/ miércoles 25 de marzo de 2020

Conversatorios mineros | Cuando pase el temblor del Covid-19

No hablaremos de música, punto. Incertidumbre, eso es de lo que viene “cuando todo esto pase”. He seguido el tema del impacto del coronavirus en diferentes sectores para poder tener un contexto al hablar de minería. Habrá una fuerte afectación, la cual será inevitable, previsiones de -5.8% en el PIB mexicano de 2020 y las bolsas han caído promedio 30%, ni hablemos del tipo de cambio. No hay miras a que el gobierno federal ayude a frenar el golpe.

El consenso en los sectores es trabajar en el tema de la recuperación, sin importar lo inexacto de las mediciones del descalabro, cada cual debe trabajar en recuperarse.

Tomo como ejemplo el turismo, el sector más frágil ante esta situación, pero también el que se recuperará a menor costo; sin clientes, sus gastos de operación bajan al suelo, además son empresarios proactivos y con apoyo de gobierno para salir de su “crisis”, ellos tienen ya preparada la que llaman “la mayor estrategia de promoción digital” en la historia de México, al grado que los turisteros ya tienen hecho el material audiovisual y las pautas en redes sociales, que costarán la ridícula cantidad de 2 millones de dólares, con lo que dicen reposicionarán la actividad en unos meses.

¿En minería que tenemos?, nada, no sabemos si necesitaremos hielo u hospitalización para el putazo que viene.

Precios y bolsas inestables que se sumarán a autorizaciones de permisos ambientales detenidas, no hay nuevas concesiones, ni deducibilidad de exploración, pero hay ayuntamientos que frenan licencias de construcción, gobiernos estatales que solapan y estimulan bloqueos a operaciones mineras promovidos por gangsters sindicales o líderes ejidales gandallas.

Incertidumbre, eso tendremos; no he sabido nada de Cámara Minera Mexicana o de la Cámara Candiense en México sobre algún cálculo del impacto de la contingencia en el sector, menos sobre cómo recuperarnos, pero supe que estuvieron pendientes de los juegos de beis que organiza Secretaría de Economía.

El panorama internacional minero nos dice más que el local, no hay reporteros del sector minero en México, pero a nivel global directivos de muchas compañías han hablado; hay fronteras cerradas en zonas donde el flujo de personal especializado es esencial para operaciones que tendrían que cerrar temporalmente; Por el contrario, en otros países de Sudamérica hay minas con una enorme planta laboral indígena, que convive con extranjeros y gente de ciudad en constante tráfico expuesta al virus, virus que podría llegar a esas comunidades carentes de servicios de salud; El gigante internacional Newmont puso en periodo de “Mantenimiento” cuatro minas y redujo su estimado de producción de oro de este año en 1.4 millones de onzas menos.

Mientras que al Noroeste de Canadá, el ejemplo es la empresa Agnico Eagle que ha enviado a casa, con goce de sueldo a 450 trabajadores de mina, provenientes de los pueblos indígenas Inuit, para aminorar el riesgo de contagio.

Regresemos a México y a su sector minero, que tenemos, repito, incertidumbre, ¿gustan?.

Síganme en Twitter: @elgustavoalv (de Alvarez) Facebook: Gustavo Alvarez .

No hablaremos de música, punto. Incertidumbre, eso es de lo que viene “cuando todo esto pase”. He seguido el tema del impacto del coronavirus en diferentes sectores para poder tener un contexto al hablar de minería. Habrá una fuerte afectación, la cual será inevitable, previsiones de -5.8% en el PIB mexicano de 2020 y las bolsas han caído promedio 30%, ni hablemos del tipo de cambio. No hay miras a que el gobierno federal ayude a frenar el golpe.

El consenso en los sectores es trabajar en el tema de la recuperación, sin importar lo inexacto de las mediciones del descalabro, cada cual debe trabajar en recuperarse.

Tomo como ejemplo el turismo, el sector más frágil ante esta situación, pero también el que se recuperará a menor costo; sin clientes, sus gastos de operación bajan al suelo, además son empresarios proactivos y con apoyo de gobierno para salir de su “crisis”, ellos tienen ya preparada la que llaman “la mayor estrategia de promoción digital” en la historia de México, al grado que los turisteros ya tienen hecho el material audiovisual y las pautas en redes sociales, que costarán la ridícula cantidad de 2 millones de dólares, con lo que dicen reposicionarán la actividad en unos meses.

¿En minería que tenemos?, nada, no sabemos si necesitaremos hielo u hospitalización para el putazo que viene.

Precios y bolsas inestables que se sumarán a autorizaciones de permisos ambientales detenidas, no hay nuevas concesiones, ni deducibilidad de exploración, pero hay ayuntamientos que frenan licencias de construcción, gobiernos estatales que solapan y estimulan bloqueos a operaciones mineras promovidos por gangsters sindicales o líderes ejidales gandallas.

Incertidumbre, eso tendremos; no he sabido nada de Cámara Minera Mexicana o de la Cámara Candiense en México sobre algún cálculo del impacto de la contingencia en el sector, menos sobre cómo recuperarnos, pero supe que estuvieron pendientes de los juegos de beis que organiza Secretaría de Economía.

El panorama internacional minero nos dice más que el local, no hay reporteros del sector minero en México, pero a nivel global directivos de muchas compañías han hablado; hay fronteras cerradas en zonas donde el flujo de personal especializado es esencial para operaciones que tendrían que cerrar temporalmente; Por el contrario, en otros países de Sudamérica hay minas con una enorme planta laboral indígena, que convive con extranjeros y gente de ciudad en constante tráfico expuesta al virus, virus que podría llegar a esas comunidades carentes de servicios de salud; El gigante internacional Newmont puso en periodo de “Mantenimiento” cuatro minas y redujo su estimado de producción de oro de este año en 1.4 millones de onzas menos.

Mientras que al Noroeste de Canadá, el ejemplo es la empresa Agnico Eagle que ha enviado a casa, con goce de sueldo a 450 trabajadores de mina, provenientes de los pueblos indígenas Inuit, para aminorar el riesgo de contagio.

Regresemos a México y a su sector minero, que tenemos, repito, incertidumbre, ¿gustan?.

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