/ miércoles 14 de abril de 2021

Conversatorios mineros | Napo, la vida es bella

Junior priista en los 70, estudiado en el extranjero y nombrado director de la Casa de la Moneda de México en tus treintas. ¿Se puede pedir más?, qué tal heredar una dirigencia sindical vitalicia, defraudar 55 millones de dólares, refugiarte en Vancouver y regresar a México como senador de la República. Napo diría, la vida es bella, seguro lo dice.

Napoleón Gómez Urrutia, líder del Sindicato Minero, encarna perfecto al político mexicano tradicional. Rico de nacimiento a costas de la política, influyente, viajado y vivido, gusta de la cocina francesa, de la ropa cara y es anfitrión de grandes fiestas bien amenizadas. Envuelto en polémicas y acusaciones de corrupción, libre y con fuero.

Por increíble que parezca, en los tiempos de la cancelación, del despertar colectivo, de la conciencia social, del no al machismo, al maltrato animal, a la desigualdad, al racismo, a la apropiación cultural, los tiempos del gluten free, de lo artesanal, lo orgánico, de lo políticamente correcto y del primero los pobres, en estos tiempos permitimos que la 4T y el presidente López Obrador mantengan a figuras como Napoleón Gómez Urrutia tomando decisiones, participando del futuro del país y beneficiándose del mismo.

Lo anterior es una muestra clara de que el Ejecutivo federal apuesta por una nación donde reine una ignorancia manejable y una pobreza funcional, una maquinaria electoral impulsada por programas populistas, que se deja sentir y defiende decisiones y ocurrencias de su supremo líder, por eso Napoleón Gómez Urrutia encaja tan bien en el México de hoy, porque es el México de los 70, más pobre, con menos futuro, pero al final del día, una dictadura en ciernes.

Hoy ¡el maestro, el idolazo! Gómez Urrutia, mantiene cerrada una mina en Cosalá, Sinaloa, propiedad de Americas Gold and Silver, y apoyado por el Presidente, que desde la mañanera ha amedrentado a la empresa, decidirá cuándo y cómo volverá a operar, mientras que recién la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje falló en favor de los trabajadores mineros de Cananea, dictaminando que la organización y su dirigente el profe Napo, debe regresarle los 55 millones de dólares que malversó hace 15 años, y que se sabe pasaron por una veintena de cuentas bancarias entre Estados Unidos y Europa. El Sindicato Minero ya salió en voz de su jurídico a decir que no pagarán nada y que su dirigente padre santo Gómez Urrutia recurrirá al amparo de ley. ¡Aguante Napo, la vida es bella!, al menos lo es para ti.

Junior priista en los 70, estudiado en el extranjero y nombrado director de la Casa de la Moneda de México en tus treintas. ¿Se puede pedir más?, qué tal heredar una dirigencia sindical vitalicia, defraudar 55 millones de dólares, refugiarte en Vancouver y regresar a México como senador de la República. Napo diría, la vida es bella, seguro lo dice.

Napoleón Gómez Urrutia, líder del Sindicato Minero, encarna perfecto al político mexicano tradicional. Rico de nacimiento a costas de la política, influyente, viajado y vivido, gusta de la cocina francesa, de la ropa cara y es anfitrión de grandes fiestas bien amenizadas. Envuelto en polémicas y acusaciones de corrupción, libre y con fuero.

Por increíble que parezca, en los tiempos de la cancelación, del despertar colectivo, de la conciencia social, del no al machismo, al maltrato animal, a la desigualdad, al racismo, a la apropiación cultural, los tiempos del gluten free, de lo artesanal, lo orgánico, de lo políticamente correcto y del primero los pobres, en estos tiempos permitimos que la 4T y el presidente López Obrador mantengan a figuras como Napoleón Gómez Urrutia tomando decisiones, participando del futuro del país y beneficiándose del mismo.

Lo anterior es una muestra clara de que el Ejecutivo federal apuesta por una nación donde reine una ignorancia manejable y una pobreza funcional, una maquinaria electoral impulsada por programas populistas, que se deja sentir y defiende decisiones y ocurrencias de su supremo líder, por eso Napoleón Gómez Urrutia encaja tan bien en el México de hoy, porque es el México de los 70, más pobre, con menos futuro, pero al final del día, una dictadura en ciernes.

Hoy ¡el maestro, el idolazo! Gómez Urrutia, mantiene cerrada una mina en Cosalá, Sinaloa, propiedad de Americas Gold and Silver, y apoyado por el Presidente, que desde la mañanera ha amedrentado a la empresa, decidirá cuándo y cómo volverá a operar, mientras que recién la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje falló en favor de los trabajadores mineros de Cananea, dictaminando que la organización y su dirigente el profe Napo, debe regresarle los 55 millones de dólares que malversó hace 15 años, y que se sabe pasaron por una veintena de cuentas bancarias entre Estados Unidos y Europa. El Sindicato Minero ya salió en voz de su jurídico a decir que no pagarán nada y que su dirigente padre santo Gómez Urrutia recurrirá al amparo de ley. ¡Aguante Napo, la vida es bella!, al menos lo es para ti.