buen fin de semana… Quédate en casa y hablemos de Convida-20.

José Ignacio Lovio Arvizu. Psicólogo y psicoterapeuta.

ignacio.lovio@gmail.com