Producto de una consulta ciudadana, fuera de la ley, la Secretaría de Medio Ambiente autorizó el trámite de Impacto Ambiental para ampliar la mina El Boleo en Mulegé, BCS. No fueron los 2,208 ciudadanos que votaron Sí a la Mina los que decidieron, fue el Presidente, quien ordenó la votación sabiendo que la gente votaría sí, y los usó para validar un permiso y simular el empoderamiento ciudadano en reemplazo del marco jurídico. Ahora tiene carta abierta para volver a hacer consultas y cuando la gente diga No a la Mina, nadie podrá objetar nada.
Todo salió como se esperaba en Palacio Nacional, la moral superior de López Obrador, le permitió primero, declarar que No aprobaría la solicitud de Minera y Metalúrgica El Boleo (Kores Corp.) para ampliar su mina 446 hectáreas con una inversión de 1 mil 800 millones de dólares, su gobierno no aprobaría permisos a mineras, porque antes los gobiernos corruptos las apoyaron mucho, nos roban la soberanía y el territorio. Sin embargo, el frenar esta inversión, le acarrearía problemas a un Estado al que Morena le apostaba ganar, y ganó, entonces armó una jugada maestra donde ganó un comodín, entregó un Sí que le convenía, a cambio de un No que se guardará para cuando le convenga aún más.
El Presidente es el hombre mejor informado del país, él lo ha dicho, él sabía que ese pequeño municipio de BCS donde sólo hay una minera, inmensa por cierto, entraría en crisis si no les daban una autorización, así que públicamente en una conferencia anunció que negaría el permiso. Él subió el tema a la mañanera y despertó el interés de políticos de BCS y directivos e inversionistas coreanos, luego reflexionó magnánimo e instruyó, someter esta inversión a consideración del mismo pueblo que vive de la mina y se haría lo que la gente dijera. A nadie sorprendió que de los 2,481 votos de este ejercicio ciudadano, 2 208 votaran Sí a la Mina y la mina tendrá sus permisos, gracias señor Don Presidente.
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Esto es una irregularidad, viola leyes y procedimientos y ni el gremio minero, ni la oposición, ni los inversionistas hicieron nada al respecto, y hasta la fecha nadie cuestiona públicamente esta simulación, validada por la Semarnat, con todo y sus científicos, y sus doctores y sus técnicos que maman a la Pachamama.
Lo que ocurre es que ahora este caso de éxito donde “el pueblo decidió”, será replicado cuando el Presidente decida, garantizado, volverá a usar la consulta ciudadana para un proyecto minero, uno donde la gente diga No a la Mina y se respetará la decisión de la gente, no importa el procedimiento, ni la inversión, ni los estudios, que nadie se atreva a reclamar porque: ¿Dónde estaban cuando la gente le dijo Sí a la Mina en el Boleo?
