/ miércoles 1 de julio de 2020

Corren rumores | Dale, dale, no pierdas el tino

Dos años… Seguramente que hoy habrá fiesta y hasta piñata para celebrar el segundo año electoral del triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador. Y no es para menos.

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Primero porque ya tenía 18 años de campaña. Segundo, porque logró una votación abrumadora, que no sólo le dio la presidencia, sino la Cámara de Diputados, varios estados, muchas alcaldías y congresos locales. Este día por la noche del 2018 todo era fiesta en el Zócalo y otras partes del país. Muchos tenían la esperanza de que venía una nueva y verdadera transformación de México, que por fin saldríamos de la ruina y se verían caras nuevas, funcionarios honestos, pero eficientes. Hubo millones que pensaron que de la noche a la mañana México sería el paraíso. A dos años, ustedes dirán.

Abrazos y patadas… Hay que reconocer que López Obrador comenzó a gobernar desde julio porque Enrique Peña Nieto optó por hacerse un lado y entregar las riendas del poder, seguramente luego de negociar lo que ha tenido hasta ahora, impunidad. Pero ya una vez en la silla presidencial, las cosas cambiaron. Llegó la realidad de que en Morena pocos tenían capacidad para gobernar. La mayoría optaron por seguirle el rollo al Presidente, hacerle coro en sus ocurrencias y comenzar la carrera por la Presidencia del 2024. Y comenzaron los errores y comenzó el desastre debido a los enormes contrastes de gobierno. A los narcos y criminales abrazos, y a los que invertían y arriesgaban, a sus críticos, o simplemente a los que no pensaban igual, amenazas, agravios y agresiones. Todos los días en las mañaneras hay periodistas agredidos por su nombre para provocar su linchamiento. Algo que nunca ha hecho contra los grandes criminales.

Va pa’bajo… Con todo y lo que le dicen, lo cierto es que la popularidad del presidente López Obrador a estos dos años de su triunfo, va a la baja. De acuerdo con el tracking diario que hace Consulta Mitofsky para El Economista lo que más les ha pegado, además de algunas metidas de pata como la liberación del hijo del Chapo Guzmán, sin duda es la pandemia y la mediocre estrategia para controlar los contagios. Son más de 220 mil casos registrados, eso sin considerar los que no se reportan oficialmente, sin duda otro tanto. Ya van 27 mil muertes, cuando pronosticaban ocho mil. El encierro se extiende, cuando el propio Presidente presumió que volveríamos a la normalidad el lunes de Pascua.

Las consecuencias… El mal manejo de la pandemia trae otras consecuencias, una terrible crisis económica que se traduce en millones de personas que han perdido empleo. Sólo en el rubro de empleos formales va un millón, más lo que se sume. A eso sumen que otros millones se suman al sector de pobreza, la cual no se puede compensar con simples dádivas oficiales. Y por último los enormes niveles de inseguridad y la impunidad que le toleran a los grupos criminales, al grado de que ya atentaron contra el secretario de seguridad de la CDMX, Omar García Harfuch. Hay regiones enteras que son zona del narco. Esa es parte de la consecuencia de no ser congruente y gobernar a mero capricho y lo que es peor, a meras ocurrencias.

Del cielo al suelo… Recuerden cuando ganó y comenzó el gobierno, su aprobación era espectacular. Aunque no quieren aceptarlo, pero era menor que la de Fox y Salinas. Pero era muy alta. Conforme comenzaron los errores había caídas que compensaban con medidas populistas. Si la veían muy abajo anunciaban la venta del avión presidencial. O la investigación de algún ex funcionario corrupto. El bajar los sueldos a funcionarios. Lo que la gente le gusta escuchar. Pero al rato los errores superaron a las ocurrencias de comunicación. Y la caída fue en tobogán. Todavía en mayo según Mitofsky tenía un 51.3% de aprobación y 47.9 en desacuerdo. El pasado viernes los números se invirtieron porque la aprobación cayó a un 46.2% y la reprobación subió a 53.4% y bajando. Seguramente que algo inventarán este día para tratar de rescatar la caída, porque de lo contrario puede llegar un momento, como le pasó a Peña Nieto, que la recuperación sea imposible.

La familia peleada… Otro problema que tarde que temprano tendrá que afrontar y agarrar el toro por los cuernos es el desastre que se cargan en su partido Morena. Como dicen los clásicos se andan manejando en modo PRD, con todas las tribus enfrentadas, pero en serio. Expulsiones, demandas por corrupción. Imposiciones, dedazos, pleitos regionales. Con el cuento que creen que ahora nomás con apuntarse van a ganar, el pleito es por el hueso o sea interno, y no piensan en cómo enfrentar a la oposición. Esto, como lo han advertido, los puede hundir, porque comenzarán las envidias y la soberbia, que impide que otros se lleven los triunfos. Ese puede ser el problema más grave para el otro año. Y no lo están enfrentando como se debe.

Cierran Arizona… Como dicen en el pueblo, parece que a Doug Ducey le salió el chirrión por el palito, porque el lunes tuvo que dar marcha atrás y volver a cerrar negocios y ordenar medidas de confinamiento y contención para tratar de parar el desborde que sufren por el coronavirus. Impresionante, porque a estas alturas deben estar sobre los 75 mil contagios, cuando en Sonora nos asusta andar en los 8,500 y pico. Eso le pasa por hacerle caso a Trump y reabrir antes de tiempo y cuando no había conciencia real de la situación. La cosa está para llorar y el cierre se va casi todo julio.

Y a darle dijo el Chilillo Rodríguez, al señalar que el que la hace, a veces paga en abonos. Sale.

