/ jueves 26 de mayo de 2022

Cóncavo y diverso | Una percepción, múltiples significados

Se supone que una moneda o una medalla sólo tienen dos lados, cóncavo y convexo, visto como un hecho material, así es, sin embargo, desde el momento en que caen en las manos humanas, esto ya no resulta tan claro, me explico.

La percepción en lo humano muestra múltiples facetas, nuestra mente en general y nuestras emociones en particular, registran de muy diversas maneras todo lo que aparece en el ámbito del discernimiento personal, por ejemplo, la moneda o la medalla mencionadas, al llegar a mí pueden sugerirme un sinfín de significados, tanto por el anverso como por el reverso.

La moneda me recordó mis deudas o cómo necesito multiplicarlas para satisfacer mis apremiantes necesidades ò deseos; la medalla me evocó que me la obsequió mi madre y lo que significa en términos de protección divina según mis creencias, y pueden ser muchas más.

De ahí el nombre de esta columna Cóncavo y Diverso, por la gran multiplicidad de acepciones que podemos alcanzar o imaginar sobre determinados hechos y eventos; cada quien estamos seguros de que nuestra interpretación es la correcta, y que no hay mucho que sumarle respecto a otras opiniones. Después de todo, en nuestro interior nos sentimos como Luis XIV El Rey Sol, él decía de sí mismo, “El Estado Soy Yo”, todos pensamos, “la explicación adecuada es la mía”.

Permítanme sin conceder, ampliar un poco el panorama de este enfoque al que considero por lo menos, estrecho.

Cuando sólo creemos que nuestra opinión o conocimiento de algo es el único válido, y sólo vemos cóncavo y convexo, nos estamos perdiendo de un cúmulo de sabiduría que nos aportan los otros, y que puede ser una experiencia renovadora capaz de amplificar nuestra capacidad de ver y percibir las cosas y a las personas desde otra óptica.

Lo anterior también nos permite enriquecer el panorama de la percepción individual, ampliando las fronteras de aquello que consideramos único e inapelable.

Por lo menos deberíamos cuestionarnos si la idea que tenemos de una situación o persona podría ser diferente, mejor o peor, pero diferente.

La próxima vez que usted juzgue o califique una situación, recuerde lo que hoy platicamos y realice un ejercicio de reconversión personal, dese permiso de observar, escuchar y asimilar con los ojos y oídos de otros.

Es una experiencia imperdible.


Se supone que una moneda o una medalla sólo tienen dos lados, cóncavo y convexo, visto como un hecho material, así es, sin embargo, desde el momento en que caen en las manos humanas, esto ya no resulta tan claro, me explico.

La percepción en lo humano muestra múltiples facetas, nuestra mente en general y nuestras emociones en particular, registran de muy diversas maneras todo lo que aparece en el ámbito del discernimiento personal, por ejemplo, la moneda o la medalla mencionadas, al llegar a mí pueden sugerirme un sinfín de significados, tanto por el anverso como por el reverso.

La moneda me recordó mis deudas o cómo necesito multiplicarlas para satisfacer mis apremiantes necesidades ò deseos; la medalla me evocó que me la obsequió mi madre y lo que significa en términos de protección divina según mis creencias, y pueden ser muchas más.

De ahí el nombre de esta columna Cóncavo y Diverso, por la gran multiplicidad de acepciones que podemos alcanzar o imaginar sobre determinados hechos y eventos; cada quien estamos seguros de que nuestra interpretación es la correcta, y que no hay mucho que sumarle respecto a otras opiniones. Después de todo, en nuestro interior nos sentimos como Luis XIV El Rey Sol, él decía de sí mismo, “El Estado Soy Yo”, todos pensamos, “la explicación adecuada es la mía”.

Permítanme sin conceder, ampliar un poco el panorama de este enfoque al que considero por lo menos, estrecho.

Cuando sólo creemos que nuestra opinión o conocimiento de algo es el único válido, y sólo vemos cóncavo y convexo, nos estamos perdiendo de un cúmulo de sabiduría que nos aportan los otros, y que puede ser una experiencia renovadora capaz de amplificar nuestra capacidad de ver y percibir las cosas y a las personas desde otra óptica.

Lo anterior también nos permite enriquecer el panorama de la percepción individual, ampliando las fronteras de aquello que consideramos único e inapelable.

Por lo menos deberíamos cuestionarnos si la idea que tenemos de una situación o persona podría ser diferente, mejor o peor, pero diferente.

La próxima vez que usted juzgue o califique una situación, recuerde lo que hoy platicamos y realice un ejercicio de reconversión personal, dese permiso de observar, escuchar y asimilar con los ojos y oídos de otros.

Es una experiencia imperdible.