/ viernes 1 de julio de 2022

Colección privada | Agua, preferencia al consumo doméstico…

En Nuevo León, como en otras entidades del País, el problema de desabasto del vital líquido tiene solución… combatir a los monopolios del agua. Grandes industrias que han cambiado el destino final del agua y se han apoderado con ello, de sueños y anhelos de toda una región.

En su conferencia matutina de hace cuatro días, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso que el Gobierno de Nuevo León, encabezado por Samuel García, establezca negociaciones con las industrias de más altos consumos hídricos en esa entidad a fin de que los reduzcan y que el agua pueda dirigirse a la red pública para aprovecharla en el consumo doméstico.

Hay que recordar que la solución a la grave escasez del líquido le corresponde al Gobierno estatal; AMLO refutó los dichos de García en el sentido de que “se ha dejado solo” a Nuevo León en esta crisis, y dijo que el Gobierno federal puede coadyuvar en la medida de sus posibilidades, “sin quitar concesiones y sin sancionar a nadie”, sino dejando de cobrar los derechos correspondientes a las empresas que acepten participar en un acuerdo general de reducción de sus consumos.

A destacar que el principio rector del arreglo es “dar preferencia al consumo doméstico”, porque “en una situación de emergencia se tiene que priorizar y atender primero a la gente, no el agua para las empresas. Los empresarios ayudan cuando se trata de resolver circunstancias críticas, como la que padece actualmente Nuevo León y, en particular, su principal área urbana, Monterrey.

Debe recordarse, como elemento de contexto, lo que se ha señalado desde innumerables posiciones; que más que un problema de sequía, la raíz de la escasez de agua en la entidad norteña es la desigualdad y la injusticia en el reparto del agua, el cual ha sido establecido con criterios empresariales que han dejado en el último lugar de las prioridades el consumo hídrico para la población.

La propuesta de dialogar con los titanes del agro… representa sin duda una vía de salida para el acorralado gobierno de Samuel García, el cual no fue capaz de atender a tiempo los graves desequilibrios que recibió de las administraciones estatales anteriores en materia de distribución del agua, y que ahora no atina más que a responder con declaraciones destempladas y absurdas, como la afirmación del mandatario de que su entidad no ha recibido “una sola despensa” del resto del país. Luego entonces, si Samuel quiere ir al fondo del asunto, que empiece por visitar a las refresqueras y cerveceras —también explotaciones agroindustriales que requieren un alto consumo de agua, como es el caso de los viñedos, el cual ha causado conflictos en la región de Parras, Coahuila, entre ejidatarios y la vitivinícola Madero, o el de una firma de lácteos que se empecina en seguir produciendo leche y sus derivados en una región seca de La Laguna.

En Sonora la tarea no será menor; se tienen que redefinir las prioridades de uso del agua, que la sensatez y el sentido elemental de humanidad termine imperando y que los intereses corporativos sean capaces de refrenar su afán de lucro en pro de un bien mayor. Que así sea.

Carstens y el eslabón perdido…

El hecho es que a lo largo de casi cuatro décadas las mismas “políticas fiscales y monetarias”, junto con las orgásmicas “reformas estructurales” —todas de corte conservador— sólo contribuyeron a obtener un raquítico “crecimiento” económico, la pauperización de millones de mexicanos, la escandalosa concentración del ingreso y la riqueza en unas cuantas manos…

Pero Carstens insiste, y ya en marcha Carstens dice que “las luces se encienden en rojo”; el crecimiento salarial ya está en una trayectoria ascendente en algunos países; en muchos, el grueso de las renegociaciones salariales está aún por llegar, ya han surgido demandas de compensación por pérdidas pasadas, indexación y vuelta a la negociación salarial centralizada, a las empresas les resulta más fácil traducir el aumento de los salarios en un incremento de los precios. Se sabe… Entonces, de acuerdo con Carstens, la decisión del Banco de México de incrementar la tasa de referencia 0.75 puntos porcentuales de un plumazo (el mayor aumento de los últimos 14 años) es consecuencia de mejores salarios, no de mayores precios. Y se entiende su posición, porque durante su estancia en Hacienda y el banco central defendió esa posición —contención salarial— puesta en marcha por aquellas mentes brillantes. Nos vemos la próxima.

