/ miércoles 10 de agosto de 2022

Conversatorios mineros | Siguen atrapados, en la demagogia

Sobre la tragedia minera en Sabinas, Coahuila, donde la lógica indica el deceso de 10 trabajadores, el Gobierno federal sigue intentando un rescate, el rescate de su popularidad, de su credibilidad y sobre todo el rescate de toda la atención mediática posible a favor de la agenda presidencial; Igual que la vida de los mineros, la credibilidad de la 4T ya no está con nosotros a los ojos de cualquiera que analice con objetividad los hechos, todos quisiéramos un milagro, pero la realidad en la mina Pinabete, al igual que el día a día del país, es innegable.

Hace dos años y medio, Andrés Manuel López Obrador anunciaba un nuevo plan de rescate de los restos de los 63 mineros que fallecieron en Pasta de Conchos ¡hace 16 años!, plan que no ha ejecutado, pero que sí utilizó para ganar mucho espacio en redes sociales, plataformas digitales, medios impresos, tiempo televisivo y de radio. Ahora la 4T tiene una semana ocupando tiempo de promoción para hablar de un rescate que no están en posición de implementar, un “rescate” que no se atreven a llamar por su nombre: recuperar cuerpos sin vida, que pertenecen a los mineros que resultan ser víctimas de la falta de seguridad en minas que proveen carbón a CFE, minas que no son inspeccionadas, ni sancionadas pero que le venden carbón barato al Gobierno federal para la generación de energía eléctrica.

Líneas arriba hablaba de los hechos, que son duros, innegables. El 3 de agosto pasado, a 60 metros de profundidad un túnel con 10 mineros dentro se derrumba, miles de toneladas de tierra y mineral caen sobre ellos, el derrumbe fractura los linderos del túnel con un rio, el agua lo inunda violentamente y los pozos de agua de la mina rebosan, hasta el día lunes se habían extraído 5 mil 111 metros cúbicos de agua, 60 litros por segundo y aún resultaba imposible que pudiera acceder un buzo, ayer un dron submarino intentó bajar, sin éxito. Que no los engañen, no hay refugios subterráneos en las minas de carbón de Sabinas.

A mí me indigna que un funcionario, no se diga el Presidente, hablen como si hubiera gente viva que rescatar, ¿cómo creen que se sienten los familiares de las víctimas?, esa gente ha vivido en Sabinas toda su vida, sus antepasados, amigos y familiares han trabajado en el carbón, ellos saben que todos los años muchos mineros de carbón mueren allá abajo, por eso no conciben que un gobierno quiera jugar con su inteligencia.

Es muy necesario decir que el carbón de Sabinas se vende a Comisión Federal de Electricidad, es prudente deducir que CFE quiere carbón barato y abundante y por eso el Gobierno federal no inspecciona, sanciona y mucho menos cierra las minas de la zona carbonífera de Coahuila. No importa quién entregó esa concesión, esa concesión es un documento emitido por el Gobierno federal, con una vigencia hasta 2053 y es obligación del Gobierno federal en turno, obligación, inspeccionar la mina y asegurarse que existan condiciones de seguridad para los trabajadores, eso no está sucediendo, es una omisión y hace cómplice a la 4T de la tragedia.


Sobre la tragedia minera en Sabinas, Coahuila, donde la lógica indica el deceso de 10 trabajadores, el Gobierno federal sigue intentando un rescate, el rescate de su popularidad, de su credibilidad y sobre todo el rescate de toda la atención mediática posible a favor de la agenda presidencial; Igual que la vida de los mineros, la credibilidad de la 4T ya no está con nosotros a los ojos de cualquiera que analice con objetividad los hechos, todos quisiéramos un milagro, pero la realidad en la mina Pinabete, al igual que el día a día del país, es innegable.

Hace dos años y medio, Andrés Manuel López Obrador anunciaba un nuevo plan de rescate de los restos de los 63 mineros que fallecieron en Pasta de Conchos ¡hace 16 años!, plan que no ha ejecutado, pero que sí utilizó para ganar mucho espacio en redes sociales, plataformas digitales, medios impresos, tiempo televisivo y de radio. Ahora la 4T tiene una semana ocupando tiempo de promoción para hablar de un rescate que no están en posición de implementar, un “rescate” que no se atreven a llamar por su nombre: recuperar cuerpos sin vida, que pertenecen a los mineros que resultan ser víctimas de la falta de seguridad en minas que proveen carbón a CFE, minas que no son inspeccionadas, ni sancionadas pero que le venden carbón barato al Gobierno federal para la generación de energía eléctrica.

Líneas arriba hablaba de los hechos, que son duros, innegables. El 3 de agosto pasado, a 60 metros de profundidad un túnel con 10 mineros dentro se derrumba, miles de toneladas de tierra y mineral caen sobre ellos, el derrumbe fractura los linderos del túnel con un rio, el agua lo inunda violentamente y los pozos de agua de la mina rebosan, hasta el día lunes se habían extraído 5 mil 111 metros cúbicos de agua, 60 litros por segundo y aún resultaba imposible que pudiera acceder un buzo, ayer un dron submarino intentó bajar, sin éxito. Que no los engañen, no hay refugios subterráneos en las minas de carbón de Sabinas.

A mí me indigna que un funcionario, no se diga el Presidente, hablen como si hubiera gente viva que rescatar, ¿cómo creen que se sienten los familiares de las víctimas?, esa gente ha vivido en Sabinas toda su vida, sus antepasados, amigos y familiares han trabajado en el carbón, ellos saben que todos los años muchos mineros de carbón mueren allá abajo, por eso no conciben que un gobierno quiera jugar con su inteligencia.

Es muy necesario decir que el carbón de Sabinas se vende a Comisión Federal de Electricidad, es prudente deducir que CFE quiere carbón barato y abundante y por eso el Gobierno federal no inspecciona, sanciona y mucho menos cierra las minas de la zona carbonífera de Coahuila. No importa quién entregó esa concesión, esa concesión es un documento emitido por el Gobierno federal, con una vigencia hasta 2053 y es obligación del Gobierno federal en turno, obligación, inspeccionar la mina y asegurarse que existan condiciones de seguridad para los trabajadores, eso no está sucediendo, es una omisión y hace cómplice a la 4T de la tragedia.