/ jueves 21 de febrero de 2019

Corren rumores | Chiltepineros y diputados a diez

De nuevo el PRD… De acuerdo con las cuentas que hacía la Presidencia de la República, para lograr mayoría calificada en el tema de la Guardia Nacional se necesitaban votos extras, además de los aliados y compañeros de camino.

Y bueno, como se estila en México, lo mejor es seduciendo legisladores de otros partidos para que levanten la mano a favor. Y parece que los que están más en barata en este momento son los del PRD, porque sin pudor el coordinador de la bancada federal de ese partido, Ricardo Gallardo, y ocho diputados más anunciaron que se van. Aseguran que no es porque Morena les haya ofrecido algo. Para nada. Se van de su partido porque perdió su esencia. Ahhhh. Claro, mera coincidencia que lo hagan justo en este momento en que se está votando lo de la Guardia Nacional. Mera coincidencia, dirán los chayochairos. Son fregaderas, dirán los otros. Y bueno, ya se imaginan lo que dicen los perredistas, peor de lo que dijo Sergio Goyri a Yalitza Aparicio.

Pa’qué los compran… En alguna ocasión que la bancada del PRI y el Gobierno estatal necesitaban unos votos extras para lograr aprobar el presupuesto y algo más, en reunión privada donde estaban maquinando cómo conseguir esos votos, dicen que a alguien se le ocurrió proponer una brillante idea. ¡Ya sé! ¿Por qué no compramos a los diputados perredistas? Propuso de manera genial. Obvio, que el murmullo en la mesa era una aceptación. Pero de repente, el diputado Raúl Acosta se levantó y dijo: ¡Me opongo rotundamente a esto! ¡No es posible que hagamos eso. ¿Cómo comprar a compañeros diputados perredistas? ¡Sería un error imperdonable! Obvio, todos sorprendidos comenzaron a buscar justificaciones. Pero antes que llegaran más lejos, el propio diputado Acosta los atajó y dijo ¿Para qué comprarlos? Mejor los rentamos por un día. Sale más barato.

Práctica normal… Tiene razón el legendario Gato Volador. Porque además esto es algo normal en cualquier legislatura del mundo. Le llaman buscar consensos para que no se vea tan feo. Pero también es saber negociar. Recuerden las genialidades de un Diego Fernández de Cevallos que le llegó a sacar la gubernatura de Baja California a Salinas de Gortari con tal de pasar iniciativas en el Congreso. Si vieron la película Lincoln, de Steven Spielberg, ahí sale cómo se compraba a los diputados de la oposición. Como apretaban, amenazaban, chantajeaban y todo lo válido para ganar la votación. El mismo Lincoln en alguna ocasión junto con otros diputados se salieron por la ventaba de una legislatura local con tal de reventar el quórum. Pero ahora, parece que un diputado cambie de bando es traición a la patria. Como dirían en El Jito, cómo la hacen de tox por algo tan simple. ¿Y a qué va esto? De que lo de la Guardia Nacional va porque va.

Guardia pretoriana… Hay muchas advertencias de que la propuesta actual de la Guardia Nacional se pueda convertir en realidad en una guardia pretoriana como ha pasado en países donde hay gobiernos populistas con tendencia a la dictadura. Para no ir más lejos, ahí está Venezuela, en donde estas estructuras militarizadas en lugar de combatir el crimen sólo sirven para reprimir al pueblo y a los opositores del Gobierno. Por otro lado, está la versión de que en realidad se busca sacar al Ejército de las calles y que en su lugar esté una corporación capaz de combatir al crimen organizado en todo el país. En medio, el capricho personal de un gobernante. Obvio, para qué decir en qué va a terminar esto.

No estás en mi barco... No cabe duda que el alcalde de Cajeme, Sergio Pablo Mariscal, se está especializando en meterse en broncas por no conectar el cerebro con la lengua.

La última que se aventó es un escándalo por el intento de despedir a lo gacho al director del organismo operador del Agua, Rodrigo González Enríquez, porque el funcionario tuvo la franqueza de decir que el Ayuntamiento le debe a este organismo 90 millones de pesos.

Esto no lo aguantó el presidente municipal y primero le mandó un audio por WhatsApp, donde le dice que le baje y además lo amenaza porque “claro se ve que no eres de mi barco”.

Ese mismo día, a decir del director de Oomapas, lo visitó el secretario de la Comuna, Ascención López Durán para pedirle la renuncia, cosa que desde luego y por dignidad no aceptó, porque sería tanto como reconocer que lo estaban corriendo por haber hecho algo indebido. Ante los medios dijo que en este momento le quedan tres opciones: “Renunciar de forma voluntaria, otra es que el alcalde solicite su remoción y se haga por medio de votación ante la Junta de Gobierno y una más, no aceptar la renuncia e irse a juicio”.

No se va… Por lo pronto, el director del organismo operador no se quiere ir hasta no hablar con el propio alcalde. Porque dice que “Ésta es, creo yo, una posición sin sustento para despedir a un funcionario que está cumpliendo sus funciones, en mi trabajo diario es una lucha continua en contra de procedimientos vinculados con actos de corrupción y he sido una pared en la que se han estado topando, no creo que por una nota periodística se me pida la renuncia, hay algo detrás de esto que el alcalde debe explicar”. Porque asegura que no ha pisado callos: “Cuáles callos, cuáles intereses se están tocando, el alcalde debe saberlo, así como me lo está haciendo a mí, ya lo ha hecho con otros funcionarios que participamos en campaña con la Cuarta Transformación, donde no robar, no mentir y no traicionar, es el principio básico”. No cabe duda, que bonita familia y que alcalde tan buena onda.

En fin, martes, por eso mejor recuerden lo que dijo el Mosquero Vázquez, no hay quien aguante un cañonazo o una manita de cochi. Sale.

