/ jueves 8 de diciembre de 2022

Cóncavo y Diverso | Una generación todavía sin nombre

Quienes formamos parte de la generación de 60 y más, y me atrevo a decir que, desde los 50 años, somos un grupo social muy importante, muy productivos la mayoría; que continúa creando opciones de desarrollo propio y para otros, que tiene visión y también la experiencia necesaria para seguir contribuyendo como un activo social relevante.

A que voy con esta apología de las personas mal llamadas de la tercera edad, cuyo significado tiene que ver con ser viejo para la sociedad, el viejismo como le llaman en otras latitudes lo único que trae consigo es discriminación, trato de tercera o de quinta, porque son socialmente vistos como una carga, y esa es una visión terriblemente equivoca.

Quienes ven de esta manera a nuestra generación discúlpenme, pero pecan de mucha ignorancia, porque no se han dado cuenta que las generaciones hemos evolucionado, lo que ha permitido que la vida haya cambiado substancialmente en términos de longevidad.

A que me refiero, simplemente a que la calidad de vida ha mejorado a pasos agigantados y los 60 años de hoy son los 40 de hace 20 años, hoy consumimos suplementos nutricionales que nos permiten mejorar en gran medida nuestro nivel de energía, hacemos ejercicio, nos alimentamos mejor, y lo más importante, tenemos intereses activos que nos mantienen construyendo nuevas posibilidades de avance y crecimiento en la vida cotidiana.

Somos clientes excelentes a los que deberían prestar más atención, porque debido a que generamos economía, no solo consumimos comida y vestido, también nos gusta viajar, comprar bienes raíces, invertir nuestros ahorros en temas que nos generen mayor rendimiento, y sí, le entendemos a las finanzas, aunque no sean nuestra actividad ocupacional.

A mí me gusta llamarnos la juventud avanzada, por el avance que hemos logrado y la continua evolución que ahora vivimos, somos además un compendio de información relevante para las generaciones juveniles y medianamente maduras, que les permite, a los que son inteligentes y nos consultan, no tropezar con la misma piedra, si se van a tropezar, porque así lo harán, les comento a los más jóvenes, háganlo con piedras nuevas, no por las que ya pasamos nosotros y los anteriores a nosotros. Las metidas de pata son inevitables, es parte de nuestro aprendizaje en este planeta, pero que sean con cosas nuevas, que les dé la opción de progresar.

A los adultos sin adjetivos, solo adultos, se nos debe observar desde otros ángulos, se debe actualizar la visión para transformar el significado de lo que somos y representamos, de tal manera que le permita a la sociedad en su conjunto, tratarnos a las personas de 60 años en adelante como un grupo que además de estar en expansión, porque cada día somos más, como seres inteligentes, despabilados, energéticos, con sueños por vivir y realizar y no como a seres vegetativos que solo estamos esperando nuestro ticket de salida.

Los baby boomers seguimos dando la batalla, también cosechando lo ya sembrado, por eso es una edad fenomenal, porque estamos en lo mejor de dos mundos, el de la siembra y el de la cosecha.


Quienes formamos parte de la generación de 60 y más, y me atrevo a decir que, desde los 50 años, somos un grupo social muy importante, muy productivos la mayoría; que continúa creando opciones de desarrollo propio y para otros, que tiene visión y también la experiencia necesaria para seguir contribuyendo como un activo social relevante.

A que voy con esta apología de las personas mal llamadas de la tercera edad, cuyo significado tiene que ver con ser viejo para la sociedad, el viejismo como le llaman en otras latitudes lo único que trae consigo es discriminación, trato de tercera o de quinta, porque son socialmente vistos como una carga, y esa es una visión terriblemente equivoca.

Quienes ven de esta manera a nuestra generación discúlpenme, pero pecan de mucha ignorancia, porque no se han dado cuenta que las generaciones hemos evolucionado, lo que ha permitido que la vida haya cambiado substancialmente en términos de longevidad.

A que me refiero, simplemente a que la calidad de vida ha mejorado a pasos agigantados y los 60 años de hoy son los 40 de hace 20 años, hoy consumimos suplementos nutricionales que nos permiten mejorar en gran medida nuestro nivel de energía, hacemos ejercicio, nos alimentamos mejor, y lo más importante, tenemos intereses activos que nos mantienen construyendo nuevas posibilidades de avance y crecimiento en la vida cotidiana.

Somos clientes excelentes a los que deberían prestar más atención, porque debido a que generamos economía, no solo consumimos comida y vestido, también nos gusta viajar, comprar bienes raíces, invertir nuestros ahorros en temas que nos generen mayor rendimiento, y sí, le entendemos a las finanzas, aunque no sean nuestra actividad ocupacional.

A mí me gusta llamarnos la juventud avanzada, por el avance que hemos logrado y la continua evolución que ahora vivimos, somos además un compendio de información relevante para las generaciones juveniles y medianamente maduras, que les permite, a los que son inteligentes y nos consultan, no tropezar con la misma piedra, si se van a tropezar, porque así lo harán, les comento a los más jóvenes, háganlo con piedras nuevas, no por las que ya pasamos nosotros y los anteriores a nosotros. Las metidas de pata son inevitables, es parte de nuestro aprendizaje en este planeta, pero que sean con cosas nuevas, que les dé la opción de progresar.

A los adultos sin adjetivos, solo adultos, se nos debe observar desde otros ángulos, se debe actualizar la visión para transformar el significado de lo que somos y representamos, de tal manera que le permita a la sociedad en su conjunto, tratarnos a las personas de 60 años en adelante como un grupo que además de estar en expansión, porque cada día somos más, como seres inteligentes, despabilados, energéticos, con sueños por vivir y realizar y no como a seres vegetativos que solo estamos esperando nuestro ticket de salida.

Los baby boomers seguimos dando la batalla, también cosechando lo ya sembrado, por eso es una edad fenomenal, porque estamos en lo mejor de dos mundos, el de la siembra y el de la cosecha.