Hasta entonces.

En Nuevo León, como en otras entidades del País, el problema de desabasto del vital líquido tiene solución… combatir a los monopolios del agua. Grandes industrias que han cambiado el destino final del agua y se han apoderado con ello, de sueños y anhelos de toda una región.

En su conferencia matutina de hace cuatro días, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso que el Gobierno de Nuevo León, encabezado por Samuel García, establezca negociaciones con las industrias de más altos consumos hídricos en esa entidad a fin de que los reduzcan y que el agua pueda dirigirse a la red pública para aprovecharla en el consumo doméstico.

Hay que recordar que la solución a la grave escasez del líquido le corresponde al Gobierno estatal; AMLO refutó los dichos de García en el sentido de que “se ha dejado solo” a Nuevo León en esta crisis, y dijo que el Gobierno federal puede coadyuvar en la medida de sus posibilidades, “sin quitar concesiones y sin sancionar a nadie”, sino dejando de cobrar los derechos correspondientes a las empresas que acepten participar en un acuerdo general de reducción de sus consumos.

A destacar que el principio rector del arreglo es “dar preferencia al consumo doméstico”, porque “en una situación de emergencia se tiene que priorizar y atender primero a la gente, no el agua para las empresas. Los empresarios ayudan cuando se trata de resolver circunstancias críticas, como la que padece actualmente Nuevo León y, en particular, su principal área urbana, Monterrey.

Debe recordarse, como elemento de contexto, lo que se ha señalado desde innumerables posiciones; que más que un problema de sequía, la raíz de la escasez de agua en la entidad norteña es la desigualdad y la injusticia en el reparto del agua, el cual ha sido establecido con criterios empresariales que han dejado en el último lugar de las prioridades el consumo hídrico para la población.

La propuesta de dialogar con los titanes del agro… representa sin duda una vía de salida para el acorralado gobierno de Samuel García, el cual no fue capaz de atender a tiempo los graves desequilibrios que recibió de las administraciones estatales anteriores en materia de distribución del agua, y que ahora no atina más que a responder con declaraciones destempladas y absurdas, como la afirmación del mandatario de que su entidad no ha recibido “una sola despensa” del resto del país. Luego entonces, si Samuel quiere ir al fondo del asunto, que empiece por visitar a las refresqueras y cerveceras —también explotaciones agroindustriales que requieren un alto consumo de agua, como es el caso de los viñedos, el cual ha causado conflictos en la región de Parras, Coahuila, entre ejidatarios y la vitivinícola Madero, o el de una firma de lácteos que se empecina en seguir produciendo leche y sus derivados en una región seca de La Laguna.

En Sonora la tarea no será menor; se tienen que redefinir las prioridades de uso del agua, que la sensatez y el sentido elemental de humanidad termine imperando y que los intereses corporativos sean capaces de refrenar su afán de lucro en pro de un bien mayor. Que así sea.

Carstens y el eslabón perdido…

El hecho es que a lo largo de casi cuatro décadas las mismas “políticas fiscales y monetarias”, junto con las orgásmicas “reformas estructurales” —todas de corte conservador— sólo contribuyeron a obtener un raquítico “crecimiento” económico, la pauperización de millones de mexicanos, la escandalosa concentración del ingreso y la riqueza en unas cuantas manos…

Pero Carstens insiste, y ya en marcha Carstens dice que “las luces se encienden en rojo”; el crecimiento salarial ya está en una trayectoria ascendente en algunos países; en muchos, el grueso de las renegociaciones salariales está aún por llegar, ya han surgido demandas de compensación por pérdidas pasadas, indexación y vuelta a la negociación salarial centralizada, a las empresas les resulta más fácil traducir el aumento de los salarios en un incremento de los precios. Se sabe… Entonces, de acuerdo con Carstens, la decisión del Banco de México de incrementar la tasa de referencia 0.75 puntos porcentuales de un plumazo (el mayor aumento de los últimos 14 años) es consecuencia de mejores salarios, no de mayores precios. Y se entiende su posición, porque durante su estancia en Hacienda y el banco central defendió esa posición —contención salarial— puesta en marcha por aquellas mentes brillantes. Nos vemos la próxima.

Hasta entonces.

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