Dos años… Seguramente que hoy habrá fiesta y hasta piñata para celebrar el segundo año electoral del triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador. Y no es para menos.

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Primero porque ya tenía 18 años de campaña. Segundo, porque logró una votación abrumadora, que no sólo le dio la presidencia, sino la Cámara de Diputados, varios estados, muchas alcaldías y congresos locales. Este día por la noche del 2018 todo era fiesta en el Zócalo y otras partes del país. Muchos tenían la esperanza de que venía una nueva y verdadera transformación de México, que por fin saldríamos de la ruina y se verían caras nuevas, funcionarios honestos, pero eficientes. Hubo millones que pensaron que de la noche a la mañana México sería el paraíso. A dos años, ustedes dirán.

Abrazos y patadas… Hay que reconocer que López Obrador comenzó a gobernar desde julio porque Enrique Peña Nieto optó por hacerse un lado y entregar las riendas del poder, seguramente luego de negociar lo que ha tenido hasta ahora, impunidad. Pero ya una vez en la silla presidencial, las cosas cambiaron. Llegó la realidad de que en Morena pocos tenían capacidad para gobernar. La mayoría optaron por seguirle el rollo al Presidente, hacerle coro en sus ocurrencias y comenzar la carrera por la Presidencia del 2024. Y comenzaron los errores y comenzó el desastre debido a los enormes contrastes de gobierno. A los narcos y criminales abrazos, y a los que invertían y arriesgaban, a sus críticos, o simplemente a los que no pensaban igual, amenazas, agravios y agresiones. Todos los días en las mañaneras hay periodistas agredidos por su nombre para provocar su linchamiento. Algo que nunca ha hecho contra los grandes criminales.

Va pa’bajo… Con todo y lo que le dicen, lo cierto es que la popularidad del presidente López Obrador a estos dos años de su triunfo, va a la baja. De acuerdo con el tracking diario que hace Consulta Mitofsky para El Economista lo que más les ha pegado, además de algunas metidas de pata como la liberación del hijo del Chapo Guzmán, sin duda es la pandemia y la mediocre estrategia para controlar los contagios. Son más de 220 mil casos registrados, eso sin considerar los que no se reportan oficialmente, sin duda otro tanto. Ya van 27 mil muertes, cuando pronosticaban ocho mil. El encierro se extiende, cuando el propio Presidente presumió que volveríamos a la normalidad el lunes de Pascua.

Las consecuencias… El mal manejo de la pandemia trae otras consecuencias, una terrible crisis económica que se traduce en millones de personas que han perdido empleo. Sólo en el rubro de empleos formales va un millón, más lo que se sume. A eso sumen que otros millones se suman al sector de pobreza, la cual no se puede compensar con simples dádivas oficiales. Y por último los enormes niveles de inseguridad y la impunidad que le toleran a los grupos criminales, al grado de que ya atentaron contra el secretario de seguridad de la CDMX, Omar García Harfuch. Hay regiones enteras que son zona del narco. Esa es parte de la consecuencia de no ser congruente y gobernar a mero capricho y lo que es peor, a meras ocurrencias.

Del cielo al suelo… Recuerden cuando ganó y comenzó el gobierno, su aprobación era espectacular. Aunque no quieren aceptarlo, pero era menor que la de Fox y Salinas. Pero era muy alta. Conforme comenzaron los errores había caídas que compensaban con medidas populistas. Si la veían muy abajo anunciaban la venta del avión presidencial. O la investigación de algún ex funcionario corrupto. El bajar los sueldos a funcionarios. Lo que la gente le gusta escuchar. Pero al rato los errores superaron a las ocurrencias de comunicación. Y la caída fue en tobogán. Todavía en mayo según Mitofsky tenía un 51.3% de aprobación y 47.9 en desacuerdo. El pasado viernes los números se invirtieron porque la aprobación cayó a un 46.2% y la reprobación subió a 53.4% y bajando. Seguramente que algo inventarán este día para tratar de rescatar la caída, porque de lo contrario puede llegar un momento, como le pasó a Peña Nieto, que la recuperación sea imposible.

La familia peleada… Otro problema que tarde que temprano tendrá que afrontar y agarrar el toro por los cuernos es el desastre que se cargan en su partido Morena. Como dicen los clásicos se andan manejando en modo PRD, con todas las tribus enfrentadas, pero en serio. Expulsiones, demandas por corrupción. Imposiciones, dedazos, pleitos regionales. Con el cuento que creen que ahora nomás con apuntarse van a ganar, el pleito es por el hueso o sea interno, y no piensan en cómo enfrentar a la oposición. Esto, como lo han advertido, los puede hundir, porque comenzarán las envidias y la soberbia, que impide que otros se lleven los triunfos. Ese puede ser el problema más grave para el otro año. Y no lo están enfrentando como se debe.

Cierran Arizona… Como dicen en el pueblo, parece que a Doug Ducey le salió el chirrión por el palito, porque el lunes tuvo que dar marcha atrás y volver a cerrar negocios y ordenar medidas de confinamiento y contención para tratar de parar el desborde que sufren por el coronavirus. Impresionante, porque a estas alturas deben estar sobre los 75 mil contagios, cuando en Sonora nos asusta andar en los 8,500 y pico. Eso le pasa por hacerle caso a Trump y reabrir antes de tiempo y cuando no había conciencia real de la situación. La cosa está para llorar y el cierre se va casi todo julio.

Y a darle dijo el Chilillo Rodríguez, al señalar que el que la hace, a veces paga en abonos. Sale.