Las mujeres en México viven la mayor participación que históricamente han alcanzado en minería, nunca antes tantas trabajando, nunca antes tantas supervisando y coordinando, es un hecho. Sin embargo, es prudente ajustar la lente para ver datos detrás de los datos: En las juntas directivas de las grandes mineras del país, por ejemplo en Grupo México, hay cero mujeres entre sus directivos, en Frisco cero mujeres, al igual que su corporativo en Grupo Carso y cero mujeres entre los consejeros titulares de Peñoles.
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El año pasado hicimos este sencillo ejercicio de búsqueda y hoy lo repetimos, entrar a los portales de las principales mineras, la mayoría empresas públicas, verificar sus juntas de gobierno y consejos directivos y conocer de la participación de las mujeres en el negocio, pero su participación arriba en lo top de lo top, donde están los Slim, los Larrea, los Bailleres, y ahí no hay mujeres, y estamos hablando unos 50 asientos de altos directivos de la industria mexicana, al menos en esa lista, todos hombres.
Hay una explicación lógica, la mayoría de los presidentes de estos corporativos son hombres de negocios de gran experiencia, y al decir de gran experiencia conlleva a que son hombres de cerca de 70 años que han vivido, aprendido y producido mucho, pero que innegablemente están dejando a sus hijos varones en los puestos más altos, a sus yernos, incluso sus nietos aparecen en organigramas, señores que controlan su negocio, lo cual no es ilegal y es perfectamente entendible para un mexicano nacido en los 50.
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Hay que entender pues, que la incorporación de la mujer al mercado de las oportunidades es bastante reciente en la historia moderna del mundo, no se diga de México; el que haya más mujeres en minería hoy significa que hay más mujeres preparadas, buscando oportunidades en este sector y siendo recibidas, tendencia que debería continuar hasta que el mercado laboral de forma orgánica lo indique.
En este mi México de matices, polarización y percepción nunca antes habíamos tenido tantas plazas comerciales, y eso no significa que la economía sea buena; nunca habíamos hemos tenido una elección tan grande como que la que viene en junio, y eso no significa que tengamos mejores gobiernos, así como nunca se habían vendido tanto autos nuevos y no tenemos el mejor poder adquisitivo. Pues en ese mismo país, hoy tenemos a 60 mil mujeres trabajando en minería, como nunca antes.
