/ viernes 17 de septiembre de 2021

Colección privada | Guía para un buen gobierno…

Ya pasó mi cumpleaños, se dio el Grito y los nuevos gobernantes ya tienen a cuestas todas y cada una de las adversidades – calamidades según el caso— que habrán de enfrentar de la mano de la comunidad, ejerciendo —eso espero —la autoridad irrestricta “sin condiciones” del Estado.

Estoy seguro estimado lector, que los personajes que han llegado a gobernar las distintas entidades tienen en su poder, todas las facultades para hacer la diferencia y con el tiempo contrastar los resultados. Pero también tiene todas las buenas intenciones de marcar un antes y un después… ¿y entonces? ¿Por qué muchos políticos fallan, qué pasa en el camino, falta de oficio político, de asesores, o simplemente no les importa?

En este análisis señalaremos puntos inflexibles que se convierten en fundamentales a la hora de buscar ejercer un buen gobierno. Mensaje a tiempo para los amigos Alfonso Durazo, “Toño” Astiazarán, Javier Lamarque, Karla Córdova, Profe Chuy, Jorge Pivac, Mario Martín Martínez y demás…

Algo que llama la atención de los gobiernos fallidos es que, en la primera oportunidad buscan interferir en la vida personal de los ciudadanos; no lo hagan, se desgastarán a la mitad de sus gobiernos. No limiten los derechos de propiedad, no se aferren a las municipalizaciones, les saldrá más caro técnica y financieramente. No busquen controlar los medios de comunicación. La libertad necesita de diversidad de medios y de información independiente que circule sin intervenciones gubernamentales. Aunque en la práctica cada medio se autocensura —qué triste— para alcanzar o asegurar una mejor paga… No encarceles —como se intentó en la administración pasada— por pensar diferente. De las distintas opiniones se crece, y por ellas se enriquece la cultura. Manipular al Poder Judicial terminará por dañarnos con un clavo en nuestro propio pie. Buscar un enemigo o chivo expiatorio como culpa de todos los males, te desorientará en el ejercicio del poder político, que se requiere intacto para fincar los puentes del buen entendimiento. Reduzcan los puestos públicos. Esto, además de ser urgente es necesario para la eficientizaciòn de la función pública, les ahorrará dinero y muchas huelgas. Programas sociales sí, clientelares no, —las acciones de gobierno no se deben de supeditar— los programas sociales atienden medidas urgentes de grupos vulnerables, los clientelares fortalecen una base inútil y cortoplacista. En contraposición, lo que sí disminuye la pobreza es la inversión a una educación de calidad, apertura de la economía y la atención de raíz a los problemas de desigualdad. Finalmente, todos agradeceremos la creación de nuevos y mejores empleos.

Abrir los mercados de Sonora a otros países o a otros estados de los EEUU nos hará más confiables y competitivos. Por ninguna razón el aumento de impuestos, ya que estos siempre recaen fuertemente sobre los más pobres, y a la larga crea improductividad en la sociedad. Déjalos ahorrar.

No aumentes el gasto corriente, será visto como un despilfarro y un dinero de la gente que fomenta planes que los empobrecerán cada vez más. Vivir en la austeridad republicana es una buena opción y pondrá el buen ejemplo. Menos gobierno y más sociedad. Un tema decisivo es que, el Gobierno de Sonora y sus municipios deben de fomentar la inversión privada, dejar que aumente la riqueza en la sociedad. Los empresarios son los que generan empleo productivo, no les pongan más trabas a sus actividades comerciales. Se requerirá hoy más que nunca un gobierno facilitador; que involucre.

La seguridad es un tema delicado para Ciudad Obregón-Guaymas y el valle… no se puede dejar de atender los índices de violencia y las causas de origen. No se puede seguir descuidando la seguridad pública de los sonorenses. Responder con la fuerza del Estado, es una obligación y la mayor exigencia de la gente. Si alguien roba, mata o viola, no debe quedar impune. Las leyes están para cumplirse. Que la cárcel no se convierta en un lugar transitorio de “puertas giratorias”… y más aún, que los centros penitenciarios pasen por estándares de calidad, que perfeccionen protocolos para la reintegración social. Y cerraría con algo muy criticable como recurrente; recuerden que el “dinero estatal” no existe. El Estado no produce nada, sólo existe el dinero de los contribuyentes. Luego entonces estimado lector, si se apegan a esta guía y sus ganas de servir, se obtendrán dos cosas inolvidables: una administración exitosa y ciudadanos desarrollándose a plenitud.

