/ sábado 4 de abril de 2020

Corren rumores | ¿Qué quiso decir?

Extraña frase… A muchos dejó inquietos una frase dicha por el presidente Andrés Manuel López Obrador en una de las mañaneras al reconocer por primera vez la amenaza real del coronavirus.

Textualmente dijo: “Vamos a salir adelante. Ayer usé por primera vez el término ‘crisis transitoria’. Esto no va a tardar, y vamos a salir fortalecidos. Y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y de que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación”. ¿Como anillo al dedo? ¿Qué quiso decir con esto el Presidente? Caray, pareciera que le da gusto la crisis para poder justificar sus programas sociales y su estrategia política de continuidad.

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Frase equivocada… Esta frase totalmente absurda se ve fuera de lugar, porque pareciera que festeja que millones de mexicanos se queden sin empleo, que otros tantos no tengan para comer, que miles se vean afectados por el coronavirus y mueran por no poder enfrentar este mal. Que nuestra economía entre en picada y haya miles de negocios en quiebra. ¿Cómo de que anillo al dedo? Que pretenderá realmente el presidente López Obrador. Será acaso cierto que aprovechará la ola de descontento para imponer la cuarta transformación, no como un cambio en el sistema político del país, sino para imponer otro estilo tipo Chávez o Fidel Castro. Fue una frase que provocó una tremenda reacción en los sectores pensantes, pero sobre todo los que realmente se preocupan por el futuro del país. Y el silencio de los chayochairos y trolles oficiales hace temer más, porque pareciera que se preparan para dar el gran asalto a la democracia.

Mañana sabremos… Mañana sabremos más o menos a qué atenernos, porque se supone que en su informe trimestral, el presidente López Obrador debe presentar su programa de rescate económico. Adelantó que su informe contemplará tres ejes: Salud, bienestar y empleo. Sin embargo, insiste en imponer la captación fiscal forzando a empresas y contribuyentes a que paguen sus impuestos así no tengan con qué hacerlo. Primero es el fisco y luego los trabajadores, es lo que se dio a entender. Por otro lado, es de temer que el informe que presente se refiera a Amlolandia, porque pareciera que se niega a reconocer la realidad. Cuando menos ese fue el mensaje que envió cuando rechazó los precriterios de política económica que la Secretaría de Hacienda presentó por ley el día último de marzo al Congreso. Dijo no estar de acuerdo en los criterios de crecimiento que Hacienda calcula de manera optimista en 0.1% y dramática en menos 3.9%, lo que significan muchos empleos perdidos y otros que no se van a crear. Como siempre, asegura tener otros datos, mejores que sus especialistas. Esto es de locos.

Sobre esa realidad… Sobre la realidad en la que cree López Obrador es que mañana va a presentar su informe. Seguramente presumirá como lo ha hecho de que hay capacidad sobrada de infraestructura hospitalaria para enfrentar el coronavirus, a pesar de que el propio IMSS dio a conocer que apenas esta semana iniciaron la compra de más de dos mil respiradores. O sea, que no los tienen y no los venden en el Oxxo de la esquina. Seguramente volverá a presumir de un superávit fiscal a pesar de que para este año la deuda pública será equivalente al 52% del PIB. Es obvio que tampoco hará caso a lo que propone Banco de México, que de acuerdo a su gobernador Alejandro Díaz de León, para hacer frente a la crisis y mitigar el impacto negativo en la economía se requiere: inflación baja, finanzas públicas sostenibles o sea que haya quienes puedan pagar impuestos, y un sector financiero con buena solvencia, algo que están tirando por la cañería. Esta es la realidad que niega el Presidente porque como ya es costumbre, él tiene otros datos.


La primera ola… Es posible que parte de su programa se base en salvar la primera ola de la crisis que provocará la pandemia. Pero luego vienen otras más por los efectos que provoquen en el mundo y después impulsar una recuperación económica que será proporcional al nivel de desastre que ocurra y la capacidad económica, pero sobre todo el apoyo que se le dé a quienes producen la riqueza de donde sale para pagar impuestos. Porque a decir de los analistas políticos nacionales.

“Nunca habíamos oído a un jefe de Estado, en el mundo, decir —y pensar— que una desgracia de esa magnitud que trae muertos, enfermos, desempleados y quiebre de empresas venía bien a un proyecto político. Como anillo al dedo para afianzar sus propósitos”. Y lo peor, que ante este desastre sólo el sector empresarial reacciona, la sociedad civil ayuda y los partidos de oposición lacayescamente se callan.


Quédense en casa… Aunque nos digan ya chole, por favor atiendan y quédense en casa. Si tienen que salir que sea para lo esencial. Según el comunicado de la Secretaría de Salud en este momento andan más de 500 personas infectadas que no lo saben y por lo mismo están esparciendo el virus de manera alarmante. Y si no cuidamos el aislamiento que nos piden las autoridades de salud, se pueden llegar a más de 60 mil infectados y más de 500 muertos. Todo por no hacer caso. Tan sólo en Hermosillo se esperan que más de 18 mujeres y hombres caigan afectados. Nada les cuesta ser responsables y mantenerse en sus casas. Recuerden que si salen y no se cuidan, regresarán trayendo el infierno a sus hogares. Si no por ustedes, por sus hijos, padres y abuelos.


En fin, mejor se me quedan en casita y recuerden lo que decía don Lencho, no olviden que calle y mortaja, del cielo baja. Sale.


