Pregunta seria. ¿Cómo medimos el resultado de un gobierno?, tradicionalmente usábamos términos cuantitativos, Producto Interno Bruto, la generación de empleos, reducción de índices delictivos, inflación y muchos otros. Hoy en México la medición de resultados se basa en discurso, en aceptación en redes, en alcance propagandístico y veneración.
Ayer fue el Segundo Informe del presidente y al referirse a minería dijo “Ese entreguismo devastador ya se acabó”, en la víspera su gobierno desapareció la Sub secretarío de Minería de la Secretaría de Economía, y con ello sale Francisco Quiroga; Al mismo tiempo que aceptaba la renuncia del Secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo.
Desconozco los parámetros y metas oficiales, pero me queda clarísimo que en ninguno de los dos casos se van por incumplir con su trabajo.
Francisco Quiroga estuvo muy cerca de los mineros, atendió la agenda del sector e impulso la reincorporación ordena en la pandemia. Dice la SE que la cancelación de su cargo obedece a un programa de austeridad, seguro Quiroga no ganaba más de los 161 mil pesos que gana el presidente, así que no se logra gran ahorro, pero sí se logra restarle atención al sector minero; En el caso de Toledo, a su paso por SEMARNAT se encargó de despedir a expertos en minería de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental, se sabe que ordenó congelar o negar trámites de permisos para operación, probablemente alineado con Palacio Nacional, pero su pecado fue hacer pública su inconformidad con la 4T, de la cual dijo no existe transformación, sólo concentración de poder en manos distintas a las del pasado.
El mismo día que salen Quiroga y Toledo, en su homilía mañanera el presidente López Obrador habló de minería, se le preguntó la problemática que vive la mina La Herradura de Fresnillo y con eso el presidente soltó varios minutos de señalamientos a los gobiernos neoliberales y a las mineras, exhibiendo tremendo desconocimiento, probablemente actuado, de cómo funcionan las concesiones, lo cierto es que lo que dijo es tomado como verdad por millones, lo reiteró ayer en su informe; los gobierno de Salinas a Peña Nieto “entregaron la mitad del territorio nacional a las mineras”, “más que en el Porfiriato”, “Así cuándo van a acabar de explotarlas”, “Por eso ya no damos más concesiones, ya tienen muchas que exploten las que ya tienen”. Sí usted es un lector de ocasión de temas mineros, sepa que una concesión minera NO es una mina, Ni te da permiso de hacer una mina, Ni te da territorio, No implica superficie, simplemente es el derecho que el estado te otorga para explorar y en su caso, sí tienes éxito en la exploración, aprovechar los recursos minerales del subsuelo, pero la concesión no le quita tierra a nadie; la mayoría del terreno concesionado en México es propiedad de ejidos y lo seguirá siendo, pero les da la posibilidad de hacer contratos de ocupación temporal en predios ociosos y solo una pequeñísima parte de ellos serán viables de albergar una mina. Me queda clara la forma de ver a la minería en la 4T, en la lógica de AMLO Minería es dinero, dinero es corrupción, corrupción es neoliberalismo y el neoliberalismo debe ser castigado y exhibido por una figura de superioridad moral como la que él encarna.