De nuevo el PRD… De acuerdo con las cuentas que hacía la Presidencia de la República, para lograr mayoría calificada en el tema de la Guardia Nacional se necesitaban votos extras, además de los aliados y compañeros de camino.

Y bueno, como se estila en México, lo mejor es seduciendo legisladores de otros partidos para que levanten la mano a favor. Y parece que los que están más en barata en este momento son los del PRD, porque sin pudor el coordinador de la bancada federal de ese partido, Ricardo Gallardo, y ocho diputados más anunciaron que se van. Aseguran que no es porque Morena les haya ofrecido algo. Para nada. Se van de su partido porque perdió su esencia. Ahhhh. Claro, mera coincidencia que lo hagan justo en este momento en que se está votando lo de la Guardia Nacional. Mera coincidencia, dirán los chayochairos. Son fregaderas, dirán los otros. Y bueno, ya se imaginan lo que dicen los perredistas, peor de lo que dijo Sergio Goyri a Yalitza Aparicio.

Pa’qué los compran… En alguna ocasión que la bancada del PRI y el Gobierno estatal necesitaban unos votos extras para lograr aprobar el presupuesto y algo más, en reunión privada donde estaban maquinando cómo conseguir esos votos, dicen que a alguien se le ocurrió proponer una brillante idea. ¡Ya sé! ¿Por qué no compramos a los diputados perredistas? Propuso de manera genial. Obvio, que el murmullo en la mesa era una aceptación. Pero de repente, el diputado Raúl Acosta se levantó y dijo: ¡Me opongo rotundamente a esto! ¡No es posible que hagamos eso. ¿Cómo comprar a compañeros diputados perredistas? ¡Sería un error imperdonable! Obvio, todos sorprendidos comenzaron a buscar justificaciones. Pero antes que llegaran más lejos, el propio diputado Acosta los atajó y dijo ¿Para qué comprarlos? Mejor los rentamos por un día. Sale más barato.

Práctica normal… Tiene razón el legendario Gato Volador. Porque además esto es algo normal en cualquier legislatura del mundo. Le llaman buscar consensos para que no se vea tan feo. Pero también es saber negociar. Recuerden las genialidades de un Diego Fernández de Cevallos que le llegó a sacar la gubernatura de Baja California a Salinas de Gortari con tal de pasar iniciativas en el Congreso. Si vieron la película Lincoln, de Steven Spielberg, ahí sale cómo se compraba a los diputados de la oposición. Como apretaban, amenazaban, chantajeaban y todo lo válido para ganar la votación. El mismo Lincoln en alguna ocasión junto con otros diputados se salieron por la ventaba de una legislatura local con tal de reventar el quórum. Pero ahora, parece que un diputado cambie de bando es traición a la patria. Como dirían en El Jito, cómo la hacen de tox por algo tan simple. ¿Y a qué va esto? De que lo de la Guardia Nacional va porque va.

Guardia pretoriana… Hay muchas advertencias de que la propuesta actual de la Guardia Nacional se pueda convertir en realidad en una guardia pretoriana como ha pasado en países donde hay gobiernos populistas con tendencia a la dictadura. Para no ir más lejos, ahí está Venezuela, en donde estas estructuras militarizadas en lugar de combatir el crimen sólo sirven para reprimir al pueblo y a los opositores del Gobierno. Por otro lado, está la versión de que en realidad se busca sacar al Ejército de las calles y que en su lugar esté una corporación capaz de combatir al crimen organizado en todo el país. En medio, el capricho personal de un gobernante. Obvio, para qué decir en qué va a terminar esto.

No estás en mi barco... No cabe duda que el alcalde de Cajeme, Sergio Pablo Mariscal, se está especializando en meterse en broncas por no conectar el cerebro con la lengua.

La última que se aventó es un escándalo por el intento de despedir a lo gacho al director del organismo operador del Agua, Rodrigo González Enríquez, porque el funcionario tuvo la franqueza de decir que el Ayuntamiento le debe a este organismo 90 millones de pesos.

Esto no lo aguantó el presidente municipal y primero le mandó un audio por WhatsApp, donde le dice que le baje y además lo amenaza porque “claro se ve que no eres de mi barco”.

Ese mismo día, a decir del director de Oomapas, lo visitó el secretario de la Comuna, Ascención López Durán para pedirle la renuncia, cosa que desde luego y por dignidad no aceptó, porque sería tanto como reconocer que lo estaban corriendo por haber hecho algo indebido. Ante los medios dijo que en este momento le quedan tres opciones: “Renunciar de forma voluntaria, otra es que el alcalde solicite su remoción y se haga por medio de votación ante la Junta de Gobierno y una más, no aceptar la renuncia e irse a juicio”.

No se va… Por lo pronto, el director del organismo operador no se quiere ir hasta no hablar con el propio alcalde. Porque dice que “Ésta es, creo yo, una posición sin sustento para despedir a un funcionario que está cumpliendo sus funciones, en mi trabajo diario es una lucha continua en contra de procedimientos vinculados con actos de corrupción y he sido una pared en la que se han estado topando, no creo que por una nota periodística se me pida la renuncia, hay algo detrás de esto que el alcalde debe explicar”. Porque asegura que no ha pisado callos: “Cuáles callos, cuáles intereses se están tocando, el alcalde debe saberlo, así como me lo está haciendo a mí, ya lo ha hecho con otros funcionarios que participamos en campaña con la Cuarta Transformación, donde no robar, no mentir y no traicionar, es el principio básico”. No cabe duda, que bonita familia y que alcalde tan buena onda.

En fin, martes, por eso mejor recuerden lo que dijo el Mosquero Vázquez, no hay quien aguante un cañonazo o una manita de cochi. Sale.