Extraña frase… A muchos dejó inquietos una frase dicha por el presidente Andrés Manuel López Obrador en una de las mañaneras al reconocer por primera vez la amenaza real del coronavirus.

Textualmente dijo: “Vamos a salir adelante. Ayer usé por primera vez el término ‘crisis transitoria’. Esto no va a tardar, y vamos a salir fortalecidos. Y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y de que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación”. ¿Como anillo al dedo? ¿Qué quiso decir con esto el Presidente? Caray, pareciera que le da gusto la crisis para poder justificar sus programas sociales y su estrategia política de continuidad.

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Frase equivocada… Esta frase totalmente absurda se ve fuera de lugar, porque pareciera que festeja que millones de mexicanos se queden sin empleo, que otros tantos no tengan para comer, que miles se vean afectados por el coronavirus y mueran por no poder enfrentar este mal. Que nuestra economía entre en picada y haya miles de negocios en quiebra. ¿Cómo de que anillo al dedo? Que pretenderá realmente el presidente López Obrador. Será acaso cierto que aprovechará la ola de descontento para imponer la cuarta transformación, no como un cambio en el sistema político del país, sino para imponer otro estilo tipo Chávez o Fidel Castro. Fue una frase que provocó una tremenda reacción en los sectores pensantes, pero sobre todo los que realmente se preocupan por el futuro del país. Y el silencio de los chayochairos y trolles oficiales hace temer más, porque pareciera que se preparan para dar el gran asalto a la democracia.

Mañana sabremos… Mañana sabremos más o menos a qué atenernos, porque se supone que en su informe trimestral, el presidente López Obrador debe presentar su programa de rescate económico. Adelantó que su informe contemplará tres ejes: Salud, bienestar y empleo. Sin embargo, insiste en imponer la captación fiscal forzando a empresas y contribuyentes a que paguen sus impuestos así no tengan con qué hacerlo. Primero es el fisco y luego los trabajadores, es lo que se dio a entender. Por otro lado, es de temer que el informe que presente se refiera a Amlolandia, porque pareciera que se niega a reconocer la realidad. Cuando menos ese fue el mensaje que envió cuando rechazó los precriterios de política económica que la Secretaría de Hacienda presentó por ley el día último de marzo al Congreso. Dijo no estar de acuerdo en los criterios de crecimiento que Hacienda calcula de manera optimista en 0.1% y dramática en menos 3.9%, lo que significan muchos empleos perdidos y otros que no se van a crear. Como siempre, asegura tener otros datos, mejores que sus especialistas. Esto es de locos.

Sobre esa realidad… Sobre la realidad en la que cree López Obrador es que mañana va a presentar su informe. Seguramente presumirá como lo ha hecho de que hay capacidad sobrada de infraestructura hospitalaria para enfrentar el coronavirus, a pesar de que el propio IMSS dio a conocer que apenas esta semana iniciaron la compra de más de dos mil respiradores. O sea, que no los tienen y no los venden en el Oxxo de la esquina. Seguramente volverá a presumir de un superávit fiscal a pesar de que para este año la deuda pública será equivalente al 52% del PIB. Es obvio que tampoco hará caso a lo que propone Banco de México, que de acuerdo a su gobernador Alejandro Díaz de León, para hacer frente a la crisis y mitigar el impacto negativo en la economía se requiere: inflación baja, finanzas públicas sostenibles o sea que haya quienes puedan pagar impuestos, y un sector financiero con buena solvencia, algo que están tirando por la cañería. Esta es la realidad que niega el Presidente porque como ya es costumbre, él tiene otros datos.


La primera ola… Es posible que parte de su programa se base en salvar la primera ola de la crisis que provocará la pandemia. Pero luego vienen otras más por los efectos que provoquen en el mundo y después impulsar una recuperación económica que será proporcional al nivel de desastre que ocurra y la capacidad económica, pero sobre todo el apoyo que se le dé a quienes producen la riqueza de donde sale para pagar impuestos. Porque a decir de los analistas políticos nacionales.

“Nunca habíamos oído a un jefe de Estado, en el mundo, decir —y pensar— que una desgracia de esa magnitud que trae muertos, enfermos, desempleados y quiebre de empresas venía bien a un proyecto político. Como anillo al dedo para afianzar sus propósitos”. Y lo peor, que ante este desastre sólo el sector empresarial reacciona, la sociedad civil ayuda y los partidos de oposición lacayescamente se callan.


Quédense en casa… Aunque nos digan ya chole, por favor atiendan y quédense en casa. Si tienen que salir que sea para lo esencial. Según el comunicado de la Secretaría de Salud en este momento andan más de 500 personas infectadas que no lo saben y por lo mismo están esparciendo el virus de manera alarmante. Y si no cuidamos el aislamiento que nos piden las autoridades de salud, se pueden llegar a más de 60 mil infectados y más de 500 muertos. Todo por no hacer caso. Tan sólo en Hermosillo se esperan que más de 18 mujeres y hombres caigan afectados. Nada les cuesta ser responsables y mantenerse en sus casas. Recuerden que si salen y no se cuidan, regresarán trayendo el infierno a sus hogares. Si no por ustedes, por sus hijos, padres y abuelos.


En fin, mejor se me quedan en casita y recuerden lo que decía don Lencho, no olviden que calle y mortaja, del cielo baja. Sale.