Nos vemos la próxima.

Hasta entonces.


Ya pasó mi cumpleaños, se dio el Grito y los nuevos gobernantes ya tienen a cuestas todas y cada una de las adversidades – calamidades según el caso— que habrán de enfrentar de la mano de la comunidad, ejerciendo —eso espero —la autoridad irrestricta “sin condiciones” del Estado.

Estoy seguro estimado lector, que los personajes que han llegado a gobernar las distintas entidades tienen en su poder, todas las facultades para hacer la diferencia y con el tiempo contrastar los resultados. Pero también tiene todas las buenas intenciones de marcar un antes y un después… ¿y entonces? ¿Por qué muchos políticos fallan, qué pasa en el camino, falta de oficio político, de asesores, o simplemente no les importa?

En este análisis señalaremos puntos inflexibles que se convierten en fundamentales a la hora de buscar ejercer un buen gobierno. Mensaje a tiempo para los amigos Alfonso Durazo, “Toño” Astiazarán, Javier Lamarque, Karla Córdova, Profe Chuy, Jorge Pivac, Mario Martín Martínez y demás…

Algo que llama la atención de los gobiernos fallidos es que, en la primera oportunidad buscan interferir en la vida personal de los ciudadanos; no lo hagan, se desgastarán a la mitad de sus gobiernos. No limiten los derechos de propiedad, no se aferren a las municipalizaciones, les saldrá más caro técnica y financieramente. No busquen controlar los medios de comunicación. La libertad necesita de diversidad de medios y de información independiente que circule sin intervenciones gubernamentales. Aunque en la práctica cada medio se autocensura —qué triste— para alcanzar o asegurar una mejor paga… No encarceles —como se intentó en la administración pasada— por pensar diferente. De las distintas opiniones se crece, y por ellas se enriquece la cultura. Manipular al Poder Judicial terminará por dañarnos con un clavo en nuestro propio pie. Buscar un enemigo o chivo expiatorio como culpa de todos los males, te desorientará en el ejercicio del poder político, que se requiere intacto para fincar los puentes del buen entendimiento. Reduzcan los puestos públicos. Esto, además de ser urgente es necesario para la eficientizaciòn de la función pública, les ahorrará dinero y muchas huelgas. Programas sociales sí, clientelares no, —las acciones de gobierno no se deben de supeditar— los programas sociales atienden medidas urgentes de grupos vulnerables, los clientelares fortalecen una base inútil y cortoplacista. En contraposición, lo que sí disminuye la pobreza es la inversión a una educación de calidad, apertura de la economía y la atención de raíz a los problemas de desigualdad. Finalmente, todos agradeceremos la creación de nuevos y mejores empleos.

Abrir los mercados de Sonora a otros países o a otros estados de los EEUU nos hará más confiables y competitivos. Por ninguna razón el aumento de impuestos, ya que estos siempre recaen fuertemente sobre los más pobres, y a la larga crea improductividad en la sociedad. Déjalos ahorrar.

No aumentes el gasto corriente, será visto como un despilfarro y un dinero de la gente que fomenta planes que los empobrecerán cada vez más. Vivir en la austeridad republicana es una buena opción y pondrá el buen ejemplo. Menos gobierno y más sociedad. Un tema decisivo es que, el Gobierno de Sonora y sus municipios deben de fomentar la inversión privada, dejar que aumente la riqueza en la sociedad. Los empresarios son los que generan empleo productivo, no les pongan más trabas a sus actividades comerciales. Se requerirá hoy más que nunca un gobierno facilitador; que involucre.

La seguridad es un tema delicado para Ciudad Obregón-Guaymas y el valle… no se puede dejar de atender los índices de violencia y las causas de origen. No se puede seguir descuidando la seguridad pública de los sonorenses. Responder con la fuerza del Estado, es una obligación y la mayor exigencia de la gente. Si alguien roba, mata o viola, no debe quedar impune. Las leyes están para cumplirse. Que la cárcel no se convierta en un lugar transitorio de “puertas giratorias”… y más aún, que los centros penitenciarios pasen por estándares de calidad, que perfeccionen protocolos para la reintegración social. Y cerraría con algo muy criticable como recurrente; recuerden que el “dinero estatal” no existe. El Estado no produce nada, sólo existe el dinero de los contribuyentes. Luego entonces estimado lector, si se apegan a esta guía y sus ganas de servir, se obtendrán dos cosas inolvidables: una administración exitosa y ciudadanos desarrollándose a plenitud.

Nos vemos la próxima.

Hasta entonces.


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