/ miércoles 22 de diciembre de 2021

Conversatorios mineros | Manchas mineras 2021

Parte 2

La segunda mancha minera del año: la actitud del gobierno federal, la política del Estado mexicano de negar nuevos permisos a proyectos mineros, negar concesiones y frenar la inversión con un discurso inquisidor que sataniza al sector, ligándolo a los gobiernos del pasado en México, catalogados de facto como corruptos por una 4T que ve la paja en el ojo ajeno.

Durante el 2022 veremos en los primeros meses los resultados de las actividades económicas en el país en el 2021, en ese momento encontraremos un sector minero que mostrará resultados positivos, incluso crecimiento por encima de otras actividades y en referencia al 2020, nada de esto tendrá que ver con las políticas del gobierno federal, todo tendrá que ver con los precios internacionales de los metales, un factor externo que no durará para siempre.

La actitud de López Obrador contra la minería y la instrucción presidencial de no más permisos y no más concesiones, no se reflejará en los números de producción minera, ni este año, ni el siguiente, pues la minería produce a mediano y largo plazo, y la producción minera que genera el país actualmente está ligada a permisos y concesiones que se otorgaron en los pasados dos sexenios, ojo, que una empresa haya recibido autorizaciones para desarrollar actividades de minería con Peña Nieto o con Calderón, no significa que sea una empresa corrupta, ni que esté incumpliendo con la ley, su actuar, el de la empresa y el de las instancias gubernamentales que la regulan es precisamente institucional, trasciende sexenios y grupos políticos, todas las mineras extranjeras operando en México no sólo le reportan a las autoridades, también le reportan a las bolsas de valores donde están adscritas, y son objeto de una escrupulosa vigilancia normativa e incluso moral.

No obstante lo anterior, la decisión de castigar a la minería durante el tiempo de la 4T sí tendrá y está teniendo repercusiones, miles de millones de dólares están dejando de ser invertidos en exploración y en nuevas minas que llevan años con sus manifiesto de impacto ambiental y sus proyectos de ingeniería en la mano, recibiendo una negativa de Semarnat, el argumento no es ambiental ni técnico, la ley especifica los requisitos para desarrollar la actividad, pero está siendo ignorada, rebasada por una instrucción presidencial, evidentemente, por encima de la ley, y eso sí es corrupción.

Por increíble que parezca las empresas mineras ya están haciendo planeación para preparar e ingresar proyectos después del 2024, pero aún entonces no habrá garantías, pues mientras la ciudadanía y el mismo sector minero organizado sigan con el pecho frío, la única extracción del subsuelo que veremos será la de la 4T cavando la tumba de cientos de proyectos.

Parte 2

La segunda mancha minera del año: la actitud del gobierno federal, la política del Estado mexicano de negar nuevos permisos a proyectos mineros, negar concesiones y frenar la inversión con un discurso inquisidor que sataniza al sector, ligándolo a los gobiernos del pasado en México, catalogados de facto como corruptos por una 4T que ve la paja en el ojo ajeno.

Durante el 2022 veremos en los primeros meses los resultados de las actividades económicas en el país en el 2021, en ese momento encontraremos un sector minero que mostrará resultados positivos, incluso crecimiento por encima de otras actividades y en referencia al 2020, nada de esto tendrá que ver con las políticas del gobierno federal, todo tendrá que ver con los precios internacionales de los metales, un factor externo que no durará para siempre.

La actitud de López Obrador contra la minería y la instrucción presidencial de no más permisos y no más concesiones, no se reflejará en los números de producción minera, ni este año, ni el siguiente, pues la minería produce a mediano y largo plazo, y la producción minera que genera el país actualmente está ligada a permisos y concesiones que se otorgaron en los pasados dos sexenios, ojo, que una empresa haya recibido autorizaciones para desarrollar actividades de minería con Peña Nieto o con Calderón, no significa que sea una empresa corrupta, ni que esté incumpliendo con la ley, su actuar, el de la empresa y el de las instancias gubernamentales que la regulan es precisamente institucional, trasciende sexenios y grupos políticos, todas las mineras extranjeras operando en México no sólo le reportan a las autoridades, también le reportan a las bolsas de valores donde están adscritas, y son objeto de una escrupulosa vigilancia normativa e incluso moral.

No obstante lo anterior, la decisión de castigar a la minería durante el tiempo de la 4T sí tendrá y está teniendo repercusiones, miles de millones de dólares están dejando de ser invertidos en exploración y en nuevas minas que llevan años con sus manifiesto de impacto ambiental y sus proyectos de ingeniería en la mano, recibiendo una negativa de Semarnat, el argumento no es ambiental ni técnico, la ley especifica los requisitos para desarrollar la actividad, pero está siendo ignorada, rebasada por una instrucción presidencial, evidentemente, por encima de la ley, y eso sí es corrupción.

Por increíble que parezca las empresas mineras ya están haciendo planeación para preparar e ingresar proyectos después del 2024, pero aún entonces no habrá garantías, pues mientras la ciudadanía y el mismo sector minero organizado sigan con el pecho frío, la única extracción del subsuelo que veremos será la de la 4T cavando la tumba de cientos de proyectos.