Este año el sector minero mexicano regresará a los eventos gremiales presenciales, y tendrá que estar listo para enfrentar la pandemia, no la del Covid-19, la pandemia de la cancelación, ya que en pasadas ediciones, sus expos y convenciones han dejado ver destellos claros de sexismo, machismo, racismo, clasismo y una larga lista de temas que invitan a la deconstrucción.
El 2020 y lo que va del 21 son tiempos de Covid-19 y de cancelaciones, un periodo donde políticos, personalidades y empresas han sufrido graves pérdidas al ser exhibidos, enjuiciados y ejecutados públicamente por las redes sociales, por incurrir en prácticas poco éticas y discordantes con la conciencia colectiva del mundo de hoy.
Dejo fuera los casos que constituyen delitos contra grupos vulnerables, me consta que el sector minero trabaja seriamente con su capital humano, y los casos de abusos son aislados.
Me enfoco en la percepción que pueden generar sus eventos gremiales. Por todo el país todos los años hay convenciones, foros y expos mineras, eventos que le abonan grandemente al turismo y la economía, acá en Hermosillo de forma bianual se realiza un evento internacional que alberga a unas 6 mil personas, mientras que a la Convención Nacional Minera asisten alrededor de 12 mil, confirmada para octubre de este año en Acapulco, por la organizadora: la Asociación de Ingenieros en Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (Aimmgm).
Las convenciones normalmente tienen un programa de charlas técnicas y una expo; las charlas son con expertos de nivel internacional, nuevas tecnologías, medio ambiente, legislación, desarrollo comunitario, comunicación e inclusión de la perspectiva de género son algunos temas que se abordan. En las expos cientos de proveedores, muestran productos y servicios, regalan souvenirs, botanas y bebidas al público para atraer la atención de empresas mineras como potenciales clientes. Obvio esta fue mi versión institucional.
A las charlas técnicas siempre van los mismos, los aplicados del salón, en esas charlas me ha tocado escuchar que presentan a una doctora en geotecnia haciendo alusión a que es esposa de algún ingeniero destacado, me ha tocado escuchar que el presentador destaca el atractivo físico y hasta lo corto del vestido de alguna experta algún tema. Mientras en la expo, son cientos, cientos las edecanes con entalladas prendas en los stands, ellas regalan cerveza y licor al ritmo de la música, varias empresas traen modelos de Estados Unidos para que atiendan el bar de su stand o se tomen fotos con los potenciales clientes. Si traes identificador de gerente o director te ofrecen las mejores bebidas y pases para las fiestas nocturnas, y aunque muchos obreros son enviados a estos eventos como premio a su desempeño, otros tantos piden vacaciones para asistir por su cuenta, conscientes del combo de banda, mariachi, alcohol y edecanes.
También es tradición, que los altos directivos tengan torneo de golf, torneo de tenis y un torneo de pesca deportiva, ya sabemos que son ricos, así que podrían hacer estas actividades sin ponerlas dentro del programa del evento, que por cierto mientras se desarrolla, se organiza un programa aparte para el Comité de Damas, o sea las esposas de los ingenieros socios de la Aimmgm, a quienes por ejemplo, la vez pasada les llevaron al motivador Odín Dupeyrón, así de anacrónico.
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No es fácil negar que existe terreno por avanzar en los eventos mineros, ciertamente no cometen ningún delito, pero se proyectan como ajenos al tiempo y circunstancia del México de hoy, y se exponen al virus, de la cancelación.
