/ miércoles 10 de noviembre de 2021

Conversatorios mineros | Arcaico y emocional

Desde el inicio de esta loca aventura llamada 4T en la que los mexicanos decidimos embarcarnos, he tenido la curiosidad recurrente de cómo ven a México desde el exterior, ¿Qué opinan de las acciones y omisiones de AMLO? Recién un portal canadiense señaló que nuestro Presidente tiene un discurso arcaico y emocional, y así maneja temas como la reforma eléctrica o la minería. Creo que el apunte es muy acertado.

El portal www.theglobeandmail.com publica en su sección de Negocios un artículo de David Agren, donde explica cómo para López Obrador la propaganda nacionalista está por encima de todo, y en el manejo de los sectores productivos, especialmente energía y minería, tiene un discurso en el que mezcla “nociones de soberanía, de independencia y de dignidad con xenofobia”.

Sin el ánimo de replicar este buen texto, resumo cómo Agren analiza las contradicciones del Presidente, que para cuidar el ambiente quiere dejar de importar combustibles fósiles, produciendo en lo interno más combustibles fósiles, como si el planeta distinguiera de la contaminación generada en México o en Estados Unidos, despreciando a los inversionistas privados y señalando a la energía verde como un sofisma de gente rica. López Obrador tiene la habilidad de convertir un tema técnico, como la generación de energía o la minería, en un tema emocional, algo que en una opinión personal además de real, es totalmente electorero.

Me llamó mucho la atención el apartado de comentarios, donde usuarios mayormente extranjeros, o al menos residentes de Canadá, intercambiaban opiniones, algunos apoyando a AMLO al señalar que él busca lo mejor para México porque como en México hace calor, el calentamiento global no es un tema grave para nosotros (sic), otros decían que la generación de dióxido de carbono per cápita es mayor en Canadá que en México y por ello acá podemos dejar para después el tema ambiental (super sic), aunque la mayoría señalaban a López Obrador con puntos interesantes, como el que dice que todos saben que defender Pemex es defender la corrupción, otros señalan que aunque Canadá ha fallado igual que México en reducir su generación de contaminación, Canadá al menos tiene un enfoque ambientalista, con trámites, impuestos y programas directamente en beneficios del ambiente, mientras que para México el tema es despreciable.

Algún lector apuntó que el desempeño de AMLO es un argumento a favor de poner candados a la gente de la tercera edad para llegar a los cargos de más alta responsabilidad.

Esto fue Canadá, pero las opiniones en Reino Unido, Alemania o Estados Unidos no son muy distintas, recién el embajador de Estados Unidos señaló que empresas de su país podrían perder más de mil millones de dólares de inversión en México si avanzan las reformas del Presidente.

Al final del día y hasta este momento en la presidencia de López Obrador, es claro que todas sus acciones obedecen a un interés superior, superior para él, porque por encima del interés económico del país, por encima del interés ambiental de México, está el interés electoral de su persona.


Desde el inicio de esta loca aventura llamada 4T en la que los mexicanos decidimos embarcarnos, he tenido la curiosidad recurrente de cómo ven a México desde el exterior, ¿Qué opinan de las acciones y omisiones de AMLO? Recién un portal canadiense señaló que nuestro Presidente tiene un discurso arcaico y emocional, y así maneja temas como la reforma eléctrica o la minería. Creo que el apunte es muy acertado.

El portal www.theglobeandmail.com publica en su sección de Negocios un artículo de David Agren, donde explica cómo para López Obrador la propaganda nacionalista está por encima de todo, y en el manejo de los sectores productivos, especialmente energía y minería, tiene un discurso en el que mezcla “nociones de soberanía, de independencia y de dignidad con xenofobia”.

Sin el ánimo de replicar este buen texto, resumo cómo Agren analiza las contradicciones del Presidente, que para cuidar el ambiente quiere dejar de importar combustibles fósiles, produciendo en lo interno más combustibles fósiles, como si el planeta distinguiera de la contaminación generada en México o en Estados Unidos, despreciando a los inversionistas privados y señalando a la energía verde como un sofisma de gente rica. López Obrador tiene la habilidad de convertir un tema técnico, como la generación de energía o la minería, en un tema emocional, algo que en una opinión personal además de real, es totalmente electorero.

Me llamó mucho la atención el apartado de comentarios, donde usuarios mayormente extranjeros, o al menos residentes de Canadá, intercambiaban opiniones, algunos apoyando a AMLO al señalar que él busca lo mejor para México porque como en México hace calor, el calentamiento global no es un tema grave para nosotros (sic), otros decían que la generación de dióxido de carbono per cápita es mayor en Canadá que en México y por ello acá podemos dejar para después el tema ambiental (super sic), aunque la mayoría señalaban a López Obrador con puntos interesantes, como el que dice que todos saben que defender Pemex es defender la corrupción, otros señalan que aunque Canadá ha fallado igual que México en reducir su generación de contaminación, Canadá al menos tiene un enfoque ambientalista, con trámites, impuestos y programas directamente en beneficios del ambiente, mientras que para México el tema es despreciable.

Algún lector apuntó que el desempeño de AMLO es un argumento a favor de poner candados a la gente de la tercera edad para llegar a los cargos de más alta responsabilidad.

Esto fue Canadá, pero las opiniones en Reino Unido, Alemania o Estados Unidos no son muy distintas, recién el embajador de Estados Unidos señaló que empresas de su país podrían perder más de mil millones de dólares de inversión en México si avanzan las reformas del Presidente.

Al final del día y hasta este momento en la presidencia de López Obrador, es claro que todas sus acciones obedecen a un interés superior, superior para él, porque por encima del interés económico del país, por encima del interés ambiental de México, está el interés electoral de su persona.