/ martes 7 de abril de 2020

Columna invitada | Me quedo en casa, pero sin violencia

La permanencia en el hogar para prevenir la propagación del Covid-19, popularizado con la frase de “Quédate en casa”, ha vuelto a poner sobre la mesa el problema de la violencia de género, principalmente la que sufren mujeres y niñas en el ámbito doméstico, por las experiencias de crisis y estrés que las personas suelen tener ante emergencias sanitarias, de seguridad o por catástrofes, y que actualmente ha elevado el número de denuncias por violencia intrafamiliar en varios países del mundo.

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La respuesta a la emergencia sanitaria obliga a los tomadores de decisiones a diseñar medidas de prevención, mitigación y control con perspectiva de género.

Reportes oficiales que aluden al estado de la violencia de género en el país, demuestran que muchas mujeres son agredidas en sus propios hogares por parte de un miembro de la familia.

Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2018, una de cada cuatro mujeres mayores de 15 años en el país, se siente insegura en su casa (26.7%).

Asimismo, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, muestra que en 2016 alrededor del 10.3% de las mujeres de 15 años y más, fueron víctimas de violencia emocional, física, sexual, económica o patrimonial por parte de algún integrante de su familia, sin considerar a su esposo o pareja.

Los principales agresores son los hermanos, el padre y la madre. Pero los principales agresores sexuales son los tíos y los primos. En promedio, cada mujer declaró haber sido objeto de 1.6 agresiones.

La Endireh 2016 también reporta que casi siete de cada 10 de las agresiones de violencia familiar ocurren en casa de la mujer (67.1%), y una de cada cuatro en casa de otro familiar (26.3%). Las agresiones que más ocurren en casa son: emocional (59.6%), económica o patrimonial (17.5%), física (16.9%) y sexual (6%).

Sin embargo, nueve de cada diez de las mujeres que experimentaron violencia familiar (90.6%), no solicitaron apoyo a alguna institución ni presentaron una queja o denuncia ante alguna autoridad; es decir, nueve de cada diez mujeres.

Durante la conferencia vespertina en Palacio Nacional del 26 de marzo para dar seguimiento a la pandemia, se habló de la violencia contra las mujeres como un problema de salud pública.

De igual manera, se reconoció la importancia de que exista corresponsabilidad entre el Gobierno y la sociedad para reducir la violencia de género, promover la participación en las tareas de cuidados y del hogar, así como garantizar una vida sexual y reproductiva sana y libre de violencias para hombres y mujeres.

En la conferencia participaron Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud; Ana Lucía de la Garza, directora de Investigación Operativa Epidemiológica de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud; Karla Berdichevsky, directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva; Lorena Rodríguez Bores, secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental, y Nadine Gasman, presidenta del Inmujeres.

Es fundamental pensar con perspectiva de género y dar prioridad a la atención de la violencia contra las mujeres en el hogar, especialmente porque una de las principales medidas para evitar la transmisión del Covid-19 es que las personas se resguarden en sus casas.

No obstante que el aislamiento social será temporal, es necesario que se prevean los recursos institucionales, administrativos y financieros para contener los riesgos de que haya mujeres violentadas durante el tiempo del confinamiento.

Eventos fortuitos como la pandemia que hoy nos afecta, la cual altera la cotidianeidad de las relaciones humanas y la vida en sociedad, además requieren de capacidades de resiliencia a nivel social y familiar.

Debemos promover una convivencia sana y segura en las familias, desde las relaciones de pareja, las de padres y madres con hijas e hijos, entre hermanas y hermanos, con las y los abuelos, a partir del fortalecimiento de los vínculos de solidaridad y respeto mutuo.

Reconocer que la perspectiva de género es elemental para el éxito de la campaña #QuédateEnCasa, es un acierto del gobierno federal, y habla de la responsabilidad pública del Estado hacia el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

Diputada federal por Morena. @LoreniaValles www.loreniavalles.mx

La permanencia en el hogar para prevenir la propagación del Covid-19, popularizado con la frase de “Quédate en casa”, ha vuelto a poner sobre la mesa el problema de la violencia de género, principalmente la que sufren mujeres y niñas en el ámbito doméstico, por las experiencias de crisis y estrés que las personas suelen tener ante emergencias sanitarias, de seguridad o por catástrofes, y que actualmente ha elevado el número de denuncias por violencia intrafamiliar en varios países del mundo.

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La respuesta a la emergencia sanitaria obliga a los tomadores de decisiones a diseñar medidas de prevención, mitigación y control con perspectiva de género.

Reportes oficiales que aluden al estado de la violencia de género en el país, demuestran que muchas mujeres son agredidas en sus propios hogares por parte de un miembro de la familia.

Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2018, una de cada cuatro mujeres mayores de 15 años en el país, se siente insegura en su casa (26.7%).

Asimismo, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, muestra que en 2016 alrededor del 10.3% de las mujeres de 15 años y más, fueron víctimas de violencia emocional, física, sexual, económica o patrimonial por parte de algún integrante de su familia, sin considerar a su esposo o pareja.

Los principales agresores son los hermanos, el padre y la madre. Pero los principales agresores sexuales son los tíos y los primos. En promedio, cada mujer declaró haber sido objeto de 1.6 agresiones.

La Endireh 2016 también reporta que casi siete de cada 10 de las agresiones de violencia familiar ocurren en casa de la mujer (67.1%), y una de cada cuatro en casa de otro familiar (26.3%). Las agresiones que más ocurren en casa son: emocional (59.6%), económica o patrimonial (17.5%), física (16.9%) y sexual (6%).

Sin embargo, nueve de cada diez de las mujeres que experimentaron violencia familiar (90.6%), no solicitaron apoyo a alguna institución ni presentaron una queja o denuncia ante alguna autoridad; es decir, nueve de cada diez mujeres.

Durante la conferencia vespertina en Palacio Nacional del 26 de marzo para dar seguimiento a la pandemia, se habló de la violencia contra las mujeres como un problema de salud pública.

De igual manera, se reconoció la importancia de que exista corresponsabilidad entre el Gobierno y la sociedad para reducir la violencia de género, promover la participación en las tareas de cuidados y del hogar, así como garantizar una vida sexual y reproductiva sana y libre de violencias para hombres y mujeres.

En la conferencia participaron Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud; Ana Lucía de la Garza, directora de Investigación Operativa Epidemiológica de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud; Karla Berdichevsky, directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva; Lorena Rodríguez Bores, secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental, y Nadine Gasman, presidenta del Inmujeres.

Es fundamental pensar con perspectiva de género y dar prioridad a la atención de la violencia contra las mujeres en el hogar, especialmente porque una de las principales medidas para evitar la transmisión del Covid-19 es que las personas se resguarden en sus casas.

No obstante que el aislamiento social será temporal, es necesario que se prevean los recursos institucionales, administrativos y financieros para contener los riesgos de que haya mujeres violentadas durante el tiempo del confinamiento.

Eventos fortuitos como la pandemia que hoy nos afecta, la cual altera la cotidianeidad de las relaciones humanas y la vida en sociedad, además requieren de capacidades de resiliencia a nivel social y familiar.

Debemos promover una convivencia sana y segura en las familias, desde las relaciones de pareja, las de padres y madres con hijas e hijos, entre hermanas y hermanos, con las y los abuelos, a partir del fortalecimiento de los vínculos de solidaridad y respeto mutuo.

Reconocer que la perspectiva de género es elemental para el éxito de la campaña #QuédateEnCasa, es un acierto del gobierno federal, y habla de la responsabilidad pública del Estado hacia el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

Diputada federal por Morena. @LoreniaValles www.loreniavalles.